Junkyu gimió al ver como las luces le nublaban la vista. Suavemente empezó a abrir y cerrar sus ojos.
¿Dónde estoy?
¿Paredes blancas? ¿Monitores cardíacos? ¿Hospital? Se sentó lentamente. Solo para sentir un dolor punzante fluyendo por todo su cuerpo.
Alguien suspiro mientras la puerta de abria y cerraba. Junkyu miro hacia la puerta y vio a un... ¿enfermo?
"Hey ¿qué esta pasando?" El enfermero no contestó, solo lo miro e inclinó un poco la cabeza. "¿Con permiso?"
El enfermero se veía un poco confundido. ¿Por qué? Parpadeó continuamente hasta que callo en cuenta de por qué estaba allí.
Se apresuró a caminar hacia donde Junkyu estaba sentado en la cama, y lentamente lo colocó de nuevo en una posición acostada.
"Hey, ¿por qué no me hablas?" Junkyu estaba incluso más confundido ahora. Su enfermero no le estaba ayudando a contestar sus preguntas. ¿Ahora que?
El enfermero se mantuvo callado, hasta que otro hombre joven entró al cuarto. El primer enfermero le espeso a hablar en... ¿japonés?
Sin siquiera mirar hacia Junkyu, ellos dos empezaron una conversación.
(Esta parte es en japonés)
"Es lindo."
"Mashiho, no estas aquí para coquetear con el paciente. De todos modos, ¿ya le diste su medicamento?"
El mayor guardo silencio.
"Es enserió..."
"¿Cómo se supone que le diga que se tome el medicamento?" Mashiho se quejó. Él no creyo que la barrera de lenguaje fuera a interponerse en su trabajo, pero de alguna forma si lo hizo. "¿Pretendes que se lo meta por la garganta?"
"Dale las pastillas. Como lo haría una persona normal." Haruto dijo de forma obvia. El mayor puso los ojos en blanco, pero lo hizo de todos modos.
Se acercó al pequeño escritorio junto a la cama de hospital de Junkyu y sacó un pequeño paquete de pastillas del pequeño cajón.
Saco dos pastillas de la caja y sirvió una cantidad decente de agua en un vaso. Se lo ofreció a Junkyu y lo ayudo a sentarse correctamente. El coreano se enderezó silenciosamente, mientras Haruto estaba parado al margen.
Mashiho tomó las pequeñas capsulas en su mano e hizo un sonido de 'ah', indicándole a Junkyu que abriera la boca. El más alto obedeció y abrió la boca, mientras que el más bajito arrojó las pastillas en ella.
Después de unos tragos de agua, Haruto dejó a los dos en paz. Solo se estaba asegurando de que la parte importante saliera bien. Los medicamentos son importantes.
Mashiho suspiro. No sabia que hacer ahora. No le podía hacer al paciente ninguna pregunta, así que ¿qué podía hacer?
Junkyu solo podía mirar al otro. Era lindo; no iba a mentir. Bastante bajito, pero eso era adorable. Mejillas esponjosas y grandes ojos, como los de un ciervo, que combinaban a la perfección.
Lindo, pero por qué no habla.... du-DUH, él es japonés. Comprendelo Junkyu
Mashiho suspiro otra vez. Estaban atrapados en un silencio incómodo. Nadie podía decir nada o el otro no lo entendería.
Y continuó así durante unos días más.
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