Lluvia de Primavera

❀ XXII ❀

En estos días la lluvia otoñal se había hecho presente casi a diario, sobre todo por las tardes era cuándo más llovía. Jaehyun atravesó la puerta de la cafetería a zancadas, sacudió su abrigo color negro y luego, con dos golpecitos sobre el tapete húmedo limpió sus zapatos. Miró en dirección a la mesa dónde me encontraba esperándolo, se acercó y cuándo sus ojos se cruzaron con los míos sonrió.

Después de haber tenido aquella conversación con él, aclarando toda la situación confusa, las cosas entre ambos se habían vuelto de cierta forma diferente, parecía que aquel chico frio, inexpresivo, reservado y un tanto callado había desaparecido, era cómo si ahora estuviese tratando a una persona completamente diferente.

-Lamento llegar un poco tarde, quería esperar a que la lluvia se calmara un poco pero no fue así- se quitó su abrigo y lo dejó sobre el respaldo de la silla sobrante. -¿Quieres que te explique algo?- tomó mis apuntes y los ojeó detenidamente.

Lo miré un segundo y negué con la cabeza –Sunbae, me siento más que lista para esos exámenes, te dije que no era necesario tomar asesorías, mi cerebro funciona bien- ambos reímos.

-Hace un par de días no parecía funcionar bien- dijo en tono burlesco, lo que provocó que lo mirara con ambas cejas arqueadas -¡Es broma!- sonrió mientras negaba con las manos alzadas –Me alegra que al final pudieras concentrarte, lamento no haber sido de mucha ayuda.

-¡Sunbae!- di un pequeño golpe en la mesa como de protesta –Por favor no digas eso, gracias a ti me siento mejor, sin tu ayuda no hubiese podido aclarar mis pensamientos y seguiría igual de perdida que hace un par de días. Me alegra que estés aquí. - el calor se apoderó de mis mejillas, agaché la cabeza y sonreí discretamente. No podía creer lo sincera que estaba siendo con él.

Un par de horas después el atardecer se hacía casi presente, el farol que quedaba frente a la puerta de la cafetería luchaba parpadeante por mantenerse encendido. Tomé todas las cosas que tenía en la mesa y las guardé sin prisa dentro de mi bolso. Caminé delante de él, pero antes que diera un paso fuera del lugar me tomó del brazo y me detuvo –Yang Mi...olvidas tu paraguas-.

Solté una risita apenada y lo miré con los ojos casi cerrados –No traje paraguas, sunbae- respondí entre dientes.

Soltó un breve suspiro y frunció el ceño, tomó su paraguas y lo extendió hacia fuera, me rodeó con su brazo sosteniéndose de mi hombro –Vamos- ordenó mientras yo trataba de esconder mi rostro avergonzado con la cabeza baja evitando mirarlo. -¿Por qué siempre olvidas tu paraguas?

-¡Aaah! La verdad es que no tengo uno- reí –El que tenía no se en dónde lo dejé, quizá lo olvidé en algún lugar...- suspiré.

-Te regalo el mío, lo necesitarás más que yo.

-¿¡Sunbae!?...¿Él de verdad se preocupa por mí?- lo miré boquiabierta -¡Tú también lo necesitarás y más ahora!

-Tengo otro.

Mis emociones se calmaron y de sentirme especial pasé a sentirme torpe, hice un pequeño puchero y lo seguí al paso. Tomamos el ultimo autobús para no seguir caminando bajo la lluvia, la imprudencia de muchos autos nos hacía correr con la mala suerte de salir empapados. El autobús estaba casi vacío, aun así, busqué un lugar hasta el final, tomé asiento, pero Jaehyun se quedó parado mirándome-¿Qué pasa?- pregunté confundida.

-No deberías ir en la ventana, menos en un día lluvioso cómo hoy, podría suceder un accidente y...

-Sunbae- interrumpí –Me gusta ir en la ventana, sobretodo en días lluviosos, es relajante, no te preocupes- sonreí con dulzura.