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El día en que su esposa falleció probablemente había sido el peor de la historia, pero las personas no solían llorar en esa parte. La historia seguía.

No se dejó caer por el fallecimiento de su amada mujer, simplemente decidió seguir adelante, aunque no pudiese hacerlo en esa vieja choza de roble en medio de la casi nada.

Tomo sus cosas, su valentía, su espíritu aventurero y enterró el cuerpo sin vida de su esposa en el jardín trasero. Partió de ahí sin más, navegando entre sus lágrimas y dolor, tratando se seguir su camino.

La noche completamente oscura y repleta de estrellas, pero en esa misma noche oscura una estrella sobresalía por mucho de las demás, brillaba tan intensamente que incluso podía verla parpadear levemente. Sonrió hacia el cielo guiándose por la luz de esa bella estrella.
El amanecer llegó y la luz de esa bella estrella se perdió con el día, pero no detuvo su andar. Toda la noche había sido su guía. Llegó rápidamente a la civilización, algo que él y su esposa no conocían tanto, pero se llamaba ciudad. De eso estaba muy seguro. Le gustaron mucho los autos de ahí, era la primera vez que veía uno, adoro los postres, las tiendas, las personas de ropajes finos, todo era realmente lindo. Le había gustado.

ー¿Qué paso después?-.

ーNo la cuento con el mismo detalle que ella le daba-. Suspiró enojada levantándose de su regazo. Se burló al dejarla con la curiosidad, pero no lo hacía a mal. A ella lo que pidiera.

ーEl tiempo de los cuentos ha terminado, tenemos que irnos ahora-. Eunha se tensó por completo cruzándose de brazos en una esquina de la habitación.

ー¿Es muy necesario esto?-.

ーUn susto es lo menos que se merece ese idiota, solamente lo golpearemos un poco y se lo devolveremos en un par de horas, no tenemos por qué mantenerlo con nosotros por días-. Eunha asintió no convencida del todo.

Estaba muy consciente de la situación, desde que había engañado descaradamente a Seonghwa con Yoongi y quien era ese tal Park Jimin, y aunque no le gustaba mucho la idea de hacerle algo al joven desconocido, no podía evitar tener esas ganas de asesinarlo por el simple hecho de ser cercano al pelinegro. Sabía que estaba mal, pero no podía evitar querer hacerle algo, no podía.

ーVamos-. Dijo decidida mientras salía de la habitación antes de arrepentirse.

Seonghwa se burló un poco de ella antes de seguirla de cerca hacia su próximo destino.

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La noche ya adornaba nuevamente el cielo, y por alguna razón, Jimin sentía diferente todo.

Estaba caminando por la misma calle que sus pies habían recorrido desde casi siempre, llevaba su ropa, la noche se había hecho presente como los días anteriores, no entendía que había de extraño. Pero una sensación amarga se extendía por completo en su estómago.

Tal vez porque a diferencia de los demás días este no vio a Yoongi.

Sonrió sin evitarlo al recordar a su novio. Tan solo el pensar como Yoongi había llegado a su vida para colarse rápidamente hasta su alma y poder tocar su corazón, le llenaba de felicidad saber que tenía a alguien como él a su lado.

Entonces a él llego el pensamiento de su vida antes de Min, era linda pero aburrida, sin un toque especial, o tal vez con un toque solamente Yoongi podía despertar, no tenía idea, pero estaba feliz.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera había escuchado el resonar de los pasos detrás de él, simplemente no podía dejar de pensar en la bonita sonrisa de su pareja. Pero los tacones acompañados de unos zapatos finos comenzaron a hacer eco en su cabeza, casi colándose en sus oídos, casi.

Buscador de Estrellas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora