100 HISTORIAS YOOSUNGxMC PARA ANTES DE DORMIR.

9.- MI REGALO DESEADO

MI REGALO DESEADO.

La luz escabulléndose por la ventana logró despertarme.

Me estiré de forma agradable mientras soltaba un bostezo.

Giré a mi costado en busca de Yoosung, pero solo descubrí su lugar vacío.

Solté una maldición por lo bajo, ya que había planeado despertarme primero, para alistar su desayuno de cumpleaños.

Por restricciones debido a la pandemia que estábamos viviendo, había desistido de la idea de hacerle una fiesta sorpresa, pero también dado la excusa perfecta para celebrarlo de forma mas intima, dejando a los demás miembros de la RFA fuera.

Pero ahora, esa última idea se había desplomado.

¿Por qué tenia siempre que despertarse primero?

Con la esperanza de que posiblemente aun no hubiese hecho nada por su cuenta y se encontrase en el baño, me levanté de golpe.

Si me apuraba, aun podría comprarle un pastel sorpresa de la pastelería que había a unas cuadras del departamento.

Estaba ya poniéndome el saco largo como abrigo encima de mi pijama azul a juego que recién había estrenado, cuando el sonido de su voz me detuvo.

― Cariño ¿A dónde vas tan apurada?

Me giré lentamente, mientras soltaba mi bolso de forma disimulada.

― Ah... Buenos días Yoosung ―solté algo nerviosa, al no haberlo notado antes, estando la cocina tan cerca―. Yo... ¿iba a correr?

― ¿En serio? ―fijó su mirada en mí, mientras dejaba por un instante lo que sea que estaba haciendo en la encimera de la cocina―. ¿Saldrás a correr en pijama y pantuflas?

Carraspee por lo bajo al escucharlo.

― Bueno...

Soltó una leve risa al notar que ya no sabía cómo seguir mi mentira.

― Perdóname... tenía planeado levantarme antes... se supone que sería yo quien debería estar preparándote algo para desayunar siendo hoy tu cumpleaños ―expresé con tristeza―. Soy una novia terrible...

Mis palabras se detuvieron, al sentir como posaba una de sus dedos en mis labios a modo de cerrarlos.

― Para nada. No vuelvas a pensar eso. Tal vez sea mi cumpleaños, pero sabes que me gusta ser yo quien cocine ―bajó su dedo mientras su rostro dibujaba alegría sincera―. ¿Por qué no te quitas el saco y vuelves a la habitación? En unos segundos, terminaré el desayuno.

― ¿Seguro? Me gustaría ayudar en algo siquiera...

― Hum... si eso quieres, puedes darle de comer a Lisa, parece impaciente por sus croquetas.

.-.-.-.-.-.-.

Estábamos a punto de desayunar, pero mi cabello suelto empezaba a ser una molestia, ya que no lo había planchado y el frizz lo hacía desparramarse.

Yoosung lo había notado, terminando acercándose para ofrecerme una inesperada solución.

Después de varios minutos, no podía dejar de mirarme en la cámara del móvil.

― ¿Te gustó? Si lo sientes muy apretado, puedo aflojártelo ―expresó algo ansioso al no poder la expresión de sorpresa que dibuja mi rostro.

Y es que la trenza que me había hecho en el cabello era muy bonita.

Incluso mas de la que alguna vez logré hacerme en el pasado.