Cuando salió de la academia ya era bastante oscuro, a pesar de que no era muy tarde aún oscurecía pronto. Miró su móvil una vez más, esperando una respuesta por parte del de cresta, pero no había nada. Suspiró y volvió a guardar el teléfono, emprendiendo el camino hacia la estación.
No entendía el por qué de aquella actitud de Horacio aquel día, había salido corriendo tras devolverle la chaqueta y aunque hubiera esperado por él, no apareció por su jardín. ¿Tal vez había hecho algo para molestarle? Viktor se sentía algo perdido, sin duda entender a los demás nunca había sido su fuerte, ni siquiera a sí mismo.
Sin darse cuenta, tomó el camino más largo hasta su destino, resopló frustrado, odiaba sentir que tenía la cabeza en otra parte. Estaba pasando por una zona comercial, al pasar algunas tiendas la reconoció, por ahí estaba la floristería y la casa de Horacio. En su interior deseó tener la oportunidad de verle, y como si el universo por primera vez en mucho tiempo le hubiera escuchado, observó la figura del pelirrojo llegar al local. Aceleró un poco el paso y cuando estuvo más cerca le llamó.
-Horacio.- El nombrado se giró hacia él, y sintió su corazón dar un salto. Últimamente le ocurría bastante cuando estaba con él.
-Viktor, ¿Qué haces por aquí?- Preguntó el de cresta, con una media sonrisa que intentaba disimular.
Viktor le notó algo cansado, incluso un poco decaído.
-Volvía de la academia e iba a la estación...- Explicó, pero se detuvo en percibir gracias a la luz de la tienda el golpe que traía en su rostro.- ¿Qué ha pasado?- Cuestionó, sonando más preocupado de lo que quería mostrar.
-No es nada, no importa...- Apartó la mirada, y Viktor sintió que le apretaban el corazón.
-Horacio...- Suspiró algo cansado, era la segunda vez que intentaba evadir un tema así.- ¿Hay alguien molestándote?
El otro dejó ir una risa cansada.
-Algo así... Pero de verdad que no tiene importancia, creo que tan solo debería alejarme un tiempo de ellos...- Lo último parecía que lo decía más para sí mismo que para el contrario.
Viktor asintió, entendiendo que no quería dar más vueltas al asunto. Habría querido decirle que podía contar con él, que podía hablar de lo que necesitara con él, pero no fue capaz de expresar ninguna de esas palabras, se sintió frustrado. Por primera vez en mucho tiempo deseaba ser capaz de expresarse con normalidad.
-A propósito.- Habló el pelirrojo, haciendo que la atención de Viktor volviera a él.- Perdona por haberme ido de esa forma esta mañana, me puse algo nervioso al sentirme tan observado... Supongo que no es usual alguien como yo hablando con un miembro del consejo.- Llevó su mano tras su nuca, acariciando esa zona por el nerviosismo.
-¿A qué te refieres con "alguien como tú"?- No entendía a qué se refería en ese momento.
Sintió la mirada de Horacio sobre él, y el chico dejó ir una pequeña risa.
-Da igual...- Contestó mientras negaba con la cabeza, aún con una sonrisa en el rostro.- Es tarde, deberías volver a casa ya.
La forma en la que pronunció aquellas palabras, con un tinte de ternura en la voz, y la manera en la que sus ojos se hicieron algo más pequeños por la sonrisa de labios cerrados que le regabala, hicieron que el corazón del peligris saltara una vez más aquella noche. Prefirió simplemente ignorarlo, del mismo modo que ignoraba todo lo que le hacía sentir fuera de su zona de confort.
Ambos se despidieron, y Viktor continuó en dirección a la estación, para simplemente volver a aquel apartamento vacío. Le habría gustado poder haberse quedado más con Horacio, haber pasado más rato con él. Empezaba a sentir que los ratos que compartían en la escuela no eran suficientes, él no era alguien que le gustara estar con alguien alrededor, pero cuando estaba con ese chico todo parecía poco.
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The Garden of words
FanfictionViktor y Horacio a pesar de ir al mismo instituto, pertenecen a mundos prácticamente opuestos, hasta que empiezan a compartir un lugar especial. ¿Podrán las flores hacer que florezcan sentimientos entre ellos?