Princesa Rhosyn.
La mañana había comenzado demasiado bien como para poder continuar de la misma manera, era algo inapropiado decir que por cada cosa buena y maravillosa que sucedía, tendría que haber también algo malo; porque no todo el tiempo era así, pero en ésta ocasión no podía dejar de sentir que pasaría algo malo.
La conversación que mantuve con Peter justo antes de que los primeros rayos de sol comenzaran a aparecer por el horizonte había sido muy reveladora para mí, y mis pensamientos antes de la misma me abrieron una parte de mi mundo que no me había atrevido a tomar en cuenta antes. La aceptación y el perdón era sanador, eso me lo había dicho Caspian el día en que lo conocí.
Si bien lo que sucedió con Peter me había alegrado mucho el día, ahora no podía dejar de pensar en varias cosas que me atormentaban, como el hecho de que al menos una o dos horas después de aquellos hechos, las tropas de Miraz se habían plantado frente al templo con la intención de comenzar una guerra contra los narnianos. La última guerra, donde todo se definiría.
Habían al menos seis u ocho pelotones llenos de al menos más de cien soldados en cada uno, nos superaban claramente en número y en armamento, ya que traían catapultas con grandes roncas que podrían destruir por completo nuestra humilde morada. Además, el pelotón donde Miraz y su corte venían todos montados a caballo, con armaduras y cascos que hasta les protegían su rostro, algo que nosotros no teníamos.
Estaba claro que no esperábamos que ellos llegaran hoy mismo, pero lo hicieron y ahora era nuestro tiempo de comenzar a pensar en lo que haríamos. Los vi llegar mientras me encontraba en uno de los balcones abiertos del templo junto a los demás, y todos llevaban esa mirada de miedo y desconcierto que lograba que mis piernas flaquearan.
Habíamos logrado tomarlos desprevenidos en su castillo, pero ahora que la situación se invertía teníamos que pensar en una solución para ganar tiempo.
Y así fue como nuestro líder, el Grey Rey Peter, Señor de Cair Paravel, Emperador de las Islas Solitarias, decidió mandar a Lucy en busca de Aslan porque sólo ella sabría cómo comunicarse con él. La Reina Susan, muy noblemente, quiso ser quien la acompañara pero yo sabía que no era correcto ni necesario que lo hiciera ya que ella era la líder de los arqueros y tenía que estar para comandarlos en caso de que el plan de Aslan fallara.
Entonces yo me ofrecí para ser quien llevara a Lucy a buscar a Aslan para que él pueda brindarnos algún tipo de ayuda en ésta guerra. Era mejor que yo lo hiciera ya que no tenía que comandar a ningún grupo, pero por otro lado era desafortunado porque yo quería estar en el campo de batalla para observar el combate cuerpo a cuerpo que Peter tendría con Miraz.
Cuando Caspian sugirió ésta idea, supe de inmediato que Peter aceptaría hacerlo pero por alguna razón sentí mucho rechazo ante la misma a pesar de que sabía perfectamente que era necesario para hacer tiempo antes de que la verdadera guerra comenzara. Y quizás era porque sabía que Peter podría ser asesinado en el combate, y no quería perder a nadie más que me importara.
La gente muere en las guerras todo el tiempo, pero yo ya no quería perder a nadie más, a ningún narniano, a ningún hijo de Adán; sólo quería que esto se terminara para poder estar tranquila de una vez por todas pero debíamos pelear para recuperar Narnia, para recuperar el poder sobre mis Islas, para que todos puedan volver a su hogar.
Pero así debía ser. Intentaría salvar mi hogar, o intentándolo moriré.
―Miraz ha aceptado la petición de combate cuerpo a cuerpo. ―Informó Edmund, al ingresar en la cámara donde anteriormente nos habíamos encontrado discutiendo todo el plan que teníamos para la distracción.
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❝𝙏𝙝𝙚 𝙉𝙤𝙧𝙩𝙝 𝙄𝙨𝙡𝙖𝙣𝙙𝙨' 𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣❞ [𝙋𝙚𝙩𝙚𝙧 𝙋𝙚𝙫𝙚𝙣𝙨𝙞𝙚]
Fiksi PenggemarLa Princesa Rhosyn Cromwell es la Heredera al trono de las Islas del Norte, pero un día su reino es atacado y su padre asesinado por telmarinos. Dastan, su mano derecha, la ayuda a huír hacia Narnia para buscar ayuda en el pueblo narniano y usar el...