REMANENTES

Capítulo 11

- ¡No, Espera! ¡Soy yo!

- ¡¿Topo?! – Gritan sorprendidos los dos compañeros.

- Vayan rápido por ésta ruta – El dron se aproxima a Chris - Yo me ocupo de ellos, ustedes sigan la línea roja de éste mapa – El chico armado recibe el holograma de un mapa. Mientras esto sucede los otros drones siguen disparando – Es un pasadizo por las cloacas – Dice Topo - Los guiará de manera desapercibida hasta mi hogar.

Todo ocurre de manera rápida, gracias a la reacción de su tercer compañero lograron llegar a las cloacas sin que nadie los siguiera; mientras caminan en el interior, Steph comienza a sentirse incómodo. Mientras caminan un dron ilumina el camino.

- ¿Todo en orden? – Chris se detiene para auxiliarlo – Déjeme llevarla – Steph le entrega la joven a su compañero y responde.

- No lo sé… Estoy viendo cosas, luces… Hay una voz… -  Observa a Tamara quien se encuentra aún inconsciente sobre la espalda de Chris – Esa voz, es de Tamara…

- ¿Tamara? – La observa y habla nuevamente – Viejo, ella no es psíquica ¿O sí? – Regresa su mirada a Steph.

- Imbécil, eso es imposible – Retoma la marcha – Es verdad que están sucediendo cosas raras últimamente, pero; no, no es eso… Ella no es psíquica, esto proviene de mí, de mi mente…  - Una rata chilla y sale corriendo al momento que el dron la expone con su luz.

- ¿Qué es lo que le dice?

- ¿Quién? – Gira su cabeza para ver a Chris.
- La voz ¿Qué dice la voz?

- En realidad… No es muy claro…  - Dirige su mano al rostro, se siente confundido. En ese instante, del parlante del dron se oye ruidos de cosas romperse, Chris se preocupa.

- ¿Topo? ¿Está ahí? – Las luces del dron comienza a parpadear y luego regresa a la normalidad.

- ¿Chris? Ah, sí; todo está bien. Solamente tropecé – Sonríe – Sigan adelante.

Llegan hasta el final de las cloacas, Steph permite que el dron se exponga primero para que pueda asegurar la salida; las oscuras calles son visibles por los faroles que parpadean cada varios minutos. Los chicos salen y se dirigen a una enorme casa que se encuentra al otro lado de la vía. Se detienen frente a la puerta, Chris observa alrededor y toca a la puerta.

-  Nunca intercambiamos direcciones entre nosotros por cuestiones del trabajo – Dice Steph mientras observa el inmenso hogar de Topo – Me sorprende que nos revelara su hogar para salvarnos.

- Eso es cierto, supongo que tantos años trabajando juntos como escurridizos le aflojó el corazón – Sonríe y a su vez, se oye el abrir de la puerta.

- Vamos, sigan rápido – Topo se abre paso para permitir la entrada a sus colegas. Al entrar, Tamara comienza a reaccionar y despierta.

- ¿Dónde rayos estoy? – Steph se acerca a ella y ayuda a Chris para bajarla al sofá.

- Todo está bien, estamos fuera del peligro…  - Tamara reacciona rápidamente, arrebata el arma a Steph y apunta a los tres personajes que se encuentran allí.

- ¡¿Cómo sé que ustedes no son remanentes?!

- ¡Ey! Tranquila… – Steph trata de calmarla con un tono de voz suave – Míreme…  - Steph le muestra su brazo – Soy yo, tengo el núcleo…  - La joven apunta a Topo – Él nos ayudó a huir, gracias a él estamos aquí muy seguros – Luego la chica de cabellos cortos apunta por última vez, pero sobre Chris.

- ¿Y, Chris? ¿Cómo sé que no es uno de ellos? – Chris se sorprende y levanta las manos.

- Él estuvo conmigo todo el tiempo – Aboga Steph – En ningún momento se separó de mí, de haber sido un remanente lo habría sabido…

- Eso no es suficiente para…  - Tamara recae y Steph se dirige para ayudarle.

- Tranquila, confía en mí. Tiene que descansar – Steph la pone nuevamente sobre el sofá – Aún no se mejora de aquel incidente.

Un par de horas pasan desde que llegaron al lugar de Topo y desde aquel momento que Tamara intentó hacerles agujeros por simple desconfianza. Mientras la joven duerme; Topo, Chris y Steph hacen exámenes para ver el estado de aquel que tiene el núcleo, al hacerlo, juntos descubren algunos detalles.

Es de madrugada, fue día extraño en donde cosas misteriosas ocurrieron y donde el agotamiento recae, sobre todo, en Steph. Todos descansan en diferentes habitaciones, en las afueras se oyen voces, el fuerte viento golpea las ventanas y las luces de las lámparas llegan hasta una parte de la habitación de Steph. Aquella puerta se abre, suaves pasos se dirigen hacia donde se encuentra aquel joven, el filo de una espada brilla por el reflejo de las lámparas de las vías; llega lo suficientemente cerca de Steph como para asesinarlo; pero, un segundo sujeto, quien se percata de lo sucedido golpea al intruso fuertemente con una silla hasta dejarlo inconsciente. Steph tras el estruendo se despierta de golpe, el que salva a Steph enciende las luces de la habitación.

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¡Steph! ¡Por poco me lo matan! - Suspiro - Pero que bueno que está bien... Hasta el momento.

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