Muertes.
Es lo único que quiero. Quiero destruir.
En mi sangre llevo el arte de asesinar.
No quiero perdonar. No quiero dar misericordia. No quiero una maldita tregua.
Quiero que se arrastren en mi Infierno.
Mi Sed de Sangre me exige venganza...
La mansión Alvensleben. Tan gloriosa como el distinguido apellido de sus dueños. Una mansión completamente blanca con diseños en azul y gris, rodeado de un hermoso jardín que tiene las flores más bellas que alguien podría ver. Las esculturas de dragones abundaban en los jardines. Los dragones estaban presentes en toda la mansión, los tapices, las paredes, joyería, símbolos, ropa. Incluso los "soldados" de mi Sapfirovyye glaza tenían un dragón tatuado como prueba de lealtad al Imperio Alvensleben. La mansión era una estructura antigua, Sapfirovyye glaza me contó que los Alvensleben tenían un linaje muy antiguo, así como los Shcherbakov.
El primer día que llegamos aquí, Sapfirovyye glaza no perdió el tiempo. De inmediato reunió a los cuidadores de la mansión junto a sus trabajadores, soldados y sirvientes, me presentó como su mujer y puso a todos a mi disposición. Y mientras me hacía un recorrido por todo el territorio, me contó que Balthazar había dejado abandonado absolutamente todo en Alemania para irse a Eslovaquia, solo para ser el "guardián" de Yaroslav y de ese modo, mi abuelo pudiera cometer sus delitos con calma. Y por supuesto, mi Sapfirovyye glaza aprovechó cada situación para volverse el nuevo Jefe de familia y ganar más poder del que ya tenía.
También, cambió la estructura del símbolo familiar. Cada familia de poder, los de linaje noble o antiguo, portaban símbolos en representación de la familia. Los Alvensleben siempre han tenido al dragón como su símbolo, y los símbolos se trataba de un dragón nórdico rodeando una daga. Pero Sapfirovyye glaza lo cambió.
Actualemente, el símbolo Alvensleben se trataba de un dragón entrelazado a una daga formada por espinas que en su empezada tenía un precioso lirio de araña. En honor a mí. Sapfirovyye glaza me dijo que el dragón era él, y que la daga hecha de espinas con el lirio de araña era yo. El dragón siempre estará enlazado a su flor de la muerte, protegiéndola.
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A las dos semanas de haber llegado aquí, viajé a Rusia para poder estar con mi hermano Davian y ayudarlo en los negocios familiares. Al no estar Papá, todo el poder que tenía él y Vladimir cayó sobre nosotros. Ha sido muy agotador. Cambiar de apellido no es complejo, pero tampoco fácil, hemos tenido que estar sometidos a pruebas de origen y autenticidad para demostrar que por nuestras venas corre la sangre Shcherbakov y que ese apellido nos pertenece.
Y lo logramos.
Gracias a Sapfirovyye glaza que movió cielo, mar y tierra por mí. Movió sus contactos dentro de Rusia y logró que todos los trámites fueran más accesibles. El proceso aún sigue su curso, pero ya nos informaron que para el próximo mes, en nuestros registros dejaría de aparecer el apellido Dagger y comenzaría a aparecer el apellido Shcherbakov. Nuestro verdadero linaje. Y no sólo en nuestros nombres se vería en cambio, si no en todas nuestras posesiones. Ya no sería la mansión Dagger, ahora era la Mansión Shcherbakov. El apellido Dagger quedaría en el olvido.
