Capítulo IV

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Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.

Escrito realizado sin fines de lucro.

Advertencias:
Historia Steve bottom/Tony top.
Omegaverse/AlfaxAlfa.
Letra cursiva: recuerdos, flashbacks, pensamientos.
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Había pasado todo el día fuera de la torre intentando despejar su mente. Camino por Central Park la mayoría del tiempo, ni siquiera comió, no tenía ganas.

Espero por horas a que anocheciera, intentando no darle más vueltas al asunto para no perder el valor. En cuanto el reloj marcó las 10 de la noche se dirigió a la dirección en la tarjeta.

Estacionó su motocicleta afuera del lugar.

La fachada era de ladrillo, la puerta de acceso era custodiada por un hombre alto de cabeza rapada y mirada aterradora. Sobre su cabeza se elevaba un gran letrero que rezaba en letras neón rojas "Alpha", acompañado de la imagen de dos grandes lobos.

Steve trago grueso. Ahora que se encontraba en el lugar, su determinación estaba flaqueando. Entonces a su mente regresó el recuerdo de Pepper Potts a sólo centímetros de los labios de Tony, tan nítido como si lo estuviera presenciando de nuevo y sin pensarlo más, camino a la entrada.

El hombre que custodiaba la puerta lo miro de forma cautelosa y olfateo nada discreto el aire a su alrededor, comprobando su casta. Segundos después Steve entraba al lugar.

El sonido de la música y las voces retumbaron en sus oídos. Aspiro el fuerte aroma, una mezcla de fragancias y feromonas que delataban el propósito de cada Alfa ahí.

Conforme avanzaba entre la gente, hacia lo que pudo distinguir como una barra de bebidas, sintió la mirada de varias personas clavarse en él. Eso aumentó su nerviosismo y la punzada de incomodidad en su mente que le urgía irse de ahí.

Tomó asiento en uno de los bancos de la barra y el hombre detrás de esta le regaló una sonrisa coqueta mientras le preguntaba que deseaba.

—Una cerveza por favor.— sabía que el alcohol no tenía ningún efecto en él pero no quería desentonar podiendo agua o soda. La bebida llegó rápido, la pagó y tomó un trago para humedecer sus labios resecos.

—Hola.— un hombre rubio de ojos verdes se paro a su derecha. A sus sentidos llegó su aroma a coñac y azafrán. Steve se esforzó por no arrugar la nariz, la fragancia no le gustó nada.

La parte dentro de él que proclamaba a Tony Stark como su único Alfa aúllo de angustia, pero la ignoro y devolvió la sonrisa de forma más cortés que coqueta.

—¿Puedo sentarme a tu lado o esperas a alguien?— pregunto sonriendo el desconocido.

—Adelante.— hizo un ademán con su mano para que usará el banco. El hombre amplió su sonrisa y estaba por sentarse cuando una mano sostuvo su brazo izquierdo con fuerza.

—En realidad me estaba esperando a mí.

"Esa voz" Steve quedo de piedra.

Tony no lo miró, toda la fuerza de su mirada estaba puesta sobre el Alfa de ojos verdes, que se soltó del agarre de Stark y lo confrontó de frente.

Era algo más alto que el castaño pero este ni siquiera se inmutó, lo siguió mirando feroz, con una sonrisa peligrosa.

—Ah, ¿sí?— reto el rubio.

—Sí.— Tony avanzó un paso hacia él. — Y más te vale que te largues porque este rubio de aquí, es mío.— pronunció las últimas palabras con especial énfasis. Los iris de sus ojos se tiñeron de rojo y su olor a vino y chocolate amargo llegó como una ola posesiva sobre Steve, que se había quedado sin aliento.

Con aroma a vainilla y pólvora/Stony/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora