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Esa misma noche Roberto se encontraba fuera de la habitación de Diego mientras pensaba "¿por qué mierda debería siquiera importarme?" mientras toma la manija de la puerta intentando abrirla pero fue en vano al darse cuenta que estaba estaba bloqueada.

"¿Bloqueada? ¿Tiene seguro?" 

—¡Hey! Abre la puerta maldito imbécil. - Grito mientras daba una patada a la puerta y enseguida se escucho una voz proveniente detrás de ella.

—¿Ne-Necesitas algo Roberto?.- pregunta Diego detrás de esta aun con la puerta bloqueada.

—Porqué mierda estaría aquí...Abre.- Demando Roberto golpeando varias veces.

—Lo siento, dime primero porqué estás aquí.

Tras aquellas palabras de Diego, Roberto comenzó a enfadarse cada vez más  quien comienza aun a golpear cada vez con más fuerza la puerta intentando derribarla. 

—Si rompes la puerta le diré a Víctor.- Exclamo Diego con su voz firme logrando parar el puño de Roberto quien comenzaba hartarse de esa situación tan absurda. 

Pequeños jadeos comenzaron a salir de sus labios al sentirse mareado mientras murmuraba "Las drogas...¿Ya no están funcionando? Ya no...Más..." Detrás de la puerta pasos comenzaron alejarse cada vez más hasta que un fuerte golpe le hizo detener su andar y voltear su rostro por encima de su hombro y caminar nuevamente hasta la puerta donde comenzó hablar esperando respuesta.

—Hey, ¿Diego?...¡Hey! ¿Me puedes escuchar maldito imbécil?...¡Maldición respóndeme!. - Grito desesperado golpeando cada vez más fuerte la puerta alarmando a un compañero de piso quien salió algo molesto por todo ese ruido. 

—¡Qué demonios Roberto, silencio!. - Demando Mario acercándose hasta el mirando sus intenciones de romper la puerta a patadas, rápidamente le sujeto por el brazo pero fue empujado por este bastante furioso.

—¡El pedazo de mierda se desmayó ahí adentro!.- Exclamo enojado girando nuevamente su vista a la puerta con las mismas intenciones de antes. 

Ahora Mario preocupado comenzó a llamar a Diego para que le escuchase, pero fue movido fuertemente por Roberto quien de una patada logro derrumbar la puerta; otro compañero de piso salió de su habitación con los ojos somnolientos mientras hablaba; —¿Qué esta sucediendo? 

Mario se giro hacia Alan quien sobaba su ojo. —La verdad no sé pero, aparentemente Diego colapso ahí dentro! 

—¡Eso es terrible!...Llamaré a Víctor ahora mismo para hacerle saber!. - Grito en alto Alan mientras sacaba su celular y buscaba el numero de su profesor de enfermería. Mientras tanto Roberto no podía acceder a la habitación ya que Mario se lo impedía. 

—¡Hey Diego! ¡Suéltame pendejo!.-

—¡Cálmate Roberto!. - Pedía Mario sosteniéndole aun por los brazos.

Alan sintió un alivio al saber que respondió su llamada pero hablo alterado; —Vi-Víctor!! Diego el!

「O M E G A」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora