𝘀𝗸𝗮𝘁𝗲𝗿 𝗯𝗼𝘆 ━━Jelsa

.one

Narrador

–I'm a Barbie girl, in a Barbie world. Life in plastic is fantastic– se podía oír a una joven de cabellos dorados cantar mientras caminaba por la calle mirando al cielo. Sus ropas de color rosado hacían juego con la diadema de rosas que traía sobre su cabeza, se dirigía hacia su clase ballet

Ese día se había despertado feliz, sin razón alguna, pero así se sentía. Esa felicidad estaba reflejada en la hermosa sonrisa que su rostro tenía, pero esa felicidad se fue abajo cuando, justamente, ella también se fue abajo

–¡Auch!– fue lo único que logró salir de sus labios cuando cayó al suelo, después de algo haberle chocado por detrás

–¡Dios! Perdona– una voz masculina fue la que ahora se oyó, sintió como a su lado alguien se agachaba y al levantar la mirada, la esmeralda de sus ojos conectó con el cielo de los otros

Por casi un minuto ambos jóvenes se mantuvieron en silencio absoluto, solamente mirando el rostro del otro, como si estuvieran hipnotizados. El sonido de una notificación fue lo que los sacó de su trance para volver a la realidad, más el dueño de esta no le hizo caso

–perdona, venía algo distraído– se disculpó mientras la ayudaba a pararse, mientras esto la chica lo analizó. Se podría decir que tenía su misma edad, sus ropas eran mayormente de tonos oscuros, muy al contrario de las suyas, su cabello era sorprendentemente tan blanco como la misma nieve y su piel no se quedaba muy atrás

–esto, no pasa nada, tranquilo. Cosas así suceden mucho– le sonrió de oreja a oreja al chico, y cuando por un segundo bajó la mirada notó el por qué de haber sentido tanta fuerza de choque –oh ¿Montas skate?–

–sí, siempre ando de arriba a abajo en él. Me divierte– hizo algunos gestos con las manos para luego encogerse de hombros

–deberías tener más cuidado, te podrías lastimar– río por lo bajo luego de decir eso, al chico se le hizo linda su risa

–sin problema. Soy Jack Frost ¿Tú eres?– extendió su mano hacia ella, por dentro él mismo se preguntaba cómo es que le estaba hablando con tanta confianza

–Rapunzel Corona– aceptó su saludo, volviendo a sonreír

Esa maldita sonrisa tiempo después lo tendría mal