Guerra

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El lugar estaba desierto, había recorrido dos caminos y nada, incluso vio por las ventanas de los edificios, pero estaban solos

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El lugar estaba desierto, había recorrido dos caminos y nada, incluso vio por las ventanas de los edificios, pero estaban solos.

~tal vez ya lo encontraron~ Pensó, pero era mejor seguir buscando, por si acaso.

Iba dando la vuelta para ir de regreso cuando un llanto la sorprendió, venía del camino de al lado; volvió hacia la dirección del sonido a paso tranquilo, no quería asustar a la persona que estaba llorando. Cuando al fin cruzo vio se trataba de una niña, no pasaba de los diez años, pero era tan pequeña y delgada, como la rama de un árbol, estaba recostada en una pared sujetando su rodilla.

-Sind Sie in Ordnung? (¿Estás bien?) - pregunto la mexicana, acto que hizo que la niña se asustara y empezara a intentar alejarse-Warte, ich werde dir nicht wehtun, verspreche ich (espera, no te haré daño, lo prometo) -

La niña al fin dejo de moverse, pero seguía conservando su mirada de miedo y desconfianza, pero aun así México se acercó; quería ayudarla; cuando quedo a nada de ella se puso de rodillas para quedar a su altura.

Tomó la mano que ocultaba la rodilla con cuidado, no quería asustarla más, con cuidado la coloco en el suelo; alzando la falda de la niña hasta su rodilla, quería ver que tan grabe era.

Una mueca de asco y asombro se reflejó en el rostro de México, era sorprendente como había llegado hasta ahí, el impacto de bala podría no ser mucho, pero, en el cuerpo de esa niña, la herida era un caso muy grabe y parecía ser que la bala había atravesado, ya que la herida era por ambos lados, además de muchos rasguños en su rostro y varias cicatrices muy profundas, parecía que las habían hecho hace poco ya que aún emanaban sangre.

~tengo que curarle esas heridas o no resistirá mucho~

Con cuidado paso su brazo por debajo de las rodillas y su cuello, así como se veía de ligera, pesaba igual, la levantó con mucho cuidado intentando no dañar más su herida, aunque al inicio dio un pequeño quejido logró acomodarla de tal manera que no se lastimarla tanto.

Con cuidado se puso de pie, pensaba ir por el camino en el que llegó, pero la idea se fue cuando la niña empezó a jalar con fuerza su manga.

-Was ist das? (¿qué pasa?) -

La niña que ahora parecía estar más asustada que antes guio su manita temblorosa a la parte de la que había llegado.

-mein Mädchen-dijo México dándose con cuidado la vuelta- (gibt es nichts da... (mi niña no hay nada ahí...)

Sintió un horrible escalofrío que recorrió todo su ser, la alemana estaba ahí, a unos cinco pasos a lo mucho, sus manos estaban en su espalda, traía algunas manchas rojas en sus botas igual que en su rostro. México dio un paso atrás, la había asustado, más bien la asustó esa aura tan oscura que sintió, la alemana sonrió y caminó un paso hacia ella.

el beso de la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora