A Amelia los días se le habían pasado volando. Llevaba toda la semana haciendo compras para redecorar su casa con la ayuda de Jesús. Bueno, con su compañía porque ayuda más bien poca. Se acercaba su cumpleaños y como cada año, buscaba algo en lo que tener la mente ocupada. Nunca le había entusiasmado nada la idea de celebrar que cumplía un año más.
Era un día como otro cualquiera en su agenda. La suerte que tenía era que ese dato solo lo conocía Jesús que sabía muy bien que era un tema tabú para su amiga. Aunque de vez en cuando le gustaba picarla, frenaba a tiempo, pues era conocedor del temperamento de la morena, por ello intentaba no llevarla al límite con ciertas bromas.
- ¿Puedes dejar el dichoso teléfono y decirme si el cuadro está recto? ¡Que tengo los brazos dormidos Jesús! En buena hora te pido que me ayudes. – intentaba centrar el cuadro esperando que su amigo le prestase atención.
- Sí, claro....si le das un centímetro a la derecha lo pones en casa del vecino. – se burlaba – Madre mía Amelia, estás perdiendo facultades. ¡Diseño de interiores Ledesma! Contrate nuestros servicios y le colocaremos las puertas del revés. ¡No se arrepentirá! Jajajaja – la morena soltó el cuadro y le lanzó un clavo que pasó a unos centímetros de su cara.
- A ver listillo, levántate de ahí y colócalo tú. Tanto meterte conmigo y no sabes ni cambiar una bombilla. – su amigo se dirigió a la pared y en menos de diez segundos lo tenía hecho para asombro de la morena. La miró con aires de superioridad y se sentó a su lado.
- Cierra la boca guapa. ¿Decías algo? Se me da esto mejor que a ti. Ya son muchos años viviendo solo. – se llevó un golpe en el hombro – Vale, valeeee. Si me dejaras echarte una mano...pero lo quieres hacer todo tú solita – lo golpeó de nuevo mientras el otro reía.
- Si hablaras menos y me ayudaras más....¡a veces no sé ni para qué te llamo! – resopló.
- Uy uy uy..... Creo que alguien está de mal humor y no quiero señalar a nadie. Hay que ver lo mal que te sienta cumplir años amiga mía. Y esto empeora con el tiempo, te aviso. – Amelia suspiró molesta y se fue a la cocina a por unas cervezas.
- Prohibido hablar de ese tema ¿lo recuerdas? Aunque bueno...por suerte o por desgracia solo lo sabes tú, ese es mi único consuelo – le dio un botellín y volvió a sentarse a su lado.
- ¿Me vas a dejar aunque sea este año celebrarlo contigo? – si las miradas tuviesen el poder de matar, estaba seguro de que lo hubiesen sacado de allí con los pies por delante – Tranquila fiera que ya he captado el mensaje, pero no te vas a librar de verme el sábado porque voy a ir a verte actuar y eso sí que no me lo puedes prohibir. Pero descuida que no te llevaré bombones ni flores.
- Y que tampoco se te pase por la cabeza felicitarme que nos conocemos. Ni hablar del tema Jesús y menos allí que lo que me faltaba era que María se entere y me monte una fiesta. Es que no quiero ni pensarlo – su amigo la miraba con una sonrisa pícara mientras subía y bajaba ambas cejas – Solamente te voy a decir dos palabras: ¡TE MATO! - lo agarró del cuello mientras ambos reían.
Había llegado el día que tanta tristeza le causaba. Lo tenía tachado de su calendario, como si no existiera. Le traía tan malos recuerdos de su infancia que en cuanto tuvo uso de razón se prometió a sí misma que borraría esa fecha para siempre y nunca más lo celebraría. Su difunto padre había conseguido que algo tan especial se transformara en los peores recuerdos de cuando era niña. Por eso odiaba con todas sus fuerzas todo lo relacionado con ese día.
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Una serie de catastróficas......CASUALIDADES?
RomanceCuando tienes una vida monótona y aburrida......esa rutina de la que no quieres salir porque es tu zona de confort....Cerrada a todo incluso al amor, no sabía que la más bonita de las casualidades iba a llegar de una forma tan inesperada..... ACLARA...