Internet (Nyo!Usuk)

Hey

Nya!

Emely se alejó del refrigerador y lo cerró con el empujón de su pie, dejó en la mesa del centro de la cocina todo lo que había estado sacando de las alacenas para poder tener las manos libres y ver quien le había enviado un mensaje a su celular. Sintió un escalofrío recorrer toda su columna cuando leyendo el nombre con el que había guardado el nombre de Alice.

"Hey"

Abrió con fuerza con una bolsa con snacks, cogió con una mano su celular y con la otra iba a sacando las papas.

"Hola,,,"

¿Algo gritaba más su nerviosismo que poner comas al final? Soltó el celular para poder abrir una lata de gaseosa.

No había respuesta, jaló una silla y dejó caer su cabeza en la mesa, sin despegar su vista del celular. Pasó una mano por su pierna para secar el sudor de sus manos y poder coger otra papa.

"Daniel y Olivia están aquí para hacer una maratón de Hetalia, ¿vienes?"

~~~

Alice salió rápidamente de la aplicación de WhatsApp y dejó caer el celular sobre el mueble de su sala. Levantó la mirada encontrándose con la confusión de Daniel y Olivia.

-Hay... ¿Hay algo que debamos saber? O bueno, ¿qué nos quieras decir?- Preguntó el húngaro.

Alice miró hacia abajo encontrando la pantalla de su celular apagado, mordió ligeramente su labio, ¿les diría?

-No es nada-

Olivia iba a insistir, conocía a su prima, algo no estaba bien... Pero como conocía a su prima sabia que no iba a ser fácil obtener respuesta.

-Entonces, ¿qué decías de Kast?- La rubia se acomodó en el sofá y miró al único hombre en la sala.

-¡Ah sí! Que podríamos ver allí con las chicas del rol un maratón de Hetalia para estar al día cuando salga la nueva temporada-

-Daniel, son más de quinientos capítulos...-

-Alice, cada capítulo dura 5 minutos...-

-¿Todavía no sabemos si podremos convencer a mi papá de usar la casa hoy y ya estás planeando para otro día?-

-¡¿Entonces si crees que la maratón también debería ser en tu casa?!-

-¡No!-

-Oh, para la próxima pueden venir a mi casa- Interrumpió la pelirroja.

La puerta se abrió, los tres adolescentes se levantaron para saludar al adulto y niña que entraron.

-Ah, la casa está bastante llena- Dijo el señor tratando no sonar incómodo.

-¡Tío, necesitamos hablar con usted!-