Donde Kara ama a Lena. Y la ama tanto que la intensidad de su amor parece quemarle como kryptonita quemando su interior.
"Si amarte fuera kryptonita, sería verde porque me mata", dijo Kara sonriendo con tristeza.
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Fecha de inicio: 3 de marzo...
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Si hace meses me hubieran dicho que existía una variante de kriptonita capaz de cambiar tus preferencias sexuales, quizá hubiera visto a esa persona como si le hubiesen salido dos cabezas. Sin embargo, ahora estando expuesta a ella, podía confirmar que era una cosa real.
¿Cómo llegué a esa conclusión? Esa es una buena pregunta. Lo cierto es que yo nunca en mi vida me había cuestionado mi sexualidad. Desde pequeña, incluso estando en Kriptón siempre asumí y di por hecho que el día que me enamorara, lo haría de un chico. Un hombre que me respetara y supiera manejar mi independencia. Un hombre con quien eventualmente, me casaría y formaría una familia. Hace algunos años, incluso llegué a pensar que ese alguien era Mon-El. En ese momento, él era el chico perfecto para mí. Es decir, era atento y atractivo. Algo idiota para muchas cosas, pero lo importante era que me quería. O bueno, eso era lo que pensaba yo. Pero no todo es color de rosa en la vida claramente, y luego de unos meses juntos, vino la ola de problemas y "nuestra burbuja de amor" se reventó sin poder repararse de nuevo. Él se fue y yo me quedé a la espera del tan hablado "amor de mi vida".
Hasta hoy.
Mi día empezó normal. Con una patética y tediosa rutina que consistía en levantarme, arreglarme y desayunar. Al despertar, recibí el típico mensaje de buenos días de Alex con un reporte de lo que haríamos durante el día en el DEO. Para mi sorpresa, en su reporte, Alex mencionó que requeriríamos la ayuda de Psi en una misión. Y no era que no me agradara, ni mucho menos, pero se me hacía demasiado extraño. Ella solía ser conocida por ser «una villana en recuperación» como Alex solía llamarlos. Trató de hacer su vida lo más normal posible después de la partida de Imra. Hasta el día de hoy, no me quedaba clara la naturaleza de su relación, solo sabía que Psi sufrió muchísimo cuando Imra anunció que volvería al futuro.
Mientras analizaba la situación y el porqué de la repentina ayuda de Psi, Alex, la dueña de las respuestas a mis dudas, me llamó.
*Llamada*
—Buenos días, hermanita. ¿Lista para patear algunos traseros alienígenas hoy? —Aunque no podía verla, era un hecho de que estaba sonriendo.
—Sabes que siempre estoy lista. Aunque...
—¿Aunque...? —preguntó al notar mi silencio.
—¿Por qué es necesaria la ayuda de Psi? —devolví la cuestión con intriga.
—¿Por qué no vienes al DEO y te explico acá? —respondió con otra pregunta.
—Bueno. Supongo que está bien. —Sin esperar su respuesta, corté la llamada.
