(La Mesa de al Lado)

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-Esto... Cómo has dicho que se llamaba la bebida - preguntó Katie a la camarera.

-Corrida de Santo- dijo con picardía.

-Pues en ese caso, con ese nombre tan llamativo, tiene que merecer un trago

-Marchando entonces

Cuando la camarera se giró hacia el mostrador, no pudo contener su felicidad al saber lo que estaba a punto de suceder, y Jooodeeer, para no estarlo.

Tras hacer que el tiempo corriese sin prisa debido a la curiosidad que le traía a Katie por saber "qué" o "cómo" sería la bebida, al cabo de unos siete minutos le trajo la buena corrida.

-Aquí lo espera - dijo la camarera

-Gracieees~ - soltó Katie por su ansía por probar aquella bebida

Cuándo dió aquél trago, no saboreó nada, pero si lo saboreó su vista.
El local se fue distorsionando hasta quedar todo a oscuras, no habían sillas, pero sí mesas, no habían personas, pero sí estatuas que representaban aquellos humanos sentados, pero sin caerse.
Katie, quiso saber que le había echado a la bebida para que ocurriese esa clase de magia, pero tras intentar moverse por aquél espacio, sintió su cuerpo pesado, cómo si estuviese debajo del agua.

Tras intentar caminar un rato hacía adelante, pero sin logro, empezó una luz tenue a posarse sobre la cabeza de Katie. Intentó gritar para pedir ayuda, pero era imposible, su voz no se escuchaba, y nadie se movía, "¿Que puede ser todo esto?" Pensó desesperada.
Tras pensar aquellas palabras, la luz se movió intentando apuntar a una pared en la que decía, "El ángel tiene la respuesta". Tras leer aquella información, la pared fue desapareciendo, hasta quedar el horizonte a oscuras, pero seguía la luz tenue ahí, hasta que se movió hacia dónde estaba Katie. Pero... ¿Dónde podía encontrar al Ángel?


Tras estár cinco minutos desamparada, sin saber que hacer, la luz se fue moviendo hacía adelante, y se paró justo enfrente de una niña vestida de ángel, pero la niña estaba llorando, arrodillada en el suelo, pérdida, pero no se le escuchaba llorar.
Katie reconoció aquel traje, aquellas alas manchadas y a aquella niña, porque era ella.
Katie dejó de notar el cuerpo pesado, y tras aquella sensación de alivio, empezó a andar, esta vez, con la veracidad de que podía avanzar. Tras acercarse a la niña, Katie le preguntó, pero la niña no la escuchó, y lo supo, porque era un trauma. Cuándo Katie intentó hablarle, la niña se dió la vuelta, pero no porque escuchase a Katie, sino porque algo se acercaba, y no precisamente con buenas intenciones. Entonces, pudo notar la fuerza a la que iba aquel manotazo dirigido a la cara de la niña por el giro tan rápido que le dió la cara. Después del manotazo, la niña se le empezaron a caer lágrimas de los ojos y comenzó a mover la boca, pero no por mucho tiempo, ya qué tras notar la ostia, la niña empezó a abrir la boca, hasta incluso por un poco más de encima de sus capacidades, y Katie pudo recordar, aquella sensación, aquel recuerdo, y aquella felación por parte de un desconocido.
Katie pudo ver la cara de sufrimiento de la niña, sin ver el cuerpo del desconocido, y vio cómo cada músculo facial eran intentos por quitárselo de encima y de intentos de llorar, pero eran inútiles, hasta que hubo un momento en la cuál su garganta hizo un movimiento de atragantarse, y la niña comenzó a toser.
Cuándo terminó aquel acto, la niña empezó a desaparecer, pero Katie, había recordado aquél trauma, y cómo si fuese un interruptor, volvió al local y comprendió todo, el por qué del nombre de la bebida, el por qué estaba ahí, y la sonrisa de la camarera.

-El hombre que te hizo eso, está justo detrás de aquella puerta, haciendo lo mismo que te hizo a tí, pero a otra niña - dijo la camarera, señalando la entrada de los baños de chicos

Katie se levantó sin preámbulos, dispuesta a vengarse, pero antes decidió ver la mesa de al lado y qué había allí, en el local, solo estaban, ella, la camarera, y por descarte esa tenía que ser la mesa de aquel pederasta.

-¿Qué había tomado el señor?- pregunto Katie

-La Mano del Cura

- Me prestas ese trapo color pastel y aquella tela negra?

- Por supuesto

Katie desgarró por en medio la tela y se la puso por encima junto con el trapo por encima de la cabeza. Cogió un cuchillo de la Cocina y fue al baño dispuesta a Matarlo. Abrió la Puerta y se encontró a la niña haciendo los mismos movimientos que ella tuvo que hacer, pero el pederasta no estaba, eso quería decir... ¿Que era una ilusión todo?¿Que ella no la veía?¿Qué podía significar?

Historias Cortas Semanales sin sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora