¿que tal desde el principio?

688 88 17
                                    


La sirvienta se extrañó por el gran golpe que tenía la ojiperla en la mejilla, no parecía un golpe que se haya echo entrenando.

- ¿P-podría cubrirlo con maquillaje? - la contraría sintió y sin más empezó a trabajar.

La situación se le hizo rara, y rápidamente llamó la a tensión de los sirvientes.

- ¡¿viste en golpe que tenía Hinata- sama!?-

- sí, esta mañana me pidió que se lo cubriera con maquillaje.

- El doctor dijo que Gaara-sama lo llamó a medía noche, por qué quería que la atendiera. Él se veía muy molesto y no paraba de mirar a Hinata - sama con molestia

- No estarás insinuando que...

- No sería la primera vez que pasa algo así, después de todo es un matrimonio arreglado - era verdad , casi todos los matrimonios que se daban dentro del clan Hyuga era arreglados, carecían de algún otro interés más haya del beneficio de los altos mandos. Apresar de ser la ex heredera, Hinata también formaría parte de esa larga lista de mujeres infelices.

- Pobre chica, no quiero ni imaginarme lo que sufrirá.

Los rumores del estado de la ojiperla, se extendieron por todo el personal. Y no deberían de tardar en salir de él.

Hinata se encontraba recostada en el pasto.

"Dentro de dos días será la boda"

Cada vez se reducía más y más el tiempo, pasaba tan rápido que no dudaba que cuando fuera el día, sería como sí ubierá pasado tan solo un instante desde que se enteró, hasta el día de la boda.

"Aceves quisiera congelar el tiempo para que ese día nunca llegara"

Lo ojiperla se levantó de la cama y trató de distraerse en otra cosa.
Pero ahora que no estaba su hermana se sería difícil, simplemente su mente solo pensaba en dos cosas en esos momentos la desaparición de su hermana o la boda. Y de igual manera las dos le hacían preocuparse.

La ojiperla sobó su mejilla. Aún dolía.

No quería que el pelirrojo se metiera en problemas con su padre. Y más por defenderla a ella.

♡♡♡

La peliazul se dirigía a las puertas del clan Hyuga. Iba a darle una visita a sus compañeros y de paso agarrar fuerzas para decirles sobre su matrimonio arreglado.

Estaba a punto de salir cuando a la distancia vió a sierto pelirrojo que se encontraba parado en la terraza de la mansión. Él la miraba atentamente mirándola desde la distancia.

Ella trago grueso, y recordó lo que había pasado la noche pasada. Pero no quiso ser descortés con su invitado y futuro esposo. Así que lo saludó con un leve movimento de mano. Y el le respondió con un leve movimiento de cabeza.

La chica siguió con su caminó.

Estaba nerviosa por como reaccionarían sus compañeros.

Los dos chicos se extrañaron por la actitud de la peliazul. Ya que estaba más callada que de costumbre, parecía que estaba sumergida en sus pensamientos.

- Hinata, ¿Estás bien? - apresar de que el inuzuka no lo demostrará abiertamente, se preocupaba por el bienestar de su compañera, al igual que Shino y su maestra.

La ojiperla levantó la cabeza y miró sus compañeros que la miraban. No preocupación. Había estado pensando tanto en sus problemas que por varios minutos se desconectó de ese mundo.

- n-no es nada - la ojiperla negó rápidamente con sus manos haciendo su mejor esfuerzo para parecer conbinsente. Aún que no sirvió de nada ya sus compañeros ya sabían que era muy muy mala mintiendo.

Lina frunció ligeramente el seño era claro que les estaba mintiendo en la cara. Un suspiro salió del aburame, realmente casi nunca intervenía pero como se trataba de su compañera y amiga decidió hacerlo.

-Hinata, kiba tiene razón. Es evidente que nos ocultas algo. Puedes confiar en nosotros - en esa intervención había dicho más de las que decía normalmente en toda una semana juntos, lo que era realmente impresionante viniendo del callado Shino.

La ojiperla jugaba con sus dedos nerviosa, realmente no sabía que hacer, no quería involucrar a sus compañeros, ya que sabía que se iba a oponer y hacer todo lo posible para evitar que el matrimonio se hiciera una realidad. Pero por otro lado estaba el deber que tenía, habían compartido tanto tiempo juntos que realmente no solo era compañeros para ella ahora los consideraba con una familia. Y no contarle algo tan importante a los que consideras tu familia la hacía sentir como si los traisionara.

La ojiperla suspiró hondo, se encontraba entre la espada y la pared.

- S-se los contaré pero prometan no enojarse...- sus delgadas piernas temblaban de los nervios y ellos lo notaron.

- Si es algo así de serio no puedo prometerme nada - el inuzuka resivió un codazo de parte del aburame y estaba seguro que su compañero le estaba tratando de decir algo parecido a.

"Estamos tratando de que hablé"

-

no sé cómo comenzar a contar ésto...- la ojiperla mordió su labio inferior.

- ¿Qué tal por el principio?

- E-esta bien... Todo comenzó hace unos días, mientras estaba en la mansión. Mí padre me mandó a llamar para informarme de algo... Y-y

- ¿y? - el castaño se acercó a la chica que estaba balbuceando palabras sin sentido.

- ¿que fue lo que te dijo?

- que me a comprometido - las palabras salieron como un susurro ahogado, pero suficiente mente fuerte para que los dos hombre de de ella pudieran escuchar.

En castaño mostró sus enojo, era evidente que estaba disgustado por lo que había dicho la ojiperla.

- Hinata ¡es encerio lo que estás diciendo! - el aburame agarró a el castaño del hombro para que se tranquilizara. Apresar de que el también estaba molesto con lo que le estaba pasando a su amiga él podía controlar se, cosa que su compañero no podía hacer.

- ¡¿por qué no nos lo dijiste antes?!

- s-se que debí decirlo antes, pero aún yo lo estoy asimilando.

- Encerio quería hacer lo... - los ojos perla se llenaron de lágrimas que amenasaban con salir en cualquier momento.

El inuzuka suspiró cansado, sabía que no era culpa de su amiga estar en esta situación. El único que podía culpar era a su padre. Ese hombre realmente le caía muy mal.

- No te culpes, Hinata. Lo siento si te grité, pero aún no se como reaccionar a ésto - el castaño frotó su cabeza y trató de tranquilizarse.

- ¿Entonces con quien te van a comprometerme? - está vez el aburame habló.

La ojiperla dudó por unos segundos pero finalmente habló.

-G-gaara de la arena...-

♡♡♡

Un leve estornudo salió de el pelirrojo que se encontraba tratando de hilar los hilos para tartar de llegar a una repuesta en concreto.

No le volvería a preguntar a la ojiperla por qué era evidente que ese tema la ponía muy nerviosa. Y lo último que quería hacer era incomodar la, así que tendría que llegar a una respuesta por sus propios medios.

El pelirrojo mandó a llamar a uno de sus subordinados.

- Gaara-sama, para que me necesita.

- necesito que bijiles a Hinata Hyuga - El ninja asintió y desaparición en una nube de humo.

Gaara se mantuvo mirando a el lugar donde hace unos momentos había estado el ninja de la arena. El pelirrojo protejeria a la peliazul como un favor a él ninja rubio.

Una esposa para el kazekage | GAAHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora