Durante aquellos días, Viktor no era el único sorprendido por la cercanía que habían ganado entre ellos. Los días fueron pasando, y las charlas mientras Horacio se ocupaba del pequeño jardín y Viktor lo observaba desde la ventana se habían hecho más frecuentes.
Horacio no entendía del todo aquella relación había surgido. Viktor Volkov siempre le había parecido un chico guapo, aunque a él y a la mayoría de las chicas de su curso, incluso de otros. Cuando publicaban las notas de los exámenes, él siempre estaba en primer lugar, pero mientras sus compañeros le felicitaban, él no parecía estar muy entusiasmado, como si simplemente fuera algo más en su día a día. Mentiría si dijera que nunca le había interesado, pero simplemente sabía que aquello era tan solo una fantasía que nunca se podría llegar a dar. Cuando le encontraba en la sala de profesores, estaban en lados contrarios. El peligris siendo elogiado mientras él recibía otro sermón acerca de sus actitudes.
Por eso, el hecho de haber podido hablar con él aquel día en que se encontraron de casualidad, sintió que había hecho un sueño realidad, pero que aquello quedaría allí. Grande fue su sorpresa cuando los días fueron pasando y parecía que era Viktor quien le buscaba. No comprendía del todo el por qué ¿A caso pretendería ayudarle a llevar una conducta mejor? ¿Quizá sentía lástima por él? Era la única explicación que podía ver lógica, sino, no se explicaba por qué uno de los mejores alumnos de todo el instituto se interesaba en él, siendo uno con las notas más bajas y con una reputación que no le favorecía mucho.
Sus charlas con Viktor era algo que mantenía en secreto de sus amigos, del mismo modo que también ocultaba su afición por las flores. Sabía que si tenían conocimiento se dedicarían a molestar a ambos, y aunque estuviera acostumbrado a burlas sobre él, no quería involucrar al otro. A veces se peguntaba por qué seguía con ellos, el termino "amigos" no acababa de cuadrar para la relación que tenía con ellos, al único al que podía considerar así era a Gustabo. Lo conocía desde la infancia, habían crecido juntos y siempre estuvo en sus peores momentos. Siempre habían sido ellos dos, pero Gustabo era una persona que hacía amistades muy fácilmente, por eso Horacio se veía arrastrado con él. Se juntaba con quien Gustabo se juntara, y no había escogido las mejores compañías.
Cuando terminaron la secundaria, Gustabo entró a una preparatoria con un nivel más bajo, pues no tenía ganas de seguir estudiando, tan solo lo hacía a pedido de sus padres, mientras que Horacio consiguió entrar a una con un buen nivel, ya que a pesar de lo que podían creer de él, estudiaba arduamente. A pesar de ello, seguía juntándose con su amigo y los amigos de este, normalmente por las noches. Al final siempre terminaba metiéndose en líos que no quería.
El primer año se sitió algo solo en las clases, a él, al contrario de Gustabo, se le complicaba más hacer amigos, y si a eso se le sumaba su poca paciencia y temperamento, sus primeras peleas dentro de la escuela no tardaron en llegar. A pesar de ello, terminó haciendo un muy buen amigo, Willy, a causa de tener que hacer un trabajo en parejas el primer curso, se sentaban uno al lado del otro y ninguno tenía pareja. A él le podía considerar más amigo que no la gente con la que Gustabo se juntaba, pero era el precio a pagar para poder seguir viendo a su mejor amigo.
Las horas en clase pasaban muy lentas siempre para el pelirrojo, y aquel día no era excepción. Quedaba poco para la hora del descanso, pero los minutos parecían durar una eternidad, su atención hacía rato que había volado, pensando en poder volver a encargarse de sus plantas, y quizá con suerte volver a ver a Viktor. Trató de sacar ese último pensamiento de su mente, debía olvidarse de aquello que empezaba a sentir antes que fuera más difícil, si es que en esos momentos no lo era ya.
Cuando por fin sonó la campana, Horacio se estiró en su asiento, todos los demás empezaron a levantarse de sus asientos, algunos salían del aula para ir a la cafetería o simplemente al exterior. Horacio se levantó y juntó su mesa a la de Willy, ambos almorzaron mientras hablaban, pero la mente del pelirrojo seguía bastante distraída.
ESTÁS LEYENDO
The Garden of words
FanfictionViktor y Horacio a pesar de ir al mismo instituto, pertenecen a mundos prácticamente opuestos, hasta que empiezan a compartir un lugar especial. ¿Podrán las flores hacer que florezcan sentimientos entre ellos?