—¿Se sintió bien? —Jihyo preguntó mientras alzaba la mirada desde la entrepierna de la mayor.
Sana solo contestó con silencio. Poco a poco se enderezó y sentó en el borde de esa cama, sintiendo bajo sus piernas cierta humedad que había quedado en la tela de la sabana.
Jihyo vio la forma en la que Sana solo se mantenía ahí, moviendo sus ojos de arriba abajo por su cuerpo – había cierta mirada en sus ojos, cierta mirada que le hacía sentir vergüenza estar ahí, de rodillas frente a ella.
No estaba segura de que pensar, pero después de ver como una pequeña sonrisa levantaba la comisura de sus labios, algo vino a su mente. La malicia en esa sonrisa y esa mirada combinaban jodidamente bien.
—Bien hecho. Que buena eres Ji-Ji. —Soltó en un halago mientras pinchaba una de sus mejillas entre sus dedos. —Pero aún no estoy satisfecha.
Eventualmente, Sana bajó el toque de sus dedos a su mentón, jalándola más cerca y pegando sus labios con los suyos en un beso. Un efímero beso que la dejó con ganas de otro. Uno más largo, uno que le permitiera sentir la calidez de su lengua moviéndose por su boca.
No sabía de dónde era que venía toda aquella confianza repentina en Sana. Probablemente había sido el alcohol de antes, las ganas de follar o ese visible enojo por no aceptar sus sentimientos de la manera que quería. No sabía lo que era. Pero lo que sí sabía era que esa actitud altanera de algún modo la estaba molestando.
—¿Puedes levantarte? —Sana preguntó de la manera más hostil posible, haciéndolo sonar más como un "levantate".
Ese tono la hizo apretar los dientes por un segundo.
Definitivamente la molestaba.
Sabía que aun cuando sintiera esos minutos de gloria después de follar, recordaría esa molestia al día siguiente, y el día después de ese, y muchos días después de ese.
—¿Puedes? —Preguntó de nuevo, frotando la punta de su nariz contra la suya.
Jihyo se sintió fastidiada cuando olió ese delicioso perfume que emanaba del cuerpo de Sana. Ese puto aroma la prendaba a ella más de lo que algún día estaría dispuesta a admitir.
—¿Necesitas que te ayude? —Habló de nuevo, sus dedos se movieron a un costado de su cuello, presionando ligeramente el punto de pulso que había ahí.
Ciertamente necesitaba ayuda.
De no ser por aquel pedazo de tela en sus muñecas y ese agarre sobre su cuello, le hubiera sido más fácil despegar sus rodillas del suelo.
Con dificultad, Jihyo comenzó a levantarse, intentando mantener firmes sus entumecidas piernas. Poco a poco sintió como la mano que aprisionaba su cuello comenzaba a bajar por todo su cuerpo, lentamente acariciando sus clavículas y su vientre, y eventualmente llegando a su cintura donde la enroscó.
Aún sentada al borde de la cama, Sana acercó la cara a su cuerpo, llevando sus labios a su abdomen hasta presionar un beso – uno que cosquilleo en su piel. Después vino una lengua que le hizo sentir un intenso hormigueo subiendo por su espalda. Casi sintió que podía caer sobre sus rodillas de nuevo.
Estaba demasiado inmersa en la sensación de aquella lengua contra su piel que casi no había notado ese par de gotas de sudor que comenzaron a bajar por el valle de sus pechos hasta la lengua de Sana.
—¡No, espera! —Jihyo interrumpió sobresaltada, apartándose y lanzando su espalda levemente hacia atrás. —Está sucio, no lo hagas.
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𝙎𝙩𝙧𝙖𝙬𝙗𝙚𝙧𝙧𝙮 𝙑𝙤𝙙𝙠𝙖🍓 ⇢ 𝙨𝙖𝙝𝙮𝙤 [+18]
FanfictionExtra/especial de Orange Juice (No hay necesidad de leer Orange Juice para entender este. Así que pásele a leer y disfrute mi loco ❤️)