Narra Raúl
- [...] Por lo que, en una cirugía pediátrica, tenéis que... - Mis alumnos prestaban atención a lo que decía y algunos apuntaban.
- ¿¡Cómo te atreves a cancelar mi operación!? - Borja entró en mi pequeña aula de muy mal humor. - Grupo ZB, se ha terminado la clase. Fuera. - El respeto y el mal carácter de Borja Luzuriaga era conocido en todo el hospital y nadie se atrevía a llevarle la contraria a sus órdenes.
Nadie, excepto yo.
- Grupo ZB, quedaros y aprendes que hay que hacer en caso de que neurocirujanos engreídos entren a tu sesión sin ningún tipo de respeto. - Murmuré mirándole. Los alumnos se miraron dubitativos y siguieron en sus asientos.
- Responde. Ahora. - Exigió dando un golpe en mi mesa.
- Tengo una cirugía de urgencia y necesito el quirófano. - Respondí quitándome las gafas. - Tú tienes reservado otro.
- ¿¡Y no podías haberte quedado tú ese!? Necesito ese quirófano y el material que hay. Es una operación sin anestesia general. - Contestó, rodé los ojos.
- Borja, tengo un paciente al que he de extraerle un tumor y tener electrodos. También es sin anestesia general y sabes las complicaciones que conllevan ese tipo de operaciones. Te pido que te vayas de mi aula amablemente. - Borja gruñió y salió con el mismo mal humor con el que había entrado. - Y así, chicos, tenéis que lidiar con neurocirujanos que se lo tienen muy creído. No os dejéis intimidar. - Uno de los alumnos levantó la mano y le di el turno de habla.
- ¿Qué pasa si nos dejamos intimidar? - Preguntó con curiosidad.
- Que vais a terminar odiando este trabajo. Os vais a encontrar a muchos doctores Luzuriaga por el mundo, simplemente no cedáis ante su carácter. - Me acomodé en mi sillón. - Bueno, ¿Por dónde íbamos?
[...]
Mientras me lavaba las manos para la operación, tarareaba una melodía que ayudaba a disipar todos los posibles miedos de la operación.
Me enjuagué manos, brazos y codos, me sequé y me coloqué la ropa para la cirugía. Mis alumnos estaban en una sala donde podían ver todo el proceso sin molestar en exceso, cosa que agradecía.
Cuando la enfermera terminó de vestirme, me acerqué al pequeño paciente. - Soy el doctor Raúl Álvarez, hoy voy a operarte para que pronto puedas volver a jugar al fútbol. ¿Tienes miedo pequeño? - Le pregunté.
El paciente era un niño de siete años con un tumor cerebral. Afortunadamente era operable, pero había veces que no y eso era la peor parte del trabajo: tener que rendirte y aceptar el destino que este trabajo te mostraba.
- ¿Hará daño? - Preguntó. Negué. El dolor siempre era el miedo más común
- Este chico de aquí hace magia y no te va a doler nada de nada. - El anestesiólogo asintió.
- Yo voy a hacer que el tiempo se te pase rápido. ¿Confías en mi? - Preguntó acariciando su mano. El niño asintió. - ¡Genial! Si te portas bien, después el doctor te hará un regalo. Ahora tienes darme la mano y relajarte. - El anestesista le colocó la máscara laríngea y empezó a dormirle.
Esperé a tener el visto bueno del cirujano para empezar la cirugía. Y cuando lo obtuve, inicié el proceso.
Los pitidos de la máquina, el sonido del respirador y la sierra resonaban demasiado fuerte en mi cabeza.
[...]
- ¿Cuál es tu color favorito? - Preguntaba el anestesiólogo. Agradecía que no tuviera que hacer yo ese trabajo, por concentración más que nada. El paciente respondía mientras yo me encargaba de la extracción.
- ¿Qué tienes con Luzuriaga? - Preguntó el anestesiólogo sedando al menor.
- Un odio profundo. Terminemos esto. - Murmuré.
[...]
La cirugía terminó, el menor estaba sedado y llevado a la UCI y yo salía de los vestuarios para ir a mi consulta y darle el "regalo" que había prometido a mi pequeño paciente.
- No puedes llevar a tus alumnos a una cirugía, Álvarez. - Murmuró Borja a mis espaldas.
- Los alumnos tienen que aprender, ver cuando las cosas salen bien y ver cuando salen mal. Si tú lo haces todo mal no es mi problema, ahora me voy. - Salí de los vestuarios atándome la bata blanca.
Las enfermeras se encargaban de todo lo demás, menos de mantener la boca de Luzuriaga cerrada.
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There ain't nothing common about us (Luzuplay)
FanfictionDonde Raúl y Borja trabajan como neurocirujanos en un hospital universitario y hay una inmensa rivalidad entre ellos O Donde la frase "del odio al amor hay un paso" se vuelve su realidad aunque lo intenten negar.