CAPÍTULO SEIS
LA PERSPECTIVA DE LAS LLAMAS GEMELAS
A WREN siempre le había interesado la perspectiva de las llamas gemelas. La idea de que hubiera alguien que compartiera tu alma, era lo más personal que una persona podía sentir y conjurar, y tener también una parte del alma de esa persona. Era un concepto de hogar en muchos sentidos, y a Wren le gustaba pensar que alguien tenía parte de su alma ahí fuera, y que por eso se sentía tan hueca por dentro. Tal vez, había dado las mejores partes de sí misma a otra persona cuando cayó de las estrellas y aterrizó en los brazos de su madre, que una vez la cuidaron. Se preguntaba si serían felices -esperaba que lo fueran- porque tal vez no toda ella tenía que ser... terrible. A ella sólo le tocó el extremo corto del juego de las almas.
—Se nota que te molesta, —observó Regulus, comentando la carta que Wren tenía en sus temblorosas palmas. Era la carta que su madre le había enviado sobre la fiesta de Navidad, y el hecho de que ahora fuera diciembre provocaba escalofríos en la espina dorsal de la chica. Los dos estaban sentados en una sección tranquila y silenciosa de los lúgubres dormitorios de Slytherin. Ella había pasado las vacaciones de otoño en Hogwarts, jugando una buena partida de ajedrez de magos con Regulus mientras él la miraba con adoración. Nunca se acostumbraría a que alguien la mirara así.
—No, soy jodidamente brillante, Reg, —contestó Wren con sarcasmo, el estrés finalmente le afectaba. No podía enfrentarse al Señor Tenebroso, ni a su madre, no confiando en sí misma con la carga de mantener el secreto de que en realidad estaba intentando acabar con él. Wren se preguntó si él podía oler la traición, si apestaba en ella como su perfume de rosa. ¿Era incluso una traición si nunca había sido una seguidora en primer lugar? La morena no lo sabía, pero no le importaba averiguarlo.
—Me van a asesinar, —susurró Wren, con un ligero tono humorístico mientras intentaba quitarse el miedo de encima. Odiaba cuando sentía miedo, la hacía sentir bastante... débil.
—Oye, no dejaré que te pase nada. Te lo prometo, —dijo Regulus, colocando su fina mano sobre la de Wren, y un calor reconfortante se apoderó de la chica. Una sensación de hogar corrió por sus venas, y todos sus nervios le gritaron que no la soltara, que se aferrara a su mano y no dejara que se fuera de su lado. Y, esa parte de ella casi logró convencerla de que él había conseguido esa parte buena de su alma. Que él era su llama gemela. Pero, era tan fácil y familiar centrarse en esa parte hueca de su alma, la que se quedó para mermarla. La que la convirtió en el monstruo que creía ser. Un rubor apareció en las manzanas de su cara mientras alejaba lentamente su mano de la de él, su corazón se partía en dos con cada movimiento.
—No puedo... tengo que... Reg, tengo que acabar con él, —susurró Wren frenéticamente, con el corazón bombeando igual de rápido incluso después de haberse dividido en dos. Habló en voz baja, por si alguien la escuchaba. Regulus la miró con una mirada de preocupación -comprensión-. Una mirada en la que Wren se encontró perdida. Por mucho que la morena intentara reprimir las lágrimas que sentía acumularse detrás de sus ojos esmeralda, un chorro de gotas de cristal logró bajar por sus mejillas y salir de sus ojos hundidos. Regulus la limpió con la yema del pulgar, con una mirada rara y amable que sólo parecía reservar para Wren.
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SUN & SEA ━━ regulus black ✓
Fanficel sol y el mar eran solo seres esperando morir. . . original de eltyrell traducción por lueaxwin