XI

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Hoy Nakahara bebía un latte macchiato preparado, obviamente, por el hombre que le ha estado haciendo suspirar. Hace ya bastante tiempo que visitaba la cafetería para beber algo y observar al castaño; lo cual le daba inspiración, aunque poco a poco se fue convirtiendo en un sentimiento mucho más fuerte. Pero ¿acaso sus sentimientos eran reales? ¿No sería que estaba idealizando a alguien que literalmente se convirtió en su musa?

Jamás se habría cuestionado tal idea de no haber sido por su amigo Tachihara, quien tras haber leído uno de los poemas del pelirrojo, le pidió ver una foto de la persona que lo llevó a escribir tal obra. Entonces, le preguntó: ¿Lo quieres en serio o lo estás idealizando?

Y es que el amor es tan complejo que en ese momento no supo qué responder.

. . .

"¿Chuuya? ¿Estás bien?" El ojiazul es sacado de sus pensamientos por la dulce voz de Dazai, el cual se halla sentado frente suyo, sin el uniforme. Ha terminado su turno.

"¿Qué es el amor, Osamu?" Dice sin más, consiguiendo sorprender al nombrado.

No esperaba tal interrogativa, por ello se toma unos segundos para acomodarse en su sitio y pensar qué contestar.

"El amor es..." Comienza, desviando la vista hacia la ventana. "Creo que el concepto depende de cada persona, pero para mí, se trata de querer, apoyar, admirar, enseñar y muchas otras cosas. No sé. La verdad yo tampoco entiendo el amor."

Nakahara le mira sin decir nada durante varios minutos, los cuales incomodan un poco al vendado porque empieza a suponer dónde va a terminar esto, así que sin querer alargar la situación, vuelve a hablar.

"¿Acaso ya te diste cuenta de que no estás enamorado de mí, Chuuya?" Inquiere saber con una ladina sonrisa que nada tiene de felicidad, solamente la ha mostrado para ocultar la tristeza.

El pelirrojo de inmediato frunce el ceño y chasquea la lengua, dejándose deslizar en su propio asiento. Está confundido.

"No es eso... O sea siento que sí te quiero, pero a veces los escritores nos creamos una imagen de las personas y creemos amarlas." Dice con la mirada perdida, desanimado.

"Entonces, ¿crees que te has enamorado de una ilusión?"

"Sí y no."

"¿A qué te refieres?"

"Sí porque al inicio te imaginaba como un hombre que vive en su propio mundo, me interesaba conocerte, llegar a ti ¿entiendes? Pero ha pasado el tiempo y creo que ahora que te conozco lo suficiente..."

"¿Ajá?" Le insta a seguir hablando, pues cree que hay más.

"No lo tomes a mal, la cosa es que sé que no eres una persona sencilla y aun así te quiero a mi lado." Confiesa sonriendo débilmente y mirando a su contrario con claro cariño, tal acción logra teñir las mejillas del castaño de un adorable color carmín.

"En ese caso, ¿qué es lo que te molesta?" Pregunta el vendado, manteniendo los ojos sobre la mesa. Si el pelirrojo decidió sacar aquel tema, es porque hay algo que le causa conflicto.

"¿Tú me quieres, Osamu?"

Las palabras salen como una veloz navaja que apuñalan a Dazai, ya que justamente esa duda suele causarle problemas cada vez que quiere comenzar una relación. No sabe cuándo expresar cariño o siquiera aceptar que gusta de alguien.

Al no recibir respuesta, el ojiazul suspira viendo hacia la ventana con desánimo.

"Tomaré eso como un no." Dice en tono bajo, sin ganas de siquiera levantarse, tomar su dignidad e irse. No. Está agotado.

Temor [SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora