ᴀꜰꜰʟᴜᴇɴᴢᴀ

episodio ocho

ELITE
"En el aire"

Martes por la mañana, y Ema se dirigió a paso rapido hasta su aula luego de que haya tardado más de media hora desayunando en starbucks.

──Ema, es la primera vez que llegas tarde, ¿ocurrió algo? ─inquirió el profesor confundido mientras que la atención de sus compañeros estaba sobre ella.

──El tráfico ─utilizó como excusa─. No va a volver a pasar.

──Descuida, mientras que no te haya ocurrido nada ─esta sonrió agradecida para luego tomar asiento junto a Polo, Ander le dirigio una mirada confundido, ya que esta acostumbraba a sentarse a su lado─. ¿Seguimos con la clase?

[suena "en el aire" -
vega almohalla]

Durante la hora del almuerzo, la rubia terminó su tarea de biología y luego se dirigió a la cafeteria llevandose por delante a Ander, quien hizo una mueca de sorpresa al verla.

──Hey, ¿cómo estas? ─preguntó la rubia luego de haberse disculpado─. Hace mucho no hablamos.

──Lo lamento, estuve algo ocupado ─explicó. Este llevaba varios días yendo a quimioterapia luego que le hayan diagnosticado cáncer─. Así que, ¿Polo y tú? Otra vez.

──Algo así ─dijo luego de cruzarse de brazos─. El otro día me invitó a su casa.

──Se ve un poco raro, ¿no crees? ─indagó al ver a Polo al final del pasillo mientras todos lo observaban extrañamente─. ¿Por qué tanto revuelo?

──Capaz por los tuits faltos que alguien publicó esta mañana, ¿no será por eso?─dijo irónica─. Acompañame a verlo.

──Polo, ¿estás bien? ─curiosó Valerio sobreexaltando al mencionado.

──Dejadme en paz ─pidió con un tono de molestia luego de que la campana sonara.

──Vale, mejor entramos a clase ─dijo Ander en dirección de la rubia y está se adentró al aula detrás de este.

Luego de clases, Ema pasó la tarde en casa de Isa, esta la invitó para estudiar y luego irían juntas al club, según lo que oyó en clase, todos irían, además esta quería despejarse un poco de todo y sentirse bien otra vez.

──¿Me vas a contar o te quedarás callada como una pringada toda la tarde? ¿Qué pasó con Polo la otra nochecita? ─curiosó con una sonrisa pícara. La rubia rodó los ojos y sonrió sin mostrar dientes─. Anda, cuenta.

──Vale, vale, pasó algo ─admitió con ambas manos en alto y la castaña rió ligeramente─. Pero no me pidás detalles que no te los voy a dar ni en pedo.

──¡Ay! No me lo creo, madre mía ─soltó emocionadamente y la rubia rodó los ojos con sus mejillas ya rosadas─. Se nota que te gusta. Apostaba todo a que terminarías con Ander.

──Yo que vos me voy olvidando de eso, Ander es solamente mi amigo, y así se va a quedar hasta que las vacas vuelen ─ironizó cruzada de brazos─. Tengo que admitir que le daba.

──¿Quién no? Yo igual, tía ─concordó agraciadamente─. A veces me gustaría estar con alguien sin que piense en mi desnuda, ¿entiendes?