Otra Perspectiva

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Una vez más, Zeke se encontraba con los nervios a tope. Tal vez era porque estaba ansioso por el juego, o porque tenía nervios de que Eren se lastimara jugando, o simplemente porque no había tomado su siesta de las cinco de la tarde... aunque en realidad sabía que era por toda esa gente que le rodeaba. Zeke no era el tipo de persona de ir a lugares muy concurridos; prefería el silencio y la quietud, pero decidió arriesgar esa pequeña comodidad sólo por la remota probabilidad de ver a Pieck entre la multitud en el partido. 

Se encontraba en unas gradas cercanas a la cancha. Divisaba a Eren calentando, y a Mikasa también practicando algunas piruetas junto con el equipo de porristas. Las gradas aún no se llenaban en su totalidad, pues aún faltaba un buen rato para que este comenzara. El bullicio de la gente comenzaba a aturdirlo, y su pierna izquierda no dejaba de sacudirse de arriba a abajo.

—Hola, Zeke —una voz poco familiar le llamó la atención dentro de aquel bullicio desesperante. 

—¡Armin! —exclamó el mencionado—. Es un gusto verte aquí. Tenía tiempo de que no te veía. 

—Lo sé —rió el pequeño Armin—. Eren pasa la mayoría de su tiempo en prácticas, y yo en estudio. Y en sus tiempos libres, él está con Mikasa, así que casi no nos vemos últimamente. Pero aún así me insistió en venir, así que aquí estoy. Eren me dijo que estarías aquí; te traje esto —le tendió un Hot Dog envuelto el papel de aluminio—. No le puse mostaza porque no sé si te gusta... casi a nadie le gusta la mostaza —dijo mientras se sentaba junto a él. Zeke sonrió mirando el Hot Dog en su mano. 

—En efecto, detesto la mostaza —ambos rieron—. Gracias, Armin. 

Ambos se quedaron en silencio, esperando a que el partido comenzara. 

—Ya va a comenzar... Zeke, ¿a ti te gusta el Football Americano? 

—No realmente —contestó—, soy más de Baseball. Solamente vine para apoyar a Eren. 

Armin rió un poco, y enseguida, otros chicos se unieron a Armin para ver el partido. Eran Jean, Connie, y Sasha. No pasaron ni cinco minutos cuando el juego comenzó.

Comenzaron los gritos, aplausos, y las porras. Zeke sólo se limitó a sostener su HotDog en silencio, y terminó dándoselo a esa tal Sasha.

Los ojos del rubio seguían a la esbelta y feroz figura de su medio hermano menor: Eren era rápido, fuerte, intenso.  Desde que lo conoció siempre había sido así: tan intenso que ni él solo se aguantaba. Desde que su padre se había casado con Carla y había conocido a Eren, no hubo ni un momento de tranquilidad en su vida. Al comienzo le había costado adaptarse al cambio, pero Carla era realmente una excelente mujer para su padre. Y con Eren... bueno, simplemente se terminó acostumbrando a él, y ahora podía decir que realmente le quería como su hermanito menor. 

Los chicos a su lado –los amigos de Eren–, seguían aplaudiendo y gritando a todo pulmón; incluso el pequeño Armin. Zeke miró hacia abajo, y pudo ubicar a Mikasa, haciendo piruetas para animar al equipo. 

No muy lejos de su vista, Porco Galliard llegó a su campo de visión. Pieck... no había pensado en ella desde hace un buen rato. Suspiró. ¡Qué ingenuo era! Nunca consideró esa pequeña posibilidad de que tal vez el corazón de Pieck ya le pertenecía a alguien. Se dió un par de bofetadas mentales, y prefirió ignorar sus pensamientos y disfrutar de lo poco que le quedaba al partido. 

Pero la mente le voló de nuevo cuando vio a lo lejos a esa chica que lo traía loco últimamente, sentada en las gradas de al frente mientras reía a carcajadas, mostrando esa sonrisa tan perfecta y contagiosa de ella. 

Sólo Entre Nosotros (pieckxzeke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora