𝕆𝕝𝕕 𝕗𝕒𝕤𝕙𝕚𝕠𝕟𝕖𝕕 [shaundes]

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El mundo, incluso las
partes más pequeñas
de él, está lleno de
cosas que no sabes.
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Ser bibliotecario tiene sus ventajas, una de las más importantes es el acceso libre a toda la información que no esté disponible al público. Toda esa hermosa, y necesaria, información que espera ser usada para ayudar a resolver, o crear, dudas.

Ser bibliotecario también da una cierta superioridad, pues básicamente ellos son el nexo entre la información y los que la necesitan. Ciertamente esa clase de poder es un poco embriagador.

Aunque bueno, también exageraba, ya que ser bibliotecario también tienen sus desventajas, como el salario tan escaso que tienen, más si es una biblioteca que tiene sus ingresos a base de fondos públicos.

Shaun lo sabía muy bien y por esa razón necesitaba tener otro trabajo. Uno sencillo, pero bien remunerado, además de un perfil bajo, ya que no quería llamar la atención de sus más allegados ni colegas, mucho menos sus enemigos.

Porque, aunque no lo pareciera, Shaun era un soldado, o bien como a él le gustaba decirse a si mismo un "táctico", en la guerra asesino-templario. Una que desconocía hasta que un incidente le arrastró y se tuvo que enlistar. A pesar de que Shaun no fuera tan diestro en peleas cuerpo a cuerpo como otros asesinos, sus conocimientos históricos fueron lo que lo hacía resaltar entre otros eruditos.

Y cuando logro ser contratado en la NYPL (Biblioteca Pública de Nueva York), sus superiores le dijeron que mantuviera las apariencias y que se quedara ahí hasta nuevas noticias.

Lo cual fue bueno y beneficioso para Shaun, ya que estar constantemente de casa en casa, escondiendose a pesar de que sus enemigos nunca han visto su rostro claramente, y comer lo poco que se podía conseguir no era la vida que esperaba. Además de que sus compañeros siempre le hacían bromas debido a su flacucho cuerpo.

Por lo que un apartamento pequeño, únicamente para él, funcionaría.

Todo fue un sueño idílico, hasta el momento en que llegó el recibo de la renta. No se podía creer lo muy costoso que era un solo apartamento pequeño, pero bueno estabamos hablando de un apartamento en Nueva York, era obvio que iba a salir costoso.

Pasaron varios días en donde por pagar la renta no se podía darse el lujo de comprar alimentos o si compraba alimentos podía arriesgarse a perder el apartamento.

Ser bibliotecario tiene sus ventajas, eso no lo iba negar, pero esas ventajas no pagaban sus deudas tan rápido como él quisiera. Y después de meses de busqueda, logro encontrar un trabajo del cual no se sentia orgulloso y definitivamente no podía decirle a nadie.

Se convirtió en escort.

Definitivamente se jugaba la vida con este trabajo pero la paga que le daban por sus servicios era muy jugosa como para dejarlo de lado.

Por lo que ahora tenía una doble vida, la de informador de los asesinos de lunes a viernes y la de escort los fines de semana, aunque también se daba el lujo de trabajar entre semana, debido a la falta de dinero, y una que otra vez por la emoción que daba esa incertidumbre de ser descubierto.

Resoplando, Shaun lleva su mano a su espalda baja dejando salir unos cuantos quejidos, su último cliente, que a pesar de ser un cuarentón que decía tener disfunción, no se detuvo al momento de tener relaciones, y todo gracias a una pequeña pastilla.

Una de sus compañeras noto esa acción y se le acercó mientras colocaba su mano sobre su espalda, eso le tomo por sorpresa.

-¿Estás bien? Pareces un poco...

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