El Monologo de la Alegría

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El primo Dante alguna vez me dijo las siguientes palabras, todos pensábamos que estaba loco pero tal vez... solo en este momento puedo pensar que él era más sensato que toda la humanidad junta, sus palabras rezan así:

La alegría no es absoluta, jamás lo es, parece ser un juego incompleto al encontrar una pieza pierdes otra. —Sus ojos se abrían tanto que parecía se fueran a salir de sus orbitas.

Un día descubres parte de tu lugar en el mundo de los sueños de tus conocidos... pero a cambio pierdes una jugada en otro tablero de juego, tu propio tablero, el de las ilusiones verdaderas. — Su piel blanquecina siempre me ponía nervioso, pero ese día su piel era un pergamino y sus venas le ponían algo de color.

Sus metáforas eran tan reales para el querido primo Dante...

Descubrirás que no eres solo una pieza o solo un jugador, juegas diferentes posiciones en el divertido y complejo juego llamado vida o hasta que alguien invente una mejor palabra para tan desafiante destino, la existencia. — Las carcajadas que liberaba entre cada palabra parecían salir del más profundo de los pesares y alegrías.

No te ha pasado, querida prima, que justo en ese momento de felicidad, de risas, recibes una noticia que borra la sonrisa de tu rostro, — la aparente elocuencia y animo no me permitían procesar del todo lo que me decía— no es por ser trágico ni nada de eso, solo trato de justificar mi prevención a la alegría, la mayoría de las personas le temen a la tristeza, le teme a las malas noticias, yo decidí tenerle miedo a la alegría, a esa sonrisa perfecta en el rostro... — El terror con el que pronuncio helaría la sangre del más valiente personaje de cualquier novela caballeresca.

—... Porque siempre acabara, la euforia se va y deja un vacío, cuando crees que ya todo está bien, entonces algo sale mal en algún lugar del mundo... algo sucede, un accidente, un error ajeno, una actitud poco amigable de otra persona, un comentario descortés, una llamada o un mensaje de texto, una mala noticia llega, de una u otra forma llega a ti, a tus pequeñas y felices manos. —la certeza en sus ojos sin luz, estiro su mano hasta tomar mi delgado brazo, lo apretaba con tanta fuerza, no me permitía gritar el miedo que sentía.

He de admitir que mi querido primo no tenia una manera clara de expresarse, pero después de muerto ya nada importa.

La felicidad es tan delicada que con cualquier cosa se desborona, mientras que la tristeza es constante, nunca te abandona del todo, siempre queda un problema por resolver, una herida que no termina de sanar, alegrarse es dejar que esa condenada tristeza golpee con fuerza, yo en cambio abrazo a mi tristeza como si fuera mi sombra. — Libero mi brazo y sonreía mirando el techo de su cuarto de hospital, la imagen no dejaba de ser hermosamente horrorosa.

Ahora entiendo, lo que me decía, claro que lo interpreto a mi manera, ahora puedo ser tan feliz como mi sombra azul me lo permita. Hoy puedo decir que los locos son todos, los que están mal son los que creen poder abandonar la emoción de las lágrimas, la emoción no invitada, yo sigo el camino azul, es amargo siempre, pero más feliz lleno de emociones fuertes, aquí... en mi cuarto de hotel, sin ventanas o luz natural, sin muebles claro que no los necesito si toda la habitación esta en vuelta en una suave espuma.

Café y Mil EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora