PRÓLOGO
OCÉANOS CHISPORROTEANDO CON LLAMAS
WREN STONEM estaba ardiendo. Sabía que lo estaba cuando sentía el calor arremolinarse en sus venas, cuando sentía que el corazón le latía en la cara, como si estuviera a punto de estallar en millones de trozos de ceniza. Esperaba que llegara el día en que estallara en llamas, con un temor que se hundía en su piel cada vez que sentía el calor de nuevo, día tras día.
Las llamas la habían puesto en contra del mundo, y el mundo se puso en contra de Wren. Precisamente por eso, Hogwarts se cuestionaba traerla un año más, concretamente para su último año en Hogwarts. La chica había prendido fuego a la capa de un primer año, simplemente porque esa rubia en particular había sido absolutamente odiosa, y Wren se había aburrido. Pero supuso que no habría valido la pena teniendo en cuenta el hecho de que ahora se veía obligada a caminar hasta el frío y lúgubre despacho de su madre para recibir un... merecido sermón. Con una aguda inhalación y un giro de sus ojos de ébano, la morena llamó con dureza a la puerta de madera pintada de negro de su madre, tan elegante y brillante como siempre. La mayor parte de la casa tenía este aspecto, como si estuviera sumergida en el oscuro abismo del océano donde sólo nadaban las criaturas más misteriosas.
—Adelante, —ordenó la conocida voz afilada y sermoneadora de su madre, y Wren casi podía imaginar la cara que pondría su madre. La joven de diecisiete años demostró estar en lo cierto cuando se encontró con el rostro de la mujer, una de sus cejas rasgadas levantada en señal de decepción, mientras sus labios pintados de rojo se fruncían. Wren casi se burló.
—¿Y bien? —le espetó molesta Meera Stonem. Ya se había enfadado con su hija por no haberse unido aún a los mortífagos, ya que era la última de su línea de sangre pura, y Meera estaría condenada si dejaba que su hija desperdiciara esa preciosa sangre.
—Fuiste tú quien me llamó aquí, madre, —sonrió Wren, con ese familiar, aunque particular, brillo travieso y malvado en los ojos que sólo la chica Stonem podía lograr. La fórmula probablemente sea un gran ego, un corazón frío como una piedra y, en particular por ser una perra generalizada.
—¡Tú eres la que ha prendido fuego a la capa de una chica, a la capa de una sangre pura! Más vale que tengas una explicación espectacular o te juro que..., — Wren interrumpió a su madre antes de que pudiera continuar.
—Sabes, solía respetarte hasta que descubrí que eras la perra del Señor Oscuro, —escupió la hija, con una rabia que se arremolinaba dentro de las motas doradas de sus ojos. El calor familiar la recorría como lava fundida lista, para salir de su boca. Su madre la miró con absoluto horror, como si estuviera esperando para destrozarla, como si fuera una estrella pegada en el cielo nocturno que pudiera ser fácilmente pinchada y desmenuzada. Las dos no rompieron la mirada, ni parpadearon, como si estuvieran esperando las consecuencias de las palabras de la niña. Porque ahora Lord Voldemort se cernía en las sombras a cada paso, observando y planeando con ojos de serpiente y lengua de serpiente. Era un veneno, y el suero mortal marcaba a todos sus seguidores ciegos, incluida Meera Stonem.
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SUN & SEA ━━ regulus black ✓
Fanfictionel sol y el mar eran solo seres esperando morir. . . original de eltyrell traducción por lueaxwin