Una Luna y un Lunar

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Un Príncipe dijo alguna vez que las estrellas estaban lejos, pero se podían ver. La Gracia de aquellas palabras no eran casualidad, sino por un mal pasado que en su momento recordó con claridad, y ese dolor se podía ver tan de cerca cómo la Luna, pero llegó un día cómo aquel que dijo aquellas palabras, y pudo reconocer, que cualquier dolor puede doler al momento, pero cada día y cada vez que asoma la luna, ese dolor no se ve tanto cómo una luna, sino cómo una estrella, está ahí, pero casi ni se nota, porque hay muchas estrellas más a su alrededor que forman una grandísima y bella ola de estrellas, que a muchos animarán cuándo las vean reflejadas en su mundo.

- ¿Que te pareció la Historia, Noelia?- dijo la compañera Laura, mientras preparaba un café para un Cliente.
- Me Parece tan profundo que es una Gilipollez- dijo con un tono asqueado
- Pues a mi me parece bonito y reflexivo ver cómo un dolor conforme avanza el tiempo disminuye y queda cómo algo que siempre va a estár ahí, y que en algún momento puede ayudar a alguien.- Dijo Laura encantada por el cuento.
- Me das asco
- ALAAAAAAAAA que tampoco es para tanto
- oh, perdón, tengo que coger el teléfono- dijo Noelia preocupada, mientras se fue a un rincón del bar.
Noelia Cada segundo que pasaba se le veía pálida, sus lágrimas brotaban sin llanto y pudo comprobar cómo el cuento en aquel momento, era lo más inútil que había escuchado en su vida.

Historias Cortas Semanales sin sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora