Capítulo 1

14.1K 591 232
                                    

El se va a casar. Mi padre se va a casar con alguien que no es mi madre. Sé que han estado separados por más de diez años pero aun tengo que acostumbrarme a la idea de tener a otra mujer en casa todos los días de forma permanente.

El nunca había pasado de los 5 o 6 meses de relación con alguien pero lleva junto a ella dos buenos años. No le daba mucha esperanza a la situación pero efectivamente –y como dicen– me cerró la boca. Se llama Ender y es todo lo que yo no soy, físicamente hablando.

Es mucho más alta que mis 1,68. Su cabello es rubio en contraste con el color chocolate malva del mío. Sus ojos son verdes y a comparación de la cantidad de pecas que lleva mí rostro, su piel parece ser como la de una modelo en una portada de revista, completamente inmaculado.

Soy la viva imagen de mi madre.

Me agrada Ender. Es demasiado simpática, tiene una risa contagiosa de esas que pueden hacerte parar de llorar o hacerte reír hasta que te duela el estómago.

Y cocina.

En esta casa raramente se siente el aroma de comida casera. Pero cada vez que ella viene a cenar, nos hecha de su santuario personal –la cocina– y luego de un par de horas tenemos toda clase de manjares ocupando la mayor parte de la mesa. Ella es una chef. Puede hacer que las sobras del día anterior se conviertan en una obra de arte con un aroma divino y sus postres son la gloria. Creo que me podría acostumbrar a esto, pero antes debo buscarme un buen gimnasio porque presiento que voy a terminar como un mamut.

Mejor olvidemos la parte del gimnasio, soy demasiado débil para esas cosas.

Luego está el hijo de Ender, Simon.

Simon es, como decirlo sin que suene muy directo y ofensivo...un nerd. Un GRAN nerd. En el buen sentido de la palabra. Es alto como su madre, tiene mi edad, pelo color rubio oscuro y sus ojos verdes como los de Ender siempre están cubiertos por unas gafas de borde negro ancho. Su campo de interés son las ciencias. Es un mega cerebrito dueño de un súper laboratorio en su cuarto.

Estoy segura de que será el próximo en ganarse un premio Novel o algún premio importante.

Siempre está trabajando duro sacándole provecho a todos sus días mientras yo me siento culpable pensando en que lo único productivo que hago consiste en quedarme en cama escuchando música, comiendo papas y stalkeando a mis ídolos por Instagram. ¡Salud por nueva generación de zombis creados por el Internet!

Bueno en realidad no hago eso todo el día, solo una buena parte de él. Al contrario de Simon, yo me considero un alma libre amante del arte. Amo la pintura, los colores, amo plasmar mi imaginación en un lienzo y mostrársela al mundo. Planeo, en un futuro, abrir mi propia galería. Daría todo por ver a la gente entrar en la sala llena de mis obras y contemplar, desde mí lugar, sus expresiones, emociones, saber lo que piensan y causar algo en ellos.

Es decir, que artista no querría eso.

"Así que... ¿Cuando decidiste esto?" Le pregunto a papá mientras estamos sentados en el sofá de la sala. Tuve que parar mi maratón de la noche del sábado de Divergente para escucharlo o me des concentraría.

"Lo estuve pensando las últimas dos semanas," dice mirándome cautelosamente. "Sabes que desde que la conocí supe que era la indicada así que me dije ¡hey! ¿Por qué no hacerlo oficial?"

"Bueno, pensarlo y hacerlo son dos cosas diferentes. El matrimonio es algo serio, ¿estás seguro de que estás listo para ello?" Le pregunto moviendo el control de la TV en mi mano. Tengo la mala costumbre de agarrar cosas cuando estoy un poco nerviosa y las muevo para desviar la tensión.

"Sí, estoy seguro. Estuve casado una vez ¿recuerdas?" Sonríe de lado.

"Sí, y mira lo bien que acabó" Le saco la lengua antes de ponerme pongo seria. "Es un gran paso papá, una gran responsabilidad."

Mira hacia sus costados y luego voltea hacia mí de nuevo.

"Hablas como un adulto, ¿qué hiciste con mi pequeña Cassie?" Acto seguido empieza a reír. "Soy el padre aquí, creo que ya se cuales son mis responsabilidades y las consecuencias de mis actos," me guiña un ojo.

Dejo el control en la mesa de café y me acerco para tomarle la mano y soltando un gran suspiro.

"Sólo me preocupo por ti. No te he visto tan ilusionado por algo en mucho tiempo y tengo miedo de que las cosas no funcionen como quieres."

Pone su otra mano sobre la mía.

"Confía en mí, se lo que hago." Dicho esto, me abraza por unos segundos hasta que me separo.

"Bien, pasemos a lo importante." Me observa con atención. "¿Tienes el anillo?" Inquiero.

Se levanta y camina hasta el saco azul oscuro que está colgado en el armario al lado de la puerta principal. Lo veo rebuscar en uno de los bolsillos y saca una pequeña caja azul terciopelo. Camina hacia mí y me la tiende. Rápidamente se la arrebato y la abro. Es hermoso, es brillante, es gigante, es...caro, creo que cuesta más que el salario de un año de papá.

"Rayos papá es increíble pero, ¿cómo te pudiste permitir algo así?" Pregunto mientras aun sigo contemplando el diamante. Es de oro blanco con pequeñas incrustaciones violáceas en toda la superficie del lazo.

"¿Te acuerdas de Richy?"

Levanto la mirada hacia él.

"Richy... ¿Tu antiguo compañero de habitación en la universidad?" Respondo insegura.

"El mismo. ¿También recuerdas que siempre te hablaba de lo obsesionado que estaba con las piedras preciosas y todas esas cosas?" Asiento. "Bueno, el chico abrió una joyería. Me lo encontré hace unos días en el centro y nos pusimos al día, siempre me tuvo mucho aprecio..."

"Bueno, por supuesto, eras su único amigo." Tuerzo mi boca. Papá tiene la cualidad de ser increíblemente sociable. Podría hacerse amigo de cualquier que pase por su lado.

Ignora mí comentario por completo y continúa. "...y me contó de su nuevo emprendimiento, así que le pregunté si podía ir a echar un vistazo. Me mostró unos cuantos ejemplares, entre ellos estaba este. "Toma la caja con el anillo de mis manos y lo inspecciona. "Me gustó en el momento en que lo vi y le dije que definitivamente debía tenerlo pero no estaba seguro de si podría pagarlo." Camina de un lado para el otro sin dejar de hablar. "Richy no lo dudó ni un segundo y me hizo un gran descuento, dijo que siempre estuvo en deuda conmigo por ser su guardaespaldas en el campus."

"Claro, Súper-man." Compartimos una sonrisa cómplice.

"Y he aquí." Levanta la caja en el aire.

"¿Cuando se lo pedirás?"

"Esta noche, luego de nuestra cena de aniversario de dos años," suspira.

"Quien diría que dentro de tu caparazón eres un romántico empedernido." Lo molesto juguetonamente.

"Calla niña, ya demasiado nervioso estoy." Se dirige al armario y vuelve a guardar el anillo en el saco.

"Sabes que dirá que si, ella te adora." Resoplo y vuelvo a poner la película.

Se produce un silencio y lo siento sentarse a mi lado.

"¿Estás bien con todo esto?" Pregunta con calma.

Lo miro levantando una ceja.

"¿Lo estás tú?" Suelta una risita. "Papá, si ella te hace feliz está bien para mí. Además será interesante tener gente nueva en la casa, ya me estaba cansando de ti." Golpeo su hombro con suavidad y me abraza con fuerza.

"Te amo tanto," susurra.

"Y yo a ti papá."

Sólo espero que esta vez sea la correcta.

Cassie & Gray © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora