Capitulo 16

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Los días eran extremadamente largos, los pies y manos de Joaquin tenían múltiples lesiones, estaba cansado todo el tiempo y sus mejillas tenían quemaduras por el sol que lo lastimaban cuando se limpiaba el sudor de su rostro o cuando retiraba su camisa pues rozaban con ellas, no sabia que el frió podía quemar igual de intenso que el calor

Estaba preocupado seguía sin saber nada de Eduardo y Emilio solo lo observaba cuando se encargaba de montar guardia a los presos

Una semana ahí dentro y parecía una eternidad, deseaba por lo menos haber salido de la cabaña de Emilio con la carta de sus padres y no haberla dejado bajo su almohada...
Su almohada....las sabanas limpias, las mantas aborregadas, lo suave del colchón....sin duda extrañaba lo cómodo y calientito que dormía en aquella habitación, a pesar de lo mal que la podía llegar a pasar no podía negar que le gustaba estar en un lugar limpió y pasar sus días leyendo, comer la comida de Agneta, atender las dudar de Adler, incluso le gustaba las noches en qué Emilio pasaba horas viéndolo mientras lo dibujaba, Emilio....Emilio.... esos ojos oscuros, esa melena embarañada y esa sonrisa que pocas veces dejaba salir a la luz, su peso sobre la cama, lo suave de su piel....Joaquin tuvo que abofetearse mentalmente para dejar de pensar en el General y su perfecto cuerpo

Mientras se dejaba caer en la cama comenzó a pensar que llevaba dos dias sin ver para nada a Emilio, no sabia si eso le aliviaba o lo desilusionaba

Cuando estuvo por cerrar los ojos para intentar alejar al rizado de sus pensamientos la puerta del dormitorio común se abrió y unos pasos lentos caminaron hasta la cama junto a el
Joaquin reconoció su silueta enseguida
-Eduardo-susurro con emoción
-Joaquin?!-pregunto el y a pesar de la oscuridad pudo ver como este achinaba los ojos para poder distinguirlo mejor

Sin pensarlo el peli negro se puso de pie y se lanzo a los brazos de su amigo aliviado de por fin verlo
-donde estabas?!, llevo dias buscándote, temía lo peor-y si lo hizo pero no se atrevía a preguntarle a Emilio por el
-estaba en aislamiento, no se cuanto llevo ahí dentro-explico Eduardo
-te alimentaron?
-si, no te preocupes por mi, tu como estas? Que haces aquí nuevamente?-pregunto el oji azul tomándolo por lo hombros para verlo al rostro
-no debí haberme ido de aquí
-no digas eso, por lo menos allí no tenias que cargar carbón o bloques y estabas bien alimentando-dijo Eduardo acariciando la mejilla sucia de Joaquin aprovechando la oscuridad del dormitorio

El menor suspiro
>>-.....oh te lastimo? Te golpeaban? Te hicieron algo?-pregunto preocupado
-no...no, estoy bien solo, Emilio
-Emilio?
Joaquin lo miro con vergüenza
-el General- se corrigió- de hecho me trataban bastante bien solo no me sentía bien teniendo tantas comodidades y tu, ustedes aquí-señalo dejando atrás el nombre de Emilio
-Joaquin tu y el........-las palabras de Eduardo fueron interrumpidas por una luz realmente brillante por fuera

De repente unas sirenas estridentes comenzaron a sonar y todos despertaron confundidos
Joaquin y Eduardo se asomaron por la ventana y solo miraban soldados junto a presos salir de los dormitorios comunes, varios camiones de carga llegar y una voz demandante los tomo por sorpresa dándole indicaciones que no entendían pero por sus ademanes comprendieron que debían de salir

Ambos siguieron las filas hasta afuera y tomaron lugar sin comprender nada

Cada vez estaban mas cerca de una mesa con varios soldados, escuchaban gritos, quejas y maldiciones pero eran callados por azotes

-alcanzas a ver que sucede?-le pregunto a Eduardo
-no, pero no nos están matando aún, están subiéndonos a un camión...-explico estirando su cuello lo mas que podía
-aun...-repitió Joaquin con ironía

Después de casi treinta minutos por fin llegaron sus turnos, Eduardo fue enviado a la silla delantera mientras que Joaquin se quedo en la que estaba frente a el

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