Como era de esperarse, tras haber pasado tanto tiempo bajo la lluvia y la ropa mojada, Horacio pilló un resfriado. Al día siguiente se levantó encontrándose mal, por lo que se quedó en casa para descansar. Mandó un mensaje a Willy para avisarle, y volvió a acostarse, durmiendo casi toda la mañana.
Dominic le despertó para que comiera algo y tomara alguna medicina, comprobó que su fiebre no había subido y le dejó descansar un rato más. Intentaba dormirse de nuevo una vez el mayor se fue, pero en esos momentos le empezó a costar bastante. El tiempo parecía no avanzar, no tenía mucho que hacer allí solo, así que se entretuvo a mirar vídeos por internet, esperando volver a quedarse dormido con algo de suerte.
Pudo conseguir dormir un rato más, hasta que nuevamente, Dominic fue a despertarlo para que fuera a comer. Caminar era un fastidio, se puso la manta alrededor y salió de su habitación en dirección al comedor, en aquellos momentos agradeció que el piso fuera pequeño, así no debía caminar mucho. Comió junto a ambos adultos, los dos preocupados por su estado de salud, y Fionna remarcándole que debía ser más previsor y que no debía ser tan descuidado. Sabía que tenía razón, pero en esos momentos no servía de mucho ser insistente con el pelirrojo.
Volvió a su habitación y enseguida se metió bajo las sábanas. Habló un poco por mensaje con Willy, este le decía que por la tarde iría a verle, un rato después de salir de clases, pero el de cresta le insistió que no hacía falta que se preocupara.
Al cabo de un par de horas, Dominic llamó a la puerta.
-Tienes visita, chiquitín.- Dijo mientras abría la puerta.
-Willy, te he dicho que no hac...- Su frase se quedó a medias. Una vez se sentó en la cama, observó a Viktor en la puerta junto a Dominic. Sus mejillas obtuvieron color y esa vez no a causa de las décimas de fiebre.
-Os dejo, si necesitáis algo avisadme.- Comentó el mayor, y cerró la puerta tras él, dejando a ambos chicos a solas.
Horacio quería que se lo tragara la tierra. Sin peinar, en pijama, y con una cara no muy saludable, la última persona que habría querido que le viera así estaba justo frente a él.
-Perdona por venir sin avisar, no tengo tu número... Hoy no te vi en el jardín y pensé que tal vez habrías pillado un resfriado...- Explicó, rascándose la nuca en un gesto nervioso.
Horacio le indicó que tomara asiento en la silla de su escritorio, el contrario la tomó y la acercó a la cama para hablar con él, dejando su mochila en el suelo.
-Gracias por venir, pero tranquilo, no es nada.- Aseguró mientras hacía un gesto con la mano para restar importancia.- Enseguida estaré bien.
Viktor asintió, desviando la mirada disimuladamente al resto de la habitación. Horacio habría deseado que estuviera más ordenada, pero aquello no era culpa de estar enfermo, siempre era desordenado.
-Tus flores están bien.- La voz de Viktor centró de nuevo la atención de cresta en él.- Las he ido a ver, no les ha pasado nada, y he devuelto la lona por ti...
Horacio sintió de nuevo aquella presión en el pecho. Viktor no debía tomarse tantas molestias por él, pensaba.
-Muchas gracias... Realmente no debías molestarte tanto, Volkov...- Jugaba con la sábana entre sus manos, claramente nervioso.
-Son importantes para ti, quería asegurarme que estuvieran bien.- Apartaba la mirada del otro chico, y Horacio creyó que Viktor sería capaz de escuchar sus latidos.- Y llámame Viktor.
El de cresta asintió, y hubo un pequeño momento de silencio, aunque a ninguno se le hizo incómodo, al contrario era un silencio bastante acogedor entre los dos, pero la alarma en el móvil de Viktor lo rompió.
ESTÁS LEYENDO
The Garden of words
FanfictionViktor y Horacio a pesar de ir al mismo instituto, pertenecen a mundos prácticamente opuestos, hasta que empiezan a compartir un lugar especial. ¿Podrán las flores hacer que florezcan sentimientos entre ellos?