Lo único que se escuchaban era el agua golpeando el piso de la ducha.
Mashiho mira a Junkyu. Junkyu lo miro de vuelta.
"¿Qué tengo que hacer?" Pregunto el más alto. Parecia perturbado por la extraña situación.
Por otro lado, Mashiho estaba petrificado. Un mechón de cabello mojado estaba acomodada perfectamente en la
El cabello mojado del mayor se encontraba asentado perfectamente en la cabeza del mayor. Junkyu estaba tan hermosos como siempre. Sus anchos hombros brillaban con el agua mientras sus ojos estremecido parpadeaban continuamente evitando que el agua se metiera en ellos.
"M-medicina..." Mashiro repitió sin aliento.
Junkyu hizo un pequeño sonido de 'oh cierto', pero antes de que pudiera dar un paso más se desmayo.
El más bajo jadeó. A pesar de estar en shock, tomo a Junkyu en sus brazos para intentar ayudarlo lo más rápido que pudo.
Piel contra piel. La calida sensación fue sensacional. Estaba abrazando a un hombre hermoso al que amaba.
Saliendo se sus pensamientos, el japonés intento dejar a contrario en en suelo, pero termino teniendo la cabeza de Junkyu acariciando su cuello.
Y en ese momento perfecto, Naehe entro al baño.
"Escuche un pequeño ruido... qué... paso?" La chica susurró al mirar la escena que tenia enfrente. Lagrimas saladas empezaron a asomarse de sus ojos mientras se lamentaba y lloraba. Ella había amado a Junkyu con todo su corazón, pero saver que él podría haberse enamorado de otra persona le dolía.
"¡Oh Naehe, no es lo que parece!" Mashiho trato de explicar. A pesar de que el chico estaba profundamente celoso de la chica, no quería arruinar ninguna relación.
Naehe pisoteó y gritó. Estaba actuando como una niña pequeña y el más bajo ya había teniendo suficiente. Lo había estado llenando de ira desde el momento que apareció y ya Mashiho había tenido suficiente.
"Oye! iSi ni siquiera puedes dejarme explicarte, es mejor que te vayas! ¡Deja de hacer rabietas estúpidas también! ¡Ni siquiera puedes confiar lo suficiente en Junkyu, y eso es triste!" Grito. Estaba demasiado harto para darse cuenta de que Naehe había comenzado a llorar. "Incluso si te engañó..."
"Te lo merecias, perra."
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