Casi todos los alumnos que se encontraban en el Gran Comedor tenían una expresión de aburrimiento en el rostro. Es decir, ¡por supuesto que estaban entusiasmados por saber más de aquellos futuristas!
¡Pero el problema era que estaban discutiendo hacía más de diez minutos!
Los cuchicheos no paraban en la mesa de la tercera generación, y todo se debía a sólo una cosa:-¡No iré yo! -se negó uno de los encapuchados, pensando en que, si se presentaba, tendría una muerte asegurada.
Era la vigésima vez que lo repetía. ¡Bueno, podía ser que fuera culpa suya el que estuvieran allí! Pero eso no les daba el derecho de obligarlo a pasar y presentarse ante más de quinientas personas. ¡Tenía muchísimo miedo!
¿Cómo reaccionaría su madre al conocerlo? ¡Iba a desaparecer! ¡Estaba seguro!
-Potter, es lo justo. Tú nos traes, tú te presentas. Teddy ya te ha salvado antes. -le hizo entender una joven, con tono calmo.
-No me presentaré. -se rehusó, cruzándose de brazos.
-¡MIRA, MALDITO IDIOTA! ¡O TE PRESENTAS O JURO QUE TE HECHIZARÉ HASTA QUE TE SALDRÁN MURCIÉLAGOS POR EL CU...!
-Adhara, creo que es suficiente. Si no quiere pasar, no puedes obligarlo. -le dijo una voz madura a la tal Adhara. Esta, aunque nadie la pudo ver gracias a la capucha, le hizo una mueca de burla.
-Bueno, entonces, ¿quién pasa? -preguntó Dean Thomas, desde la mesa de Gryffindor. Seamus Finnigan asintió en apoyo a sus palabras.
¡Todos querían ver una presentación! Y era obvio que el futuro pariente de Harry Potter no quería.
-¿Qué les dije? -preguntó Teddy, en tono de regaño y cansancio. -Iba a ser por sorteo.
-Perdón, mamá. -ironizó uno. -Pero creíamos que que se presentara él era lo más justo. -aclaró, señalando al que, suponían, era Potter.
El cabello de Teddy cambió a rojo, y nadie supo el porqué.
-Primero el principal, McLaggen, no uses ese tono irónico conmigo. -le pidió, con falsa amabilidad. Cormac McLaggen, en la mesa de Gryffindor, salió de sus pensamientos al oír su apellido. -Y segundo, Jam... Potter se presentará cuando le toque, o cuando le dé la maldita gana. Nadie puede obligarlo.
-Pero...
-¡Sin peros, Adhara! -la cortó, enojado. Todos los futuristas pegaron un brinco en su sitio. -¡Nadie obligará a nadie! ¡Harán el maldito sorteo! ¡Y fin de la historia! -termimó, con los brazos al aire.
Todos los de la tercera generación se quedaron callados, porque la verdad era que cuando Teddy se enojaba daba más miedo que el mismísimo Voldemort.
-De acuerdo.-una encapuchada rompió el silencio, conjurando un frasco lleno de papelitos. -Aquí hay numeritos, así que el que salga se va a presentar sin chistar. -ordenó y todos asintieron.
Un encapuchado hizo un movimiento con su varita, y a cada uno de sus compañeros le apareció un papel con un número en sus manos.
-Bueno, yo sacaré el primero. -dijo la encapuchada del frasco, metiendo la mano en él. Revolvió un poco, generando suspenso, y finalmente sacó uno. -El uno. -leyó.
-Soy yo. -dijo una voz suave, acaparando miradas al instante.
-Pero qué coincidencia. -dijo la voz de Potter, y nadie entendió esa frase.
La encapuchada sorteada negó con la cabeza. Se levantó, y caminó hacia la tarima. Subió los pequeños escalones, y tomó una profunda bocanada de aire.
ESTÁS LEYENDO
𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫: 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐚 #𝟏 [EDITANDO]
FanfictionHarry Potter sabía que sus padres habían muerto por protegerlo, a manos de uno de los magos más oscuros y codiciosos de todos los tiempos. Pensaba que Pettigrew había sido quien los había traicionado, el causante de que Voldemort lo dejara huérfano...