IV

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Las nubes brillaban por su ausencia en el cielo del medio día. El aire era seco, el suelo estaba duro y el pasto, con algunas hojas secas, raspaban un poco la piel de la recluta recién llegada. El exhaustivo entrenamiento al que _____ se había sometido por elección propia al cumplir la semana de recuperación la estaba agotando todos los días un poco más.

—Vamos, de pie.

Jean, nuevamente, extendió su mano para ayudarla a levantarse. Había estado intentando derribarlo desde hacía horas, justo después de haber terminado de dar las diez vueltas alrededor del campo, tal como Hanji les había indicado esa mañana.

Afortunadamente había recuperado masa corporal rápidamente gracias a la madre del mismo muchacho, quien se había encargado de llevarle desayuno, comida y cena todos los días sin falta. Aunque la jefa de escuadrón esperaba que pasaran, por lo menos, dos meses hasta encontrarse en las condiciones óptimas para retomar su formación como soldado, el peso de la chica había aumentado más de la mitad del estimado bimestral.

Era un gran misterio el cómo lo había logrado. Si bien al volver no se encontraba en los huesos, no le sería posible ganar músculo si entrenaba estando kilos por debajo de su peso mínimo. Lo único que lograría sería lastimarse y romperse algún hueso, la fatiga y deshidratación serían demasiado para que pudiese soportarlo.

Aun así, al ocurrir aquella sorpresa, le fue permitido entrenar durante medio día con alguno de los reclutas o superiores libres. Ese día en específico era el turno de su hermano, quien no le estaba dejando tan fácil el camino, a diferencia de Armin, el muchachito con el que había practicado el manejo del equipo de maniobras el día anterior.

—¡Jean!

_____ fue la primera en voltear a escuchar aquella característica voz, un tanto áspera ahora. El capitán Levi se había acercado detrás de ellos, como siempre, serio y mirando fijamente a la persona a la que llamaba.

—Es hora de que revisen la formación de la exploración que viene- Explicó el mayor-. Reúnete con tus compañeros en el comedor, yo me encargo desde aquí.

Jean se sintió tensar, pensando en lo que implicaría dejar sola a su hermana con el capitán. No estaba seguro de qué tan preparada estaba para pasar tiempo con él. No sabía con claridad si ya había asimilado lo diferentes que eran las cosas ahora.

—Capitán, yo puedo revisarla después...

—No— Lo interrumpió—. Deben estar todos presentes. Obedece, yo me encargo de su entrenamiento.

El menor suspiró, dándole una palmadita en la espalda a _____, quien solo observaba cruzada de brazos, antes de correr dentro de las instalaciones.

El capitán verificó volteando a la puerta el que, en efecto, se hubiese ido como había ordenado. Necesitaba hablar en privado con ella. Tenía crecientes dudas que necesitaban ser resueltas de un modo u otro.

La muchacha dudaba si debía ser la primera en decir algo. El semblante de Levi era inmensurablemente más frío y distante que antes. Un paso en falso podría hacerlo reaccionar de una manera para la que no estaba preparada. Había visto cómo podía hablarle a Hanji, incluso a Erwin.

—¿Qué estaban haciendo?— Preguntó él, acercándose por fin.

—Combate cuerpo a cuerpo, practicábamos ataque— Respondió la otra, dándole espacio para acomodarse.

—Bien. Tú primero.

Se había acomodado de la misma manera que solía hacerlo cuando eran más jóvenes. Al menos algo no había cambiado, pensó _____, quien ya había tomado su propia posición frente al capitán.

Recuérdame [Levi x Reader] - Renovando, 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora