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Maratón 1/4

El día que no fue

Cinco y Luther se encontraban camino hacia el encuentro con Hazel y Cha-Cha, cada vez más lejos de la población, una vez que llegaron al punto de reunión, Cinco se quita su cinturón y ambos se quedan en un silencio un poco tenso

- Sabes... yo no quería que ella estuviera mal - habla el chico

- ¿Quién?- pregunta el grandulón

- T/n... se que la conozco hace días pero..

- Sientes algo especial por ella- lo interrumpe completando su frase y Cinco solo mira el piso- tal vez es toda la adolescencia en la que estas pasando de nuevo... pero si en verdad es serio, no creo que Diego este de acuerdo en que ustedes tengan una relación- el chico no contesta nada y se queda pensando en lo que su hermano dijo- ¿crees que se lo creerán?- dice viendo el maletín

- Lo que sí se es que están desesperados, es como un policía perdiendo su arma, si la comisión se entera, sin mencionar que estarán atrapados aquí hasta que lo recuperen claro

- Me lo quedaré, por si vienen detrás de ti

- Bueno, Luther pero ten cuidado, digo, yo he vivido una larga vida pero... tú aún sigues siendo joven, tienes toda una vida por delante, no la desperdicies- ambos miran hacia adelante para percatarse de un sonido, el sonido era de un carro acercándose rápidamente, y así como ellos pensaban, eran ellos, eran Hazel y Cha-Cha- Bueno aquí vamos- ambos se bajan del carro con el maletín en manos- si esto sale mal, hazme un favor y dile a T/n lo que te dije- los invitados se bajan de su auto con las máscaras puestas, acompañados de pistolas en sus manos, Cinco se acerca a ellos amenazante y se detienen cuando están lo suficientemente cerca- ¿las máscaras eran necesarias?- ambos se quitan las máscaras dejando ver sus rostros

- ¿Dónde está?- pregunta Cha-Cha

- Vaya, así es como comenzarás, ¿Saben?, podemos regresar al auto y terminar por hoy- Contesta Cinco

- No llegarás ni a la mitad del camino- Cha-Cha saca su arma de su bolsillo apuntando hacia el chico, él sin expresión alguna se queda quieto, sabría que ella no dispararía, mientas que su hermano detrás de él se pone firme, pensando en si algo pasa como salir rápido de ahí.

- Quizás. Pero estoy seguro que descubrieron en su última incursión, que mi hermano no es un gigante común

- Tiene razón, dejaste caer un candelabro sobre él y se levantó como si nada - afirma Hazel

- Al momento que lo mates el habrá destrozado tu preciado maletín - sigue hablando en el mismo tono

- A nosotros también, ¿cierto? - contesta el hombre barbudo- Así que ¿Cómo nos ayudamos?

- Necesito que contacten a su superior para poder hablar con ella... cara a cara

- ¿Sobre qué?- pregunta la mujer

- Eso no les incumbe - La mujer al escuchar eso suspira rendida

- Solo no le digas nada sobre el maletín

- Suena justo - Dicho esto, todos se separan, Cha-Cha se dirige hacia el teléfono público para empezar a marcar el número mientras que Cinco iba hacia su hermano, una vez que llega junto a el se recarga sobre el auto

- ¿Qué pasa ahora?- pregunta Luther acercándose a él

- Ahora esperamos - Cinco da un largo suspiro y se cruza de brazos, cuando de pronto se empezó a escuchar música a lo lejos, la típica música de un camión de helados, todos voltean al lugar de donde viene la música y confundidos ven al vehículo acercarse

UNA TAZA DE CAFÉ NEGRO (five y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora