c i n c o

255 43 26
                                    

◂Un verdadero caballero, cree en que una acción vale más que mil palabras▸

Le parecía tan raro quedarse a observar su teléfono, simplemente esperando a que Víctor haga presencia después de varios días sin escribirle.

Era extraño sentirse así, se estaba preocupando demasiado por él. Pero, ¿Cómo no lo iba a hacer? Normalmente el mayor se encargaba de hacerle sonreír cada mañana con algún mensaje de buenos días, pero, desde la última cita que tuvieron fueron hasta el momento sus últimos mensajes.

Y de alguna manera, eso le hacía parecer que quizás Víctor se haya aburrido de él.

- Acenix. - Llamó Raptor en la puerta de la habitación del peligris. - Se nos hace tarde, ¿Sí irás, verdad? - El pelirrojo se asomó.

- Sí, solo dame un momento.

- Vamos, hombre. Ya trataste de contactarlo y el chico ni responde tus llamadas. Es como si se lo hubiese tragado la tierra. - Comentó Raptor mientras se cruzaba de brazos y recargaba su cuerpo en la puerta. - Salgamos un rato, Acenix. Servirá para distraerte.

El menor dejó de lado el móvil y levantó su mirada a su mejor amigo

Quizás él tenía razón, por más que le preocupase Víctor, no debía torturarse mentalmente todo el tiempo que no tenían contacto. También, en ese instante pensó en lo ridículo que se estaba comportando, porque no sabía si el castaño simplemente tenía buenas razones para desaparecer, y él solo llegaba a esa triste conclusión.

Se levantó a los segundos, y se estiró un poco. Definitivamente un pequeño paseo no le vendría mal.

. . .

- Vaya rostro de muerto que te cargas, Acenix.

- Es el mismo todos los días, no lo puedo cambiar. - Comentó el peligris sin despegar el ojo del suelo. Al parecer, le estaba pareciendo interesante no pisar las líneas del suelo mientras caminaba con Raptor.

El pelirrojo no respondió, en vez de eso, se detuvo en medio del camino hacia el centro comercial a donde se dirigían. Acenix hizo lo mismo.

- Ah, ¿Me podrías esperar un rato en ese parque? - Raptor movió ligeramente su cabeza hacia una dirección, mientras que su expresión tan tranquila había desaparecido por completo de su rostro. - Por favor, no demoro.

- ¿Qué sucede? - Acenix levantó una ceja sin entender a su amigo, pues éste miraba de un lado a otro.

Si Raptor tramaba algo, debía decir que era muy pésimo para disimularlo.

- Ya regreso.

Raptor despareció de su vista.

Acenix no tuvo otra opción mas que obedecer a las palabras de su amigo e ir a donde le había dicho. Se acomodó en un banco bajo una sombra y esperó con paciencia.

Era un gran día con un sol muy prometedor, pero aún así, el fuerte viento que corría parecía querer darle la contra al clima.

Y cuando estaba relajándose en ese momento, su móvil empezó a vibrar con insistencia. Cuando observó al contacto, quedó helado, con el cuerpo sin querer responder.

Víctor lo llamaba, después de mucho tiempo, lo llamaba. Pero tanto era el orgullo que poseía que, no iba a contestar ninguna de sus llamadas a pesar de que se moría de ganas por hacerlo.

- ¿Así como así piensa hacerlo? - Hablaba para sí mismo mientras hacía unas pequeñas muecas y trababa de ignorar el sonido de su móvil. - Bueno, tampoco es que seamos algo más...

- ¿Seamos algo mas? ¿Qué pasa, pequeño Acenix?

El menor quedó con su mirada fija hacia al frente y tragó.

- Tú... - Logró hablar sin tartamudear. De nuevo estaban sus temblores, esos que sólo aparecían cuando Víctor estaba a su lado.

Acenix apretó un poco los puños, ¿Cómo era posible que en unos segundos el mayor tenga tanto efecto sobre él? Pero sobre todo, ¿Cómo es que estaba ahí?

- Sí, yo. - Víctor caminó hacia el menor y se colocó de cuclillas, logrando que Acenix lo mirara. - ¿Qué tal? - Y entonces sonrió coqueto.

Tan tranquilo, tan lindo, tan él. Ver su bonita sonrisa en su frente, logró que inconscientemente también sonriera, y le alegraba de alguna manera que los bonitos ojos avellanas del mayor lo miraran tan atento a sus movimientos.

- Desapareciste. - Habló Acenix, mientras que le hacia un pequeño espacio a Víctor.

- Lo hice. - Víctor tomó asiento a su lado y sacudió su cabellera castaña mientras reía. - Tuve que resolver unos pequeños problemas, pero ahora estoy aquí. - El mayor volteó a mirarlo y Acenix notó por un instante como éste miró sus labios antes de ir a sus ojos. - Espero no haberme tardado.

Acenix tuvo que dejar el contacto visual y enfocar su atención a otro lugar, sino lo hacía era posible que su rostro se incendiara de la vergüenza, una que le hacía latir el corazón rápidamente solo con él.

- Bueno... eso ya no importa. - Respondió mientras movía ligeramente sus piernas. Definitivamente estaba nervioso.

- Acenix. - Llamó Víctor. El nombrado paró. - Seguro estabas aquí por otras cosas pero, ¿Te gustaría pasear un momento conmigo?

¿Había escuchado bien? Acaso, ¿Le estaba preguntando algo que era tan obvio que respondería con un sí? En esos pocos minutos que ya llevaban juntos, su orgullo desapareció tan rápido que antes de pensar bien ya había asentido a la propuesta del mayor.

- Me alegra, pequeño. Yo pensé que me rechazarías. - El castaño empezó a reír a lo bajo, mientras se levantaba de inmediato y se colocaba frente al menor.

'Eso hubiera sucedido si no fuera tan blando contigo' Suspiró.

- Es sólo por un rato.

- Tienes razón, pero aún así es muy amable que me aceptes. - Víctor estiró su mano frente al peligris, invitándolo directamente a que este tomara de ella. Acenix no demoró en aceptar - Recuperemos tiempo.

Y ahí es donde Acenix casi sintió que se desmayaba, cuando en tan solo un segundo el castaño ya posaba sus finos labios sobre la frente del menor, y con sus manos corría suavemente su cabellera para pegarlos aun mas.

Escuchó como Víctor reía sin despegarse de él, y no pudo resistirse a sonreír a su lado. Pues se dejó llevar por el mayor y olvidó que hace unos momentos estaba con un poquito de orgullo a la situación.

Le encantaba sentir a su pecho arder, le gustaba que sus manos temblaran con tan solo tocar las manos del castaño, pero sobre todo, le empezaba a enamorar observar como Víctor lo miraba con tanta intensidad mientras sonreía como siempre.

Extrañaba eso, lo extrañó a él.

- Completemos nuestra quinta cita, bonito.

Antes de comenzar a transcurrir el poco tiempo acordado, Acenix pensó en que todo ese encuentro era obra de Raptor. Lo descubrió cuando revisó su móvil junto con un mensaje de 'Que lo disfrutes. Ahora me debes un favor, señorito cara de muerto' por parte del pelirrojo.

No dudó en reírse por lo que había hecho su mejor amigo y de pensar en que realmente lo eligió bien.
Después, tomó tiernamente de la mano al castaño para empezar a caminar hacia un nuevo recuerdo junto a él, la cual se estaba acostumbrando poco a poco.

ᴄʜɪᴠᴀʟʀʏ ɪꜱ ᴅᴇᴀᴅ [ᴠɪᴄɴɪx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora