springflower ━━Jack Frost

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Narrador

Era el primer día de escuela, los de primer año estaban nerviosos, los de segundo preocupados por las calificaciones, mientras que los de tercero simplemente estaban tranquilos.

Un cielo soleado acompañaba el ambiente. Una chica que se encontraba en los pasillos maldecía en sus adentros a su amigo, pues este había prometido acompañarla y guiarla por la escuela, ya que él estaba en segundo año. Ahora estaba perdida, y digamos que la escuela era muy grande, demasiados pasillos y puertas, le iba a costar acostumbrarse a ese lugar.

No sabía cómo fue, pero había llegado al patio escolar, en serio esto de las direcciones no se le daba bien.

— Maldito Tadashi. —Pateó una pequeña roca que estaba frente suyo, esta terminó rebotando contra un árbol que había allí, segundos después se oyó un quejido detrás suyo.

— ¡Oye! ten más cuidado a dónde apuntas. —Se giró hacia la voz masculina detrás suyo, encontrándose con un chico peliblanco. Inmediatamente se sonrojó, por el hecho de haberlo golpeado.

— Pe– perdón, no fue mi intención. —Se acercó a él, algo tímida.— ¿Te hiciste mucho daño? De nuevo, lo siento. . .  —Su personalidad nerviosa y tímida se mostró al estar cerca a otra persona, le llegaba a molestar así misma ser así.

— Tranquila tranquila, sigo vivo. —Sonrió de oreja a oreja y levantó el dedo pulgar en señal de que todo estaba bien.— ¿También eres nueva? —Ella asintió en respuesta, bajando la mirada. Su rostro estaba adornado de un rojo tomate.— Un amigo me dio un mapa de la escuela para no perderme. Toma, te lo doy a ti.

— ¿E–en serio? pero es tuyo. —Se negó a tomarlo, pero si algo se conoce de Jack es lo cabezón que puede llegar a ser, por lo que tomó las manos de la chica poniendo en ellas el papel.

— No pasa nada, te vi algo perdida así que decidí ayudarte. —Se llevó ambos brazos hacia su nuca y sonrió sin preocupaciones.— Soy Jack, futuro capitán del equipo de fútbol, un gusto. —Su sonrisa blanca pura se hizo presente de nuevo, solo poniendo más nerviosa a la chica.

— ¿Futuro capitán? ¿Estás en el equipo ya? —Se sorprendió un poco por la rapidez del chico, más este soltó una carcajada.

— Aún no, pero lo estaré ¡Y seré su capitán algún día! ¡El mejor que pueda haber! —Dio una vuelta en el lugar para luego alzar el puño cerrado hacia el cielo.

Por primera vez la chica rió un poco pues se le hacía algo infantil y graciosa su actitud pero a la vez tan sincero, aunque al momento se detuvo y volvió a bajar la mirada cuando notó la fija mirada del chico sobre ella.

— Y bueno, ya te dije quien soy, pero tú a mí no. —Se le acercó, con intensiones de pasar el brazo por sobre sus hombros, pero un grito algo lejano hizo que parara.

— ¡Enana!

— ¡Tadashi! No me digas así. —Se le acercó avergonzada al mencionado. Odiaba que le dijera así, mucho más delante de otra persona.

— Ya ya, perdona la tardanza, estaba atendiendo unos asuntos. Vamos. —El asiático ni siquiera se detuvo a mirar que la chica estaba acompañada de alguien más, ni le dio tiempo a despedirse, la tomó de la mano para adentrarse al edificio de la escuela.

— Bueno. —El peliblanco suspiró rendido, por un momento se quedó mirando aquel árbol para luego darse la vuelta e ir a buscar a su amigo de ojos esmeraldas.

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— Sigo sin creerlo. ¿¡Cómo te pude olvidar!? —El chico de mirada azul contemplaba a su novia reírse de él mientras se recostaba a aquel árbol detrás suyo.

— Por algo afirmo que eres muy idiota, hielitos.  —Dio un pequeño besito en la punta de sus nariz.

— Todo este tiempo eras tú, y yo ni me acordaba de ti. —Seguía balbuceando sin creer que su ahora novia, la chica que le enviaba cartas, fue la chica que ayudó a principio de primer año.

— Jack, como sigas repitiendo lo mismo juro que me voy con Hiccup y Mérida, me tienes mal ya. —Ahora lo que hizo fue darle un golpe en el hombro, había hecho que volviera a salir la actitud salvaje de la chica.

— Vale, perdona florecilla. —La abrazó en forma de disculpa dando algunos besitos en su cuello, haciendo que la chica quitara el ceño fruncido de su rostro.

— Aish, es que no me puedo enojar contigo. —Correspondió.

— Lo sé, soy demasiado sexy.

Después de decir eso, la chica le mordió algo fuerte el hombro haciendo que Jack soltara un grito que se oyó en todo el patio y algunas de las aulas cercanas.