Los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.
Escrito realizado sin fines de lucro.
Advertencias:
Historia Steve bottom/Tony top.
Omegaverse/AlfaxAlfa.Aclaración:
No tengo conocimientos médicos ni psicológicos. La información que presentó aquí, ya sean; las recomendaciones, pláticas, consejos o términos médicos, son sacados de mi imaginación o provienen de una investigación muy básica. No busco que nada de esto se tome como una opinión profesional y mucho menos como una práctica/comportamiento a seguir. Esto es sólo con fines de entretenimiento y enriquecimiento a la trama de esta historia.
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El olor a cítricos y la decoración armoníoza le daban un aspecto perfectamente balanceado al lugar.Steve se encontraba sentado en un amplió sofa de cuero negro. Las piernas juntas y las manos cruzadas sobre su regazo lo hacían ver como un niño asustado y nervioso.
La mujer sentada frente a él le regaló una sonrisa tranquilizadora y después de 5 minutos de silencio, pensó que era el momento perfecto para hablar.
—Bien Steve, ¿te sientes listo para contarme lo qué sucedió?
El contrario bajó la mirada incomodo pero movió la cabeza de forma afirmativa.
—Entrenaba con el equipo en el gimnasio, le dije a Tony que practicaramos combate cuerpo a cuerpo y todo iba bien...— se mordió el labio.
—Pero...— lo animo a continuar.
—Pero sentí...su cuerpo rozó mucho con el mío y...me excite, luego sali huyendo.
Ella asintió.
—¿Nunca has pensado en comentarle esto a él?
—¡CLARO QUE NO!— la miró horrorizado.—Él también es Alfa, es enfermo lo que siento...no podría decirle jamás, me despreciaria.
—Sí es el mismo hombre del que me has hablado los últimos meses, no lo creo. Tal vez exista la posibilidad de que sienta lo mismo que tú, pero de no ser así, estoy segura de que te daría su apoyo. La clave para avanzar es enfrentar aquello que nos aterra.
A pesar de entender que el propósito de sus palabras era ayudarlo, en ningún momento se sintió reconfortado. Dolía imaginarse rechazado. Steve conocía muy bien la fama de Alfa conquistador de Omegas y Betas que se cargaba Tony, estaba consciente de que jamás se sentiría atraído por alguien de su misma casta.
—Me siento un degenerado.— susurro.
—Steve sentirte atraído por tu misma casta no es malo, es incluso más comprensible en tu caso si tomamos en cuenta tu antigua casta. Pero aún si esto no fuera así, no es extraño lo que te sucede, no eres un degenerado.
La miró un momento, intentando procesar cada una de sus palabras pero rápidamente desvío la mirada, la compasión en su gesto lo incómodaba. A veces odiaba el suero, agradecía todo lo que logró con el pero le recordaba que así como le había dado, le había quitado algo.
Abraham Erskine jamás contempló que el suero sería tan poderoso, capaz incluso de modificar la casta de una persona. Steve dejó de ser un Omega flaco y enfermizo para convertirse en un Alfa de rango superior, la envidia de todos. Pero había un problema, él no se sentía como un Alfa, nunca fue así y todo empeoró cuando conoció a Tony Stark, un Alfa tan altanero como hermoso y algo en Steve gimió de necesidad. Probablemente esa parte Omega en él que pese a ya no existir, vivía como un espejismo en su mente.
Intentó sacarse aquellos sentimientos saliendo con algunas Omegas y Betas pero no funcionaba. Entonces conoció a Sharon Carter, una increíble Omega en todos los sentidos. Se entendían perfectamente, parecía que con ella podría olvidarlo pero ni así logró disipar el sentimiento de incomodidad en su cuerpo cada vez que estaban juntos. Eso fue deteriorando su relación. Sharon no podía entender porqué a Steve no le gustaba tener intimidad, porqué no le permitía que pasaran juntos el celo. Salían, comían, veían películas pero cualquier insinuación sexual era una razón para que el rubio se cerrara o huyera. Su relación duró menos de 6 meses.
Desesperado busco ayuda, deseaba "curarse". Fue así como llego con la doctora Lena Collins, una psicóloga especialista en trastornos de la casta e identidad sexual.
Llevaba tomando terapia 3 meses, intentando aceptar su nueva casta. Deseaba poder realizar su vida como cualquier otro Alfa pero por más que intentaba no sucedía, seguía deseando a su compañero de batallas.
Los sueños húmedos donde era tomado por Stark y marcado cada vez eran más frecuentes, eso comenzaba a destruir a Steve.
—Deberías considerar darle una oportunidad a lo que sientes, explorar esa parte de ti.— la miró receloso.—Steve debes entender que los tiempos son distintos y si bien aún existe la represión entre las parejas de la misma casta, también hay mucho apoyo para ellos. Las cosas han cambiado mucho desde los años 40 a la actualidad, ahora hay lugares donde puedes conocer personas con tus mismos gustos. Has intentado adaptarte a ser un Alfa pero tu cuerpo y tu mente no lo aceptan del todo y tal vez es hora de dejar de forzarlo y comenzar a aceptar lo que en realidad deseas.
Extendió su mano hacia el rubio con una tarjeta.
Él la tomó y leyó las palabras impresas en el papel. Miró a la Beta entre confundido y abochornado pero terminó guardandola en el bolsillo de su camisa antes de salir del consultorio y regresar a la torre.
[...]
Steve jamás estuvo más agradecido de que el entrenamiento con el equipo fuera sólo 3 veces a la semana.
Ahora que tenía el gimnasio para el solo, sentía la tranquilidad rodearlo. Golpeó el saco con fuerza como si intentará dejar sus frustraciones en el. Tony los había modificado para que fueran 300 veces más resistentes, era una de las muchas razones que habían hecho que el castaño captará toda su atención. Cuando parecía más lejano y a veces hasta frío, hacia algo tan increíble para demostrarte que en realidad le importabas.
Se detuvo para beber un poco de agua pero la botella estaba vacía. La tomó y camino a la cocina, justo a unos pasos de llegar escucho el elevador abrirse y detuvo su andar. Eran las 5 de la mañana, no entendía quien podia haber llegado a esa hora.
Vio a Tony entrar por el pasillo de la sala y su vientre se retorcido como cada vez que lo tenía cerca, sonrió instintivamente. Estaba por salir a saludar cuando detrás del moreno entró una rubia. Pepper Pots era una Omega preciosa, muy elegante y la mano derecha de Tony en la empresa de la que era dueño. Le habían contado que tiempo atrás ella y el milloranio sostuvieron una relación. El rubio se escondiéndo detrás de una pared a observarlos.
Tony se quito el saco y la mujer su fino abrigo blanco. Se sentaron en el sofa más gradre de la sala, ella bastante pegada a Stark. Steve apretó la botella de agua con fuerza sin ser consciente.
—Fue una reunión bastante buena, ¿Quieres algo de beber Pep?
—Estoy bien, gracias. Lo que no entiendo es ¿por qué decidiste que regresaramos hoy mismo? pudimos quedarnos hasta mañana en Italia, es un lugar encantador.
El hombre aflojó su corbata.
—Ya te lo dije, mañana hay entrenamiento con el equipo y el anciano me matara si falto. Estoy seguro de que me pondría a dar 10 vueltas al rededor de la torre.— sonrió.
Steve no pudo reprimir la sensación de cosquillas en su estómago ante la mención de su persona en los labios del castaño.
La rubia asintió indiferente. Se acercó más al Alfa y poso sus manos sobre su rostro, haciendo que este girará en su dirección sorprendido.
—¿Tony ya pensaste lo que te dije? Han pasado dos años de que terminamos nuestra relación y creo que ese tiempo a sido suficiente para que ambos maduraramos...yo realmente te extraño.— acarició su mejilla izquierda con la yema de los dedos y comenzó a acercar su rostro al del hombre con la intención de besarlo. El corazón de Steve se agitó dolorosamente y salió de ahí antes de presenciar aquel contacto.
Regresó al gimnasio, dejándose caer en el piso junto al ring. No pudo contener más sus sentimientos y comenzo a llorar. Sentía un remolino de emociones en su interior, él sabía lo que fue aquella mujer para Tony, no tenía caso sentirse así. Sin embargo, no podía evitar el dolor en su corazón al verlo con ella, con una Omega.
Pego su rostro contra sus rodillas odiando más que nunca ser Alfa.
Una mano se poso sobre su hombro, sacándole un susto.
—¿Steve?....
Sus ojos se toparon con la misma persona que sin ser culpable, causaba su sufrimiento y sólo pudo llorar con más fuerza frente a un desconcertado y preocupado Tony.
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Con aroma a vainilla y pólvora/Stony/Omegaverse
FanficEl suero del super soldado cambió muchas cosas en la vida de Steve Rogers. Cosas que en su momento no le importaron porque gracias a eso pudo servir a su patria y salvar la vida de muchas personas. Sin embargo, cuando despertó del hielo 70 años en...