Narra Raúl
Unos años más tarde, después del coma
Después de que Borja saliera del coma, la dinámica entre los dos cambió.
Borja firmó todos los papeles y se vino a vivir conmigo.
- Gracias por operarme. - Comentó abriendo sus cajas.
- No tienes que darme las gracias por hacer mi trabajo. Estabas mal y...
- Te jugaste tu trabajo, Raúl. - Dijo cortando mi frase. - Te jugaste tu pasión y tu trabajo por mi. Déjame agradecértelo.
- Me hubiera arriesgado a lo que fuera con tal de salvarte la vida. - Abrí la caja de ropa y empecé a sacarla y separarla. - Y lo repetiría las veces que fueran necesarias. - Abrí otra caja sacando una de las fotos que nos hicimos en la facultad, la miré con ternura recordando lo bien que me sentía con Borja.
- No hay forma de compensarlo, pero creo que esto servirá. ¿Te quieres casar conmigo? - Dijo con tranquilidad, como si no fuera ese un momento tan íntimo y nervioso.
¿Tan seguro estaba de que fuera a dar el "sí"?
- ¿Es una broma o algo? - Dije girándome y moviendo los ojos del anillo a Borja y viceversa.
- ¿Cómo va a ser esto una broma? - Dijo agarrando mi mano.
- No tienes que hacer esto si no quieres, de verdad. - Murmuré dejándome hacer por él. - No me debes abolutamente nada por hacer mi trabajo. - Las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos y a rodar mejilla abajo.
Por primera vez en mucho tiempo, lloraba de felicidad.
- No necesito volver a estar al borde de la muerte para saber que quiero estar contigo lo que me queda de vida. - Respondió en voz baja. - Te repito, ¿Quieres casarte conmigo?
Balbuceé varias veces sin saber articular palabra, por lo que asentí dejando que pusiera el anillo en mi mano.
Me iba a casar con Borja.
- Te lo quería pedir en el restaurante donde íbamos a ir a cenar, pero sé que odias ser el centro de atención. - Borja acarició mi mano mirando el anillo, mi mirada estaba fija también en el anillo.
Me iba a casar con Borja.
- No sé que decir. - Murmuré finalmente.
- El sí ya me lo has dado, que era lo más importante. - Asentí de nuevo abrazándole.
- Gracias por todo. - Dije contra su cuello, Borja apretó el abrazo susurrando un "no es nada".
[...]
Encontrar una casa que se adaptara a los gustos de los dos era más difícil de lo que pensábamos.
Cada uno tenía un gusto distinto, por lo que mudarnos se estaba haciendo difícil.
Tres años de casados y no llegabamos a simples conclusiones.
- Vamos a sentarnos y aclarar esto. - Dije tomando asiento en uno de los taburetes de la cocina. Borja se sentó delante mio.
- No quiero áticos. - Dijo Borja cruzando los dedos.
- No quiero pisos. - Respondí imitándole. - ¿Qué te pasa con los áticos? Vivías antes en uno.
- Me cansé de ellos. Son simplemente una forma de presumir de dinero y poco más. Es muy ostentoso. ¿Qué te pasa a ti con los pisos o las casas? - Preguntó de vuelta.
- No me gustan las casas pequeñas, eso de no tener espacio ni tener donde andar me agobia. Los áticos son espaciosos, amplios y bonitos. - Me encogí de hombros.
Iba a luchar lo que hiciera falta por el ático.
- Pero un ático no es apto para una famíla. Un piso o una casa sí. ¿Por qué no compramos una casa? - Le miré arqueando una ceja.
- No son tan geniales como parecen. - Respondí. - El vecindario es muy importante, y tiene muchos peligros para una família. Un ático... No. Un ático duplex es perfecto. No hay vecindario, hay intimidad...
- Te gusta presumir de dinero eh. - Comentó Borja mirando las fotos de los áticos. Sonreí con orgullo mordiendo mi labio.
- Es obvio, pero tú tampoco te quedas corto. - Murmuré viendole colocar las opciones de áticos delante suyo. - ¿Tenemos que mudarnos?
- Aquí no cabe un niño. - Dije chasqueando la lengua.
Realmente si cabía, pero ambos necesitábamos un cambio de aires.
- Entonces quedémonos este. - Borja señaló uno de los áticos.
Justo el que yo quería.
Notas
Quiero empezar otro fanfic con temática de médicos.. me ha encantado escribir esto jsjsjsja
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There ain't nothing common about us (Luzuplay)
FanfictionDonde Raúl y Borja trabajan como neurocirujanos en un hospital universitario y hay una inmensa rivalidad entre ellos O Donde la frase "del odio al amor hay un paso" se vuelve su realidad aunque lo intenten negar.