Capítulo III

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Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.

Escrito realizado sin fines de lucro.

Advertencias:
Historia Steve bottom/Tony top.
Omegaverse/AlfaxAlfa.
Letra cursiva: recuerdos, flashbacks, pensamientos.
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Miro el cuerpo sobre la cama, su pecho se inflaba suavemente al ritmo de su respiración calma. Los recuerdos de horas atrás llegaron a su mente.

[...]

Pepper se acercó, sus labios estaban a sólo centímetros de los suyos y por un instante se quedó estático, pero un recuerdo golpeó su mente y se alejó impidiendo el beso.

Ella lo miró confundida.

—¿Qué pasa? Tony ya pasó el tiempo suficiente, hemos cambiado. Tú has cambiado y yo al fin puedo entender lo que haces, estoy dispuesta a aceptar esa parte de ti que desea salvar el mundo. Creo que este es el momento perfecto para nosotros Tony.— le sonrió y volvió a intentar unir sus labios. Esta vez el Alfa  se levanto.

—No.

Los ojos azules se cristalizaron.

—¿Por qué? Acaso...¿Hay alguien más?— su voz salió quebrada.

—Pepper-...

—Señor Strak.— la voz de Jarvis lo interrumpió. — Me temo que algo le ocurre al capitán Rogers.

—¿Qué le pasa a Steve?— habló preocupado.

—Se encuentra en el gimnasio, tal parece que esta sufriendo un ataque de histeria.

Tony salió de inmediato a su encuentro.

Cuando llegó lo encontró sentado en el suelo, llorando profundamente. El aroma de angustia y dolor que desprendían sus feromonas era intenso.

Se acercó lentamente y posó su mano sobre su hombro.

—¿Steve?....— lo llamo.

El hombre se sorprendió. Lo miró y su llanto aumentó repentinamente, haciendo que Tony se preocupara más.

—¿Qué ocurre?— preguntó lo más suave que pudo pero el rubio no respondió, sólo se abrazo a sí mismo.

Suspiro, no se atrevío a precionarlo.

—Vamos a tu habitación ¿si? Aquí está muy frio.

Steve no dijo nada pero lo dejo ayudarle a ponerse de pie. Caminaron a su habitación, Tony no se despegaba de su lado. Al llegar logró que se acostara en la cama. Steve se hizo un ovillo y siguió llorando en silencio. Tony deseo más que nunca que hubiera un Omega en el equipo, podría pedir su ayuda para tranquilizar al capitán, entonces recordó a Pepper.

Camino a la puerta, le pediría a la rubia que usará sus feromonas. No había dado ni dos pasos cuando una mano grande sostuvo la suya.

—No te vayas por favor...—Steve lo miraba desde la cama. A pesar de la oscuridad en la habitación, vio que sus ojos brillaban con tristeza.

—Le diré a Pepper que te ayude, su olor podrá-...

—Sólo quedate aquí conmigo...por favor.— apretó la mano de Tony.

El castaño miró el punto donde sus manos se tocaban. Regresó sobre sus pasos y se sentó a su lado sobre la cama.

—Me quedaré.— afirmó. Sin embargo, el rubio no soltó su mano. Siguió llorando un poco más hasta que se quedó dormido. Aún después de eso Tony se quedó.

[...]

Meso sus cabellos. No sabía que estaba mal con Steve pero esperaba que se lo dijera.

Eran las 9 de la mañana. No quería despertarlo, se veía tan tranquilo, era raro que Steve durmiera tanto, supuso que estaba cansado. El recordatorio de su junta en Industrias Stark a las 10 de la mañana le hizo resoplar. Se levantó para salir.

—Gracias por quedarte.— la voz ronca del rubio lo hizo detenerse.

—No hay problema.— volteo.—¿Estas mejor?— miro su rostro, parecía decaído pero más tranquilo.

—Sí.

—Steve...no quiero ser entrometido pero ¿qué te paso?

—Yo...recordé mi vida pasada y...extraño mucho a Peggy.— mintió. Miró a Tony, su rostro estaba serio.

—Cap entiendo que extrañas tu pasado y todo eso pero deberías intentar superarlo, ver hacia el futuro. Mira a tu alrededor, hay muchísima Omegas y Betas hermosas para escoger.— se cruzó de brazos con una sonrisa cínica que no alcanzó a reflejarse en sus ojos.

El vacío en el pecho de Steve creció.

—No todos vemos el amor como si fuera una tienda para comprar uno nuevo cada vez que el anterior no funciona Stark y tampoco tenemos tu suerte encontrado a la Omega perfecta.— aquello último lo hizo sentir estúpido. Sabía que eran sus celos hablando por él. Se levantó de la cama avanzando al baño de su habitación.

—¿De qué rayos hablas? — cuestionó Tony confundido.

—Si me disculpas quiero ducharme. Agradezco tu ayuda pero quiero estar solo.— entro en el baño sin dedicarle otra mirada.

Escucho la puerta de su habitación cerrarse con fuerza a los pocos segundos.

Se recargo en la puerta del baño sintiéndose mal.
Fue rudo, lo sabe. Pero odiaba pensar que para Tony todo era un juego, mientras que a él lo atormentaba la imagen de Pepper besándolo. Abrió la regadera, dejó que el agua lo cubriera por completo mientras pensaba.

Una vez cambiado, sacó la tarjeta que la doctora Collins le había entregado de uno de los cajones en su mesa de noche y la analizó durante varios minutos. Tomó una decisión.

Salió de su habitación agarrando su casaca de cuero café y las llaves de su motocicleta.

Con aroma a vainilla y pólvora/Stony/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora