Cap 17

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Las manos de Camila sudaban mientras detenía la motocicleta una cuadra antes de su destino. Ya había sido honesta, había dicho que estaba asustada de volver a ese lugar pero debía hacerlo si quería encontrar respuestas y la única persona que podía darle respuestas se hallaba a pocos metros.

El clima era un espejo de cómo se sentía la castaña en esos momentos, era inestable y en cualquier segundo podría desatarse una tormenta feroz. El cielo estaba gris y, a lo lejos, se podían oír los estruendos que amenazaban con soltar un fuerte diluvio sobre Miami. Salir en aquellas condiciones climáticas no era recomendable pero poco le importaba a la morena, si lo hubiera pensado por medio segundos más no habría optado por volver a aquella parte de la ciudad que tanto había estado evitando.

Por mucho que intentara ocultárselo, Lauren podía ver cada reacción que tenía el cuerpo de su compañera. Sus instintos estaban alerta. La morena jamás le había contado que tenía familiares en Miami y eso le preocupaba, tenía que ser algo malo como para ocultárselo. Las palabras que habían intercambiado desde que salieron de la organización eran escasas. Era una locura, cada alarma en su mente estaba encendida, sabía que estaba siguiéndola a un lugar del que quizás se enteraría de algo que cambiaría la vida de Camila para siempre.
Pero confiaba en ella, era Camila Cabello.

La seguiría a donde fuera.

Y así fue, ambas empezaron a caminar. Lauren tan solo tenía la vista fija en ella, iba un poco detrás de la morena así que tan solo lograba ver un poco de su rostro. Aún así sabía que estaba seria, estática.

Sus labios se separaron en señal de sorpresa al ver que la menor se detenía enfrente de un enorme portón de madera, miró a su alrededor y notó que los muros juntos a aquel portón ocupaban toda la cuadra. Eran altos así que no podía verse el interior y logró notar las numerosas cámaras de seguridad que las apuntaban.

Camila dudó si presionar el botón del portero, sabía que aún tenía tiempo de irse de allí y no tener que pasar por aquello, pero quería respuestas. El sonido del timbre se escuchó lejano, casi inaudible y, en cuestión de un minuto, dos hombres abrieron la puerta.

_¿Hablarás?- rompió el silencio con fastidio uno de los hombres- no tenemos tiempo para esto- movió su chaqueta dejando ver su arma, esto provocó que un escalofrío recorriera la espalda de Lauren.

_Mi nombre es Camila Cabello, déjennos pasar- ambos se vieron entre sí sin estar completamente convencidos- verifíquenlo rápido- la voz de la morena reflejaba irritación y la ojiverde no pudo evitar notar el cambio extremo que tuvo el lenguaje corporal de su compañera.

Hace unos segundos se encontraba tensa y ahora transmitía tanta confianza. Le recordó por un segundo las veces que ambas fingían ser mujeres poderosas en aquellas misiones que lo ameritaban, cada rastro de debilidad se borraba dando paso a un ser ficticio inventado y adecuado para la ocasión. Se preguntó, entonces, si ese era el personaje que Camila había elegido para esta "misión", una chica sin un rastro de miedo. Por un segundo quiso saber si la Camila Cabello que se paseaba por la organización era la real o tan solo otra máscara para la gran misión llamada vida.

_Patrón- habló uno de ellos a través de una radio.

_¿Qué quieres?- la voz de aquel hombre se oyó y la morena contuvo con todas sus fuerzas dar un paso atrás.

_Hay dos jovencitas aquí, una dice ser Camila Cabello y...

_Déjalas pasar- lo interrumpió- no las hagas esperar.

_- dijo corriéndose para dejarlas pasar- sigan el sendero y entren por la puerta corrediza de la derecha.

Ambas se adentraron y siguieron las indicaciones de aquel hombre, Lauren no ocultó su sorpresa al ver la enorme casa que se mostraba al pasar el muro. La fachada delantera encontraba un punto entre moderno y rústico, tenía unos tres pisos con unos cuantos umbrales de madera que formaban un pórtico que parecía rodear la casa completamente. Los pisos de este eran también de madera y un camino de piedras se extendía desde el portón hasta la entrada principal, de este se desprendían dos senderos de piedra más pequeños que iban hacia los costados de la casa.
Camila tomó la delantera por el sendero de la derecha hasta llegar a la puerta corrediza que se encontraba de ese lado y daba acceso a una habitación que se veía como se vería la sala de espera de una oficina, se podía ver hacia dentro ya que la pared exterior de todo ese lado era de cristal.

Perfect two - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora