Capítulo 14

183 14 0
                                    




-Seguro que te sientes bien? -Pregunto por milésima vez Edlynne.

El chico a su lado asintió con un sonrisa en su rostro, a pesar de tener aura de muerto y oler como uno tenía buen corazón, pensó Seth Clearwater.

Llevaban ya algún tiempo conversando, y este no entendía como la enfermera que lo atendió le lanzaba miradas mordaces a su nueva amiga, si era desconfiada al principio pero luego se fue soltando y termino contándole toda su vida, omitiendo partes como que era una semi diosa, lo que les hicieron las omitiendo partes como que era una semi diosa, lo que le hicieron las antes Swan, que venía de la guerra, o que venía aquí a vengarse de su hermana, lo que le dijo intento que sonara lo más humanamente normal, lo cual funciono o el chico no se dio cuenta.

Edlynne sentía el aura de un monstruo cerca desde que puso un pie en el hospital mas no le prestó atención, ahora que estaba hablando con Seth lo sintió más fuerte, esta supo de inmediato que una de las enfermeras era un monstruo.

Miro a cada una detenidamente, esperando ver algún rastro de lo que eran, la encontró, era la enfermera que no paraba de lanzarle miradas soez.

Esta se disculpó con Seth dándole como escusa que tenía que ir al baño, salió de la habitación girando hacia el pasillo a su izquierda siendo consiente que la falsa enfermera la seguía, entro a una habitación con solo había camillas vacías.

Apretó ligeramente el rubí de su collar de calavera y de esta salió una hermosa espada que su padre le regalo cuando entro al campamento.

Esta constaba de una hoja fabricada del rio estigio, de un color más negro que el ónix, en su empuñadura era adornada con hermosas piedras preciosas de diferentes tamaños mientras que en el comienzo de esta había un rubí entrelazado con las demás piedras preciosas que volvía a ser un dije en cuanto lo apretaras, había los suficientes para que esta pudiera manejarla a la perfección.

La Edlynne de 6 años la amo en cuanto la vio, sabía que su padre era demasiado orgulloso para dárselo el mismo, es por eso que dejo una pequeña cajita blanca con un llamativo lazo roja encima sobre su cama.

Espero a que la falsa enfermera se transformara pero lo que no espero es que 'esta' fuera una furia, o mejor conocía por el campamento, 'Benévola'.

Estas en si no eran un monstruo, las Furias eran diosas de la venganza que sirven a su padre y sus torturadoras en el inframundo.

Para ella era muy raro verla aquí, ellas no actuaban o salían del inframundo sin el permiso de su padre.

De su espalda salieron enormes alas de cuero iguales a las de un murciélago, su boca se agrando mostrando sus colmillos amarillos y sus ojos que antes eran pequeños y chocolates, ahora eran unos grandes ojos refulgentes, esa era su verdadera cara.

La furia comenzó a balbucear incoherencias para su oído humano, pero ella no necesitaba escuchar lo que tenía que decir, esta sabía que su padre estaba en desacuerdo con su plan, al menos esperaba que no las usar para obligarla volver.

Pero algo más la extraño, a pesar de sus similitudes sabía que esta era Tisifone, su padre en temas importantes o como estos solía enviar a Alecto, era en la que este confiaba para algo tan importante como lo es su hija.

-Nunca debiste salir-Fue lo único que la hija de Hades entendió de su balbuceo antes de que le clavase su espada de hierro estigio, pero esta no pensaba en cuantos monstruos más vendrían o si alguien la había vista, eso no le importaba en estos momentos, solo quería saber porque rayos su padre la mando.

Y más importante, porque esta dijo lo que dijo antes de convertirse en polvos dorado, que en la mente de esta parecían brillantina.

[......]

Llena de confusión y enojo esperé a que el señor Cullen terminará su turno, Carlisle había insistido muchas veces, aunque le dije que no tenía por qué hacer.

Ya me estaba dejando quedar en su casa, no quiero ser otra molestia más para él.

Pero aun así acepto, se ahorraría el tener que ir caminando y de paso intentaría entablar una conversación con él.

Digamos que es porque creo, no lo creo lo sé, que me he con portado un poco muy malcriada últimamente, solo espero que no desahogue mi enojo con él.

No me imagino lo difícil que es para el estar en el hospital todo el día con tantos corazones o proezas a las que hincarle el diente, a eso inclúyanle que desde que su hijo conoció a Isabella las cosas se complicaron para él y su familia, luego la hermana adoptiva de esta tiene que vivir con ellos porque su padre no la quiere y ella tampoco, y también que es una malcriada y grosera con todo el mundo.

Si... Puede que no sea muy fácil soportarme...

Me había quedado en la recepción esperando al Cullen mayor, que según el salía dentro de poco.

Media hora después ya no lo soportaba más, me había cambiado de posición cada menos de minuto y medio.

Solté un pequeño gruñido, Carlisle había dicho que no tardaba, pero.... Además, uso toda mi fuerza de voluntad para no lanzarme sobre la vieja que está detrás de mí, que solo dice un poco de estupideces.

Fue entonces cuando preste verdadera atención a mi alrededor, la gente de los pasillos y algunos de las habitaciones tocan demasiado fuerte desgarrando sus gargantas.

Un escalofrío recorrió mi espalda poniéndome de los nervios, por razones como esta no venía a los hospitales, cuando los miraba solo podía ver una puerta abrirse y su alma desprendiéndose lentamente de sus cuerpo, algunos se aferraban con ímpetu, pero terminaran igual que los demás, muertos.

Casi salto sobre los brazos del rubio al verlo venir hacia mí con lo que parecía el resto de sus cosas, él no se incomodó ante mi agarre, simplemente me regalo una sonrisa.

-Lamento la tardanza, hubo un problema con un paciente-Se disculpo mientras lo agarraba del brazo y salía pacientemente del edificio.

-Ya está bien?

-Oh si, casi sufre de un paro cardiaco, pero logre estabilizarlo a tiempo- Trato de explicar en una forma que entienda.

-No tenías que ofrecerte, yo podía caminar a casa o pedir un taxi- Ante su mención un escalofrío volvió a recorrerme, y sin siquiera verlo supe de inmediato que ese hombre no tardaría mucho en irse con Caronte.

-Edlynne, puede que no lo paresa, pero la ciudad ya no sigue siendo tan segura como era antes.

-Carlisle con todo respeto, tengo ojos- Lo detuve- Veo a los chicos escondiéndose a los lados de las tienda esperando el momento oportuno para robar, veo a los hombres o niños parándose en las esquinas vendiendo droga, no soy ciega, tal vez un poco callada, pero es porque prefiero observar.

-Hablas como si tuvieras mi edad, no pareces de 16....

-De tu edad? No me hagas reír Carlisle. Y respecto a eso, es porque no soy normal, no soy del tipo de chica que pasa sus fines de semana con sus amigas de comparas o que se yo. Tal vez lo seria si no me hubiera acostumbrado a los falsos estereotipos hacia mi personas. Pero no, no lo soy- Con eso di por finalizada la conversación, o eso parecía.

Por suerte no se me escapo de cuantos años creo que tiene.

Ante su silencio opte por callar y subir al auto, será un viaje largo...

-Se que no tuviste la mejor infancia, pero quiero que sepas que puede contar con nosotros...-Susurro para que solo yo oyera, suspiro y se dio la vuelta encendiendo el carro para comenzar a manejar.

-Gracias...-Susurre después de un tiempo sin mirarlo, puede que solo sea lastima, pero tengo que comenzar a ser honesta sobre mis sentimiento, porque llegara el día en el que no pueda reconocer si es verdaderamente lo que siento o lo que finjo sentir.

Después de tantos años creo que podre olvidarlo,olvidar todo lo que me hiso....

Nah, si Isabella merece mi venganza, el también.

Would you come to the dark side with me? - TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora