11. 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹: 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲𝘀 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗶𝘇𝗼𝘀

752 81 8
                                    


Hyunjin y Jeongin eran pareja desde que el menor comenzó su primer año de secundaria, sus padres nunca se interpusieron en eso, la madre de Jeongin era un poco indiferente con Hyunjin en cuanto se enteró de su relación, más nunca intento separarlos, a fin de cuentas, su hijo se veía feliz con el muchacho.

A pesar de llevar ya seis años de relación, solo habían tenido una sola vez de intimidad, Hyunjin nunca presionó a su novio para tener sexo, a pesar de ser un adolescente calenturiento, se preocupaba por cómo se sentía su menor, sabiendo perfectamente que no estaba aún listo para dar el siguiente paso, que sería: coger cada fin de semana.

Jeongin a sus dieciocho años aún era tímido, no era de dar el primer paso, a pesar de que le gustaría, su timidez le ganaba. Pero esta noche sería diferente, se entregaría de nuevo y con más seguridad a su pareja.

Y así fue, tuvieron una hermosa, tierna y caliente noche, llena de amor y cariño, al igual que deseo. Hyunjin dedicándole tiernas palabras a su pareja y el menor llenando de besitos el rostro del mayor.

Los días pasaron y ellos eran aún más cariñosos, unas que otras veces Hyunjin tocando de más el cuerpo de su novio, haciendo que éste se avergonzará y se pusiera totalmente rojo. Claramente había más confianza entre los dos y eso les gustaba, les gustaba no tener que guardarse las cosas por vergüenza o miedo, entre los dos se apoyaban y solucionaban los problemas que se presentaban.

Semanas después, Jeongin comenzó a sentirse mal, preocupando a su madre y a su novio, debido a que el chico era sano, tenía una dieta balanceada, hacia el ejercicio necesario, y que de un día para otro se mareara en la clase de educación física o con movimientos bruscos. Eso no era normal, su madre decidió llevarlo al médico, haciendo que faltara a clases, no iba a arriesgarse a que su hijo sufriera de algo en clases. 

—Bueno, afortunadamente tuvimos los resultados de las pruebas rápido —El chico y su madre se encontraban sentados frente al escritorio del hombre en bata —Jeongin, señora Yang, su hijo está esperando un bebé de dos semanas, felicidades.

Los dos contrarios no podían creer lo que el hombre había dicho.

¿De verdad estoy esperando un bebé? Fue lo primero que el menor pensó, dejando de lado lo que su madre o su novio pensaran, estaba emocionado, pero a la vez preocupado, y de nuevo, no por lo que su familia dijera, si no por cómo haría él para mantener un bebé. Aún estaba estudiando, no tenía un trabajo completo, solo de medio tiempo.

—Jeongin... —el mencionado miró a su madre, mientras acariciaba su vientre con asombro. Ya habían salido del hospital y ahora se encontraban en un pequeño restaurante, no habían comido por lo que al ser ya tarde ambos tenían hambre. —Dime que al menos es de Hyunjin.

Salió de su asombro, notando las pequeñas pero notorias lágrimas de su madre, sintiéndose mal por no haberle prestado atención. Se levantó de su asiento frente a ella y se sentó del lado izquierdo de la mujer, abrazándola fuertemente, dejando que ella llorara entre sus brazos, sabía que sentía millones de emociones combinadas, no era fácil asumir que tu hijo de apenas dieciocho años ahora estuviera embarazado, agregándole que ella fue criada de una manera diferente, para ella tener un hijo antes de casarse no era bien visto, pero sabiendo que era su hijo el que estaba en aquella situación no podía simplemente echarlo de casa, no lo haría, lo apoyaría en sus decisiones y en el momento en que se lo dijera a su pareja y a la familia del contrario.

—Aquí tienen su orden —la mesera dejó ambos platillos frente a cada uno, mirando discretamente a la mujer que aún lloraba, sintiendo un poco de lastima aún sin saber el porqué de su llanto —Que disfruten su comida.

UN PADRE CHOLO, hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora