enamorado de mi amiga

¡Idiota!

Marinette estaba algo preocupada por el comportamiento de Adrien y Chat noir.

Desde hace unas semanas Adrien frecuentaba ir a traerla a su casa y pasar tiempo con ella.

Mientras que Chat noir la visitaba sin falta, algunas veces lo recibía y otras simplemente el héroe entraba y la observaba dormir.

-¡Es tan raro!

Grito con frustración mientras comia galletas.

-Tal vez te quieren proteger, o simplemente estan enamorados de ti y quieren pasar algo de tiempo a tú lado.

-¡No Tikki! -Marinette suspiro -es casi imposible, Adrien me trata como sólo su muy buena amiga y el Chat noir... Bueno en él si cabe la posibilidad de que le atraiga.

La kwami gruño molesta.

Le pidió a Plagg que le dijese a su dueño que se alejara de Marinette, pero al parecer no lo logró.

¿Acaso a ese kwami goloso no le importaba algo más que se apestoso queso?

-Maldito Plagg inútil- susurro la Kwami, Marinette la miro con duda.

-¿Que pasa con Plagg?

-No nada, olvidalo.

Marinette asintió y se tiro a su cama.

Se quedó dormida.

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-Soy el sexy Chat noir.

Gritó con alegría, no obtuvo respuesta por la persona que quería.

-¡Callate y deja de venir a joder!.-Dijo molesto un vecino.

-¿Si sabe que está hablando con el súper héroe de Paris? -grito el sexy chat noir con algo de enojo en su voz.

-¡Eso me vale madres! ¡Sólo callese que no me deja ver la tele agusto!- Grito el vecino con clara molestia.

-Sili cillisi ni mi diji vir la tili agisti. -dijo burlón el heroe ahora arañando la ventana del cuarto de Marinette.

-¡Vete Chat! ¡Estoy cansada! -Dijo Marinette saliendo al balcón donde se encontraba el héroe felino.

-¿Estas cansada? -Marinette asintió y empujó al chico ya que se estaba robando su espacio personal- Pues eso no parecía hace un momento cuando hablabas muy animadamente con LUKA.

La ojiazul rechino los dientes con furia y se metió de nuevo a su habitación.

-Marinette, sabes que el es muy perseverante y no se irá hasta conseguir pasar algo de tiempo contigo.

La azabache le indicó que se escondiera, era cuestión de tiempo para que el de traje negro entrara a la habitación.

-Princesa, hay que jugar.

-¡No quiero!

El héroe felino suspiro y se acorruco como un gato a lado de Marinette.

-Entonces simplemente dormiremos.

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En el Colegio.

Adrien suspiró como colegiala enamorada al ver a su enamorado.
-Marinette- susurró con voz suave.