Con aroma a vainilla y pólvora/Stony/Omegaverse

Capítulo I

Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.

Escrito realizado sin fines de lucro.

Advertencias:
Historia Steve bottom/Tony top.
Omegaverse/AlfaxAlfa.

Aviso: esta historia es el primer fanfic que escribo. Es una historia chiquita con poco drama y bastante amor :3
Probablemente tenga varias faltas ortográficas (aunque ya la revise, pero siempre se me escapa algo :c) y fallas en la redacción, lo siento de antemano pero igual si decides leerla y te agrada espero que la disfrutes ^u^
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El equipo se encontraba en el gimnasio. Desde que Steve y Natasha empezaron a obligarlos a entrenar a todos juntos cada ciertos días de la semana por la mañana, aquello se había convertido una rutina de convivencia bastante agradable. Hasta para los que protestaron en un inicio.

—¡Vamos Stark! ¿O qué? ¿Ya te cansaste?— el arqueo sonrió con diversión, aumentando la velocidad de la caminadora.

—Claro que no Katniss.— respiro profundo.—Aun no doy lo mejor de mi.— tambien aumento la velocidad.

—¡Tony! ¡Clint! ya es suficiente. Se caerán de esa cosa.— el Capitán América los reprendió mientras se secaba el sudor de la frente con una pequeña toalla. Su rutina de boxeo con Thor había terminado.

Ambos hombres se detuvieron. Uno por acatar la orden de quien consideraba su lider, el otro porque no estaba con ganas de escuchar un sermón.

Tony tomó su botella de agua y camino hacia la prensa de pierna.

—Stark es tu turno de practicar combate.— le dijo Steve al comprender sus intenciones.

-¿Si? no lo creo. Mejor otro día Cap, ahora tengo ganas de hacer pierna.

El rubio bajó del ring y lo atajo antes de que llegara a la máquina.

—Tony siempre lo evades. Lo he pasodo por alto pero esta vez no, así que muévete y sube al ring.— lo miro serio con los brazos cruzados y el moreno le respondió la mirada, alzando la cara en forma retadora.—Sabés que te llevare cargando si es necesario.— amenazo.

Tony rodo los ojos pero subió al ring. No le temía al rubio, sin embargo, prefería evitarse esa humillación. Steve le siguió los pasos.

—¡Uy esto será interesante! los Alfa líder peleando.— comentó Clint, deteniendo su levantamiento de pesas para observar.—Le apuesto 10 al Cap.— le dijo a Thor, que asintió sin entender aque se refería su amigo. Clint sonrió cuando Tony le enseñó el dedo medio en respuesta.

—Es importante que aprendas a defenderte sin la armadura Tony.— el Alfa más alto estiraba su cuerpo, invitando a su oponente a hacer lo mismo.—En las misiones tu armadura a sufrido muchos desperfectos, no debes depender totalmente de ella.

—¡No lo hago! así que vamos abuelo, bailemos.— habló con una sonrisa mordaz.

Steve nego con la cabeza y avanzó hacia Tony buscando atacarlo pero este fue rápido y lo esquivo. Sin embargo, como el buen estratega que era, el rubio lo atajo cuando trato de pasarle por un aldo y realizó una llave en su cuello sin aplicar fuerza excesiva. Tony se sintió acorralado por un momento, entonces recordó un movimiento que aprendió de Happy. Engancho su pie rápidamente contra la pierna derecha del capitán y jaló con fuerza tirandolos a ambos sobre la lona, logrando liberarse. Se coloco a horcajadas sobre el rubio una vez que este se había girado para levantarse y sostuvo sus brazos en alto mientras sus piernas apretaban las de Steve, obligándolo a quedar a su merced. Su pelvis rozó la del contrario.

—¡¿QUÉ PASÓ CAP?! ¡LEVÁNTATE!— grito el arquero.

—¡BIEN HECHO HOMBRE DE HOJALATA!— rugió Thor apoyando al mecánico.

—Te dije que no estaba desprotegido.— Tony jadeo las palabras por el cansancio, sonriendo con suficiencia.

—Buen movimiento...— reconoció Steve con la voz agitada y la cara roja.

—Lo sé, Happy me enseñó-...¡ah!

Steve había liberado sus piernas, envolviendolas al rededor del cuerpo más pequeño y girandolos a ambos para tomar él la posición de ventaja. Pero tan rápido como sometió a Tony lo solto, levantándose y bajando del ring.

—¡¿A DÓNDE VAS?! ¡AÚN NO TERMINAMOS!— grito el castaño.

Steve se detuvo cuando llegó a la salida y aún de espaldas habló.

—Fue un buen movimiento pero la primera regla del combate es, nunca bajes la guardia ante tu oponente. Entrenaremos otro día.— no dijo más. Salió de ahí con dirección a las habitaciones del complejo, dejándolos a todos un poco descolocados. En especial al castaño sobre la lona.

[...]

Steve se encontraba bajo la regadera de su habitación. La temperatura del agua era baja, más fría de la que habitualmente usaba para relajar sus músculos después de una buena rutina de ejercicio. ¿La razón? una gran ereccion se erguía entre sus piernas y no se sentía capaz de bajarla el mismo, no sabiendo quien era la persona responsable de esta.

Apretó los ojos recargando su frente sobre los azulejos, sintiéndose molesto y frustrado. Salió de la ducha y se vistió apresurado, necesitaba irse de ahí, necesitaba verla.