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había noches donde me levantaba llorando por sueños terribles, más bien pesadillas, donde eramos encontrados y encarcelados todos en distintos lugares del país o simplemente donde todos moríamos por ser un problema para el gobierno. todas esas noches entraba piscis y cáncer a consolarme diciéndome que todo era solo un sueño y que todos estábamos bien.

la perdida de alguno de ellos me aterraba demasiado y lo sigue haciendo hasta el día de hoy pero nuestra vida era así: riesgos, armas, problemas con gente de mucho poder, etc. pero a mi vista eramos solo gente tratando de sobrevivir e huir de nuestro pasado.

ya no había tiempo para llorar, sentir tristeza o arrepentimiento, debíamos actuar rápido y con la cabeza en frío.

- estamos aquí. - informó géminis por en auricular. miré a libra y asintió, no podíamos hacer ruido estábamos a unos metros de donde se encontraban nuestros amigos secuestrados intentando seguir con el plan original y uno nuevo a la vez.

trague nervioso.

- bien, equipo central ya saben que hacer, ustedes pueden venimos con esto hace años y es nuestro último golpe. - habló virgo comunicándose con el otro grupo. nos habíamos dividido y virgo se quedo a controlar las dos misiones, sabía que se encontraba al borde de un ataque nervioso pero estaba ocultándolo. -equipo dos, esto es por ellos, tenga cuidado y traiganlos a salvo.

le temblaba la voz y estaba a nada de romperse a llorar. no contestamos, no podíamos y aunque libra queria hacerlo y decirle cuanto la quería no lo hizo.

recargue el arma y mire a mis amigos; escorpio, tauro, piscis, libra y yo, nos tocaba rescatar a nuestro amigos y los demás seguirían el plan original.

piscis se acerco a mi con cuidado y me abrazo enterrando su nariz en mi cuello. una vez terminado el abrazo, se separo pero aún con las manos en mis hombros, susurró: - acuérdate de tailandia.

me estremecí. acaricie su cara, era preciosa. plante un beso en sus labios y le sonreí.

nos separamos y tauro hizo un gesto para reunirnos todos en circulo.

- esto es por nosotros. - nos habló bajito. - y por la vida de la gente que amamos.

una vez preparados con las armas y protecciones necesarias, dimos la señal a virgo que ya estábamos listos. luego de unos cinco minutos nos dio luz verde.

coloque mi pasamontañas y suspire mientras avanzamos hacía el lugar.

es hora de matar un par de bastardos.






la silla en estos momentos era mi peor enemiga y no podía quedarme sentada así que camine durante 10 minutos, dando ordenes. ya había dado la orden del rescate y un poco antes la del banco central.

mordí mis uñas.

camine de un lado al otro, escuchando disparos en los dos auriculares que me contaban como iban las misiones. quería llorar, pero no era el momento de sensibilidades y sentimientos.

- ¡leo! - escuché gritar a acuario y más disparos.

la respiración se me corto pero no pregunte.

más disparos de ambos auriculares, ambas misiones hasta que de un lado cesó.

silencié un micrófono y con la cabeza destruida me atreví a preguntar. - ¿qué ha pasado?

no había contestaciones. revise rápidamente las cámaras hackeadas del banco, busqué por todas las habitaciones pero no los veía. la presión en la pecho aumento.

- estamos aquí. - la voz agitada de géminis me alivio.

estaban adentro, busque las cámaras del tesoro y los ví, pero leo estaba herido lo sabia por como tomaba su parte izquierda del cuerpo.

- no hay tiempo para preguntar, virgo. - me sacó del trance capricornio con su voz penetrante. - explotamos esto y salimos, mira por donde están viniendo los refuerzos.

vigile y los vi a dos pisos de ellos, estaban yendo hacia allí. - dos pisos arriba. - informé.

los veía trabajar colocando los explosivos en su lugar mientras veía cada vez acercarse más a los refuerzos del gobierno.

- explota. - mandó acuario.

y así lo hice apreté el botón, todo paso en cámara lenta frente a mis ojos, las cámaras dejaban de funcionar y el ruidoso ruido en mi auricular.

- ¡no lo podemos dejar aquí! - escuche gritar a piscis por el otro auricular.

disparos. y luego silencio, un ruido de unas puertas abriéndose y quejidos.

- estas bien, libra, todo esta bien, ya los tenemos, mirame. - escuché hablar a escorpio.

se me congeló la sangre. era mi libra, algo le había pasado, estaba herido.

mi cabeza se apago y solo podía pensar en que lo estaba perdiendo, no distinguía las voces de mis amigos hablándose entre ellos en sus misiones eran solo murmullos para mí porque no podía reaccionar.

lo estaba perdiendo. estaba perdiendo al amor de mi vida. 

¡zides! - zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora