Lealtad

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Berlín

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Berlín

La capital del nuevo imperio alemán; un lugar algo sombrío para la latina, altos edificios se asomaban por su ventana, estandartes de la actual bandera ondeaban con el viento, colgados en palcos, distinguiéndose a pesar de la lluvia, todo parecía tan "perfecto", digno de admirar, digno de un imperio.

Alguna vez México pensó que su país podría ser tan grande como cualquier imperio, digno de ser admirado, con orden y perfección; pero ella sabía que su gente era libre, querían felicidad, vivir bien, aún que estuviera el tiempo de la chingada, ellos saldrían adelante. Sabia las consecuencias de ser tan grande, ya lo había vivido, todos los admiraban, pero no veían detrás del telón de esa obra.

Dejó de ver su ventana y regresó a su vista baja. El viaje iba en silencio, sólo se oía la lluvia, el chófer no articuló palabra alguna y la europea sólo iba volteando al frente, sentada en una postura elegante, vaya que tenía orgullo.

México no era de tener orgullo, podría ser un país, sí, pero eso no la hacía tener el derecho de ser superior que los demás, ella era de tratar a todos por igual, le gustaba que todos se llevarán bien, sin clasificaciones o nivel económico; "somos humanos, ¿o no?," era lo que solía contestar, pero ahora, tal vez tendría que cambiar eso.

Llegaron al centro de la ciudad, el lugar tenía una alameda en su centro, teniendo que rodear para llegar al palacio (municipal), el auto se detuvo frente a una gran puerta de reja negra, un soldado abrió la puerta del lado derecho, la europea salió del auto, rápido una sombrilla fue abierta, México salió por su lado, un soldado también la ayudó a bajar, la latina dio un "gracias" apenas audible, y él soldado sólo le sonrió pasándole la sombrilla. Por lo menos el día ya no estará tan gris después de eso.

Third Reich ya la esperaba, México corrió para alcanzarla.

-Miss Mexiko ist so (señorita México es por aquí)-dijo entrando, México no dijo nada, solo la siguió.

Entraron, más guardias estaban ahí, junto a dos doncellas que recogieron las sombrillas; el lugar estaba "extravagante" para ella, podía decirse que era mucho mejor que el de cualquier país, las paredes tenían un papel gris brillante, el suelo era de madera oscura, las paredes eran adornadas con fotos de antiguos presidentes y escenas de eventos históricos, además, la bandera del imperio resaltaba en cada pared, con algunos pilares pequeños que tenían rosas o alguna escultura.

Subieron al segundo piso, ahí un soldado interceptó su camino; se detuvo frente a ellos dando el saludo fascista, con su frase que lo caracterizaba

- "heil Hitler"-

-Restsoldat("descanse soldado")-contestó la fascista-Welche Botschaft hat sie? (¿Qué mensaje trae?)-

El guardia le entregó un papel, que rápido leyó, guardo el papel en su bolsillo, asintió y el soldado se fue tal y como llegó.

el beso de la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora