Quaterback , te odio.

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Nic Palladino como Caleb Taliano.

-¿Y lo dejaste allí después de casi haberle besado?

Mi amiga, Abby no dejaba de hacer preguntas sobre lo que había sucedido horas antes al entrenamiento del equipo fútbol.

-Te lo he dicho 80 veces. Sí, lo dejé allí después de haberle casi besado.

Suspiró y volvió a mirar hacia al frente.

Últimamente pasábamos mucho tiempo en el campo de fútbol viendo correr a los tíos más buenos de toda la universidad, de aquí para allá. Aunque también he de admitir que ellos también nos miraban a nosotras. Obvio, entre Abby, una perfecta rubia de ojos verdes con un cuerpo perfecto y yo, una despampanante morena con cara de no haber roto un plato cuando en verdad he roto más de diez.

Salieron los chicos de los vestuarios preparados para el entrenamiento. Kevin, como no, antes de ponerse el casco me guiñó uno de sus azulados ojos. Que pesadilla de niño. Entonces otro jugador le golpeó accidentalmente, o eso creo.

-Mira por dónde vas, tío. -Le gritó.-

Éste se quitó el casco y me miró. Caleb

¿Jugando en un equipo de fútbol americano? Pero si el odia todo tipo de deportes.

Caleb chocó su mano contra la espalda de Kevin, en señal de disculpa, creo. Ambos se dirigían a nosotras.

-Vaya preciosa ¿otra vez has venido a verme? -Me preguntó Kevin mientras pasaba una de sus manos por el pelo.

-Deja que lo piense. -Miré a Abby.- No.

Tanto Abby como Caleb rieron por mi comentario.

-Lárgate Kevin ¿no ves que no pintas nada aquí? -Soltó Abby de repente.-

-Tú si que no pintas nada. Lárgate tú, con tu amiguita, zorras.

-Tranquilízate tío. -Intentó calmarlo Caleb.- Creo que es mejor que nos marchemos. -Y se lo llevó lejos de nosotras.-

Nunca he entendido el comportamiento de Kevin, a veces es tan bueno que incluso puede gustar a alguna chica, porque su físico también llama muchísimo la atención pero es que otras veces es el mismísimo demonio, no hay quien lo aguante. Tiene una personalidad bipolar que hace que me vuelva loca y no en el buen sentido.

El entrenamiento había comenzado y los chicos comenzaron a dar vueltas por todo el campo para calentar, una vez terminado el calentamiento empezaron a hacer jugadas.

La verdad es que Caleb me sorprendió con creces, todos los jugadores se la pasaban y éste hacia touchdowns impecables. Es una nueva faceta de él, que la verdad me gusta demasiado. Es como si el fuera el nuevo quaterback del equipo.

A medida que fue pasando el tiempo, las gradas fueron llenándose cada vez más, pero no por parte de chicos, si no de chicas. Todas venían a ver a Caleb. Por un momento mariposas juguetearon por mi estómago, aún que no eran de emoción, sinceramente.

Cuándo terminó el entrenamiento Caleb, se quitó la camisa. Su torso estaba muchisímo mejor de lo que me había imaginado y sí, me he imaginado a Caleb sin camisa desde que lo ví ¿cómo no hacerlo? Estaba para huntarlon en pan y comérselo o comérselo directamente.

Cogí a Abby de la mano, mientras bajábamos corriendo las escaleras hacia los vestuarios.

-No me digas que vas a entrar ahí.

-Ahá. -Confirmé.- Quédate un momento aquí, por favor.

Solté a mi amiga, entrando al vestuario, que para mi gusto estaba bastante vacío.

-¿Caleb? -Grité.-

-Estoy aquí. -Escuché detrás de la ducha.-

Me quedé detrás de la puerta.

-Con que eres el nuevo quaterback.

-¿Y tu mi nueva admiradora?

Sonreí.

-No tiene gracia. -Seguía sonriendo.-

-¿Y porqué sonríes? -¿ Cómo puede saber que estoy sonriendo en este momento? No aguantaba más y entre dentro de las duchas.-¿Estás loca o qué , quieres que nos expulsen a ambos?

-No te recordaba tan vergonzoso, Caleb. Me has decepcionado. -Llevé mis manos hasta el pecho con cara de pena. Ambos sonreímos. - Te odio, quaterback. -Le susurré. -

-No es verdad.

-Si que lo es. -Un silencio invadió todo el vestuario.- Mejor me voy.

-No. -Me tiró hasta él, haciendo que el agua de la ducha también me mojara a mi.-

Alguien entro en los vestuarios sin previo aviso, iba a decir algo cuando Caleb me tapó la boca con su enorme mano. Me tome unos minutos para observar todo su cuerpo. La persona desconocida abrió una de las taquillas y volvió a marcharse. Mi ex, me quitó la mano, dándose cuenta de que me lo estaba comiendo con la mirada, prácticamente .

-Entonces... Era yo el que iba perdiendo la apuesta ¿no?

-Ag cállate imbécil.- Me solté de su agarré y me marché -

Cuándo salí porfin del vestuario Abby se quedo totalmente perpleja ante mis pintas de Don nadie , porque en aquel momento es lo que parecía. Tenía toda la ropa mojada , tanto que se me pegaba al cuerpo , notándose el sujetador. Toqué mi cabello y este también se encontraba totalmente empapado.

Miré con asombro a mi amiga y grité. Grité tan fuerte que me escucharon en otra parte del mundo. Se escucharon unas risas dentro del vestuario.

Cabrón. Lo odio. Lo odio tanto que le estrujaria la garganta hasta que se quedase de un color morado chillón. Seguro que lo hizo para vengase de haberle dejado con las ganas de besarme.

Esto no termina aquí ni por asomo. Si quiere guerra , la tendrá porque no se lo pondré nada fácil.

Fin del juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora