Capítulo 13

79 8 4
                                    

Estábamos a unos días de terminar la preparatoria y me sentía mal porque me separaría de ella tal vez para no verla más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estábamos a unos días de terminar la preparatoria y me sentía mal porque me separaría de ella tal vez para no verla más.

Es lo que siempre quisiste...

Caminaba por los pasillos donde unos hacían planes para el último día en este edificio, otros parecían llorar porque no tuvieron suerte con su ingreso.

Mi alrededor estaba lleno de tristeza, alegría y otros sentimientos. Casi al final del pasillo se encontraban mis amigos conversando, al verme solo me sonrieron y saludaron, levantando el brazo derecho para que pueda verlos entre tantos estudiantes.

Me abrazaron, casi como despedida, según sabía Oriadna se iría del país Juls estudiaría en una universidad fuera de la ciudad  y obviamente no nos veríamos más que por llamadas por skype, Rod y Steve se quedarían pero teníamos ambiciones diferentes, lo que significaba universidades diferentes.

"Quita esa cara de abstinencia" se burló Juls a mi lado, extrañaría que estos tontos me molestaran solo por tener una expresión amargada en mi rostro aún si recibo una buena calificación. "Tengo que admitir...que los extrañare a todos" fue lo que dije, pero esta vez mostré una sonrisa, ellos solo pudieron abrazarme, un abrazo grupal a pesar que aún faltaban días para que todo acabe en esta preparatoria.

Fuimos cada uno a nuestras clases, encontrándome en el camino con la inconfundible Jane Bettson, quien se había descuidado su mechón rosa que ahora estaba siendo remplazado por su color de cabello natural. "Entrarás o necesitas un empuje" dije detrás de ella, nota mental, no debí hacer eso, volteo dándome en la cara con su codo.

"¡Qué demonios te pasa!" exclamó, si, yo tuve la culpa no debí... "¿estas bien?" pude sentir el calor de su aliento cerca de mi rostro, olía a menta...pero no podía dejar de verla, sin importarme si mi nariz sangraba o no. "Y-Yo..." solo eso podía articular y me sentía tan estúpida.

"Genial, te volví estúpida, ven entremos" sentí como su mano sostuvo mi cintura para ayudarme a pararme y guiarme a los asientos de en medio, incluso ella conocía donde me gustaba sentarme, a veces pensaba que tenía oportunidad con ella.

Pero no quería darme falsas ilusiones...

Pude oír su dulce risa mientras decía que mi nariz se encontraba roja, pero no había señales de que iría a sangrar, yo seguía mirándola, mientras ella sacaba su cuaderno junto con un lápiz que tenía marcas de mordidas, me pareció un poco loco y antihigiénico.

"Señorita Anderson" una voz grabe y áspera me sacó de mis pensamientos, mi vista llegó a un hombre de camisa blanca de manga larga y pantalones negros, el profesor me miraba interrogante, con una ceja alzada esperando una respuesta que no sabía. "Si?" pregunté con inocencia sin sonar grosera.

"Le pregunté si podría resolvernos este ejercicio de química" sonrió, tal vez era inteligente, pero tenía serios problemas con esa materia pero tenía lo mío, y para mí suerte, aquel ejercicio estaba mal planteado por lo que supe de inmediato que era una trampa. "Por supuesto" sonreí levantándome del asiento para dirigirme a la pizarra.

"El ejercicio está mal, este enlace está mal puesto así como la cantidad de electrones que le puso a este químico, la masa atómica es otra, el Selenio tiene 78,96 no 79,99" dije tachando los números con una tiza de color diferente y escribiendo los verdaderos datos. "Muy bien, no se si ustedes no quieren participar o si no recuerdan la tabla periódica jóvenes" dijo el profesor, procedí a ir con Jane quien tenía los pulgares levantados, solo pude sonreír.

Luego de las diversas clases donde algunas no las compartí con mi querido amor, salí con los chicos a algún lado, era claro que nos separaríamos y que no tendríamos tiempo para hacer las diferentes travesuras que solíamos hacer. El tiempo era corto y lo sabíamos.

Así como mi tiempo con ella...

No sabía je planes tenía ella, pero el sentir que nos alejaríamos tanto como antes, solo entristecía mi corazón.

Porque la amo tanto que no su solo alejamiento me haría trozitos.

Pero debía seguir adelante, ella mor no debía ser un obstáculo para mí título universitario.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Conociéndote Donde viven las historias. Descúbrelo ahora