Acenix suspiró en el asiento de la cafetería y llevó otro bocado de pastel a su boca, miró su reloj en su muñeca y verificó la hora. Sí, su "supuesta" cita se había retrasado por más de una hora, y muy probablemente no llegaría a ella.
No se quejaba, en realidad, le venía bien quedarse solo y aprovechar a comer todo lo que quería, pero le fastidiaba mucho que ni siquiera ese desconocido se haya disculpado por su tardanza o siquiera le hubiera cancelado mucho antes.
Era la última vez que aceptaba ir a una cita a ciegas, y la última vez que le hacía caso a una aplicación tan tonta para conseguir pareja.
¿Por qué hacía eso? Estaba preocupado, en si era por su aspecto de niño y su cabello revoltoso, su estatura pequeña, o simplemente porque su personalidad no era una de las más compatibles hasta el momento, y a sus veinte años, jamás ha experimentado lo que era tener algo romántico o pasajero.
Por supuesto, ya se había encontrado con otros chicos, incluso en la misma cafetería, pero todos ellos resultaron ser... un tanto extraños. Como uno de cabello rojizo y ojos bicolor, este a cada momento empezaba a pronunciar palabras en japonés combinadas con el español, cosa que le dio cierto cringe de alguna forma y terminó por dejarlo solo como un amigo.
Aunque ahora, eran en verdad grandes amigos a pesar de conocerse de una manera un tanto especial.
— ¿Te quedarás a esperar más tiempo? — preguntó en una llamada su compañero de cuarto, quien hace segundos se reía de lo que contaba el menor.
— Me quedaré a comer, no por ese tipo. — Acenix hiso un pequeño puchero mientras sus mejillas ya estaban repletas de pastel.
— No sé por qué sigues insistiendo, la caballerosidad de un en día está muerta, y si tratas de buscar a alguien con las altas expectativas que tienes está un poco difícil.
— Yo soy un lindo caballero, no lo olvides. — Acenix recalcó muy orgulloso el 'lindo', y su carismático amigo estalló en risa, de nuevo.
— Lo acepto, eres lindo.
Eso bastó para que el menor sonriera levemente, mientras ahora degustaba con mayor satisfacción y cerraba los ojos con diversión.
Al cabo de unos minutos, cortó la llamada con su amigo y miró a los alrededores. Le llamó la atención la cantidad de gente que había en esa mañana, y aún más le llamó la atención, específicamente, un muchacho alto de cabellera castaña que se dedicaba a mirar a todos lados, al parecer algo confundido. éste sacó de su bolsillo un teléfono y empezó a teclear en ello.
De repente, Acenix escuchó su móvil vibrar en una llamada, y en su contacto le apareció 'Cita'
Cuando miró el aparato sobre la mesa, separó un poco sus labios de la impresión y volvió a mirar al desconocido castaño. Pensó: Quizás y sea una casualidad. Además, él no podía ser el sujeto que lo dejó plantado por más de una hora, ni de broma... ¿Verdad?
Porque vamos, ¡El chico era demasiado lindo! Dios, cuando lo vio, tuvo que dejar de mirarlo por unos segundos o iba aparecer un acosador babeando por él. Pero justo cuando trataba de converse de eso, el castaño miró hacia su dirección y chocaron miradas.
Oh no.
— Demonios, se está acercando. — Murmuró para sí mismo Acenix, mientras trataba disimuladamente de mirar a otro lado acompañado de un ligero silbido.
— Uh, Hola— Saludó el castaño.
Acenix volteó con suavidad, como si nada hubiera pasado. — ¿Hola?
El castaño sonrió frente a él y pasó una mano sobre su cabello, enredando sus dedos largos y finos sobre él. Acto seguido ladeó la cabeza sin dejar de sonreírle. — Supongo que eres Acenix, después de todo, eres el único aquí con cabello plomo, tal y como dijiste.
El menor se estaba avergonzando, cayó rápidamente bajo esos pequeños encantos que, hasta había olvidado que horas atrás se sentía molesto y fastidiado con él. Y cosa que empeoró más su sonrojo, era que apenas era la primera vez que lo veía y a las justas y sabía su nombre. Era una cita a ciegas, ¿Cómo iba a saber que el chico que venía era un supermodelo incluso más guapo que el de las revistas?
Suspiró apenado y negó por dentro. No debía dejarse caer tan fácilmente, debía conocer mejor.
— Sí, soy Acenix, pero ya me iba. Nuestra cita concluyó hace más de dos horas cuando no llegaste. — Respondió probando la última cucharada.
— Respecto a eso... te pido disculpas, en serio. — El castaño quitó su sonrisa carismática, y con un movimiento suave de cabeza le pidió permiso al menor de sentarse a su lado. Fue aceptado. — Suelo ser un tanto descuidado con la hora, pero te puedo asegurar que tenía muchas ganas de conocer a la persona detrás de la pantalla. Creo que fue una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. — Sonrió coqueto a un súper sonrojado Acenix.
— Ah... — Acenix no sabía que decir, ¿Debía agradecer? ¿Debía seguir molesto? ¿Debería darle una oportunidad de conocerlo mejor? — No hay problema, tampoco es para tanto, solo es una cita. — Se limitó a responder.
— Mhm. — El castaño junto sus labios en un pucherito y lo miró. — Me llamo Víctor, y como ya sabías eso, significa que es más que suficiente para que me concedas otra cita.
— ¿Qué?
El menor no podía tener más encendido el rostro, y tal parecía que Víctor lo decía en serio por la sonrisa que llevaba en sus labios. Demonios, ¿Así como así se atrevía a pedirle eso?
— No. Alguien como tú no merece otra. — Por muy guapo, simpático, hermoso, divino, dios griego que sea, no iba a dejarse caer a la primera.
— No soy como crees que soy, y sé que esta cita te ha llevado a pensar un mal concepto, por eso, te pido una más a esta. — Víctor se levantó y estiró su mano hacia Acenix. — ¿Aceptas?
Dudó, juraba que no iba a aceptar aquello, pero su suavecito corazón no podía dejar de derretirse por dentro cuando Víctor lo miro con ojitos de cachorro.
— Solo una. — y tomó de la mano al castaño con nerviosismo.
Víctor se agachó levemente y besó con delicadeza la pequeña mano de Acenix. Levantó la mirada y le guiñó un ojo al menor.
— Sí, pienso que ese concepto no cambiará solo en una, así que me gustaría que critiques me verdadero yo en nueve citas.
— ¡¿Nueve?! — Acenix recogió su mano y la pegó a su pecho. Ese tipo estaba loco, pero ah... también le interesaba la idea.
— Sinceramente, siento que será algo agradable. — Agregó Víctor sonriendo y acomodándose en el asiento, mientras daba a mostrar el hermoso perfil que tenía, y su mirada tan seria y divertida.
Para el menor, ese momento era donde se sentía fallecer. ¿Algo más? Era que había aceptado aquello, y si veía una ventana cerca en esos segundos, no dudaría en tirarse de ella.
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holaa, solo para comentar: en esta pequeña historia hay contenido demasiado cliché, so, ahorrémonos problemas si no les interesa :((
si hay algún error, ¡sean libres de corregirme! :D💕
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ᴄʜɪᴠᴀʟʀʏ ɪꜱ ᴅᴇᴀᴅ [ᴠɪᴄɴɪx]
FanfictionInvictor¡ x Acenix! «Te mostraré la verdadera caballerosidad que hay en mí» ◂Todo lo que se verá aquí es sólo ficción (AU) ◂Actualizaciones suuuper lentas. ◂Disfrútalo!